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Iluminación en el hogar: claves para iluminar bien la casa (¡y ahorrar!)
Una buena iluminación marca la diferencia entre una casa triste y oscura, y una en la que apetece estar. Hoy hay cientos de soluciones para iluminar todos y cada uno de los espacios, que ahorran hasta un 90% de electricidad y se adaptan a cada ambiente. ¡Descúbrelas!
La iluminación es una de las partes más importantes en la decoración de las casas. Si piensas que para decorar el salón o el dormitorio basta con pintar las paredes y poner unos cojines… Es un error. Estarías empezando la casa por el tejado (y el resultado dejará mucho que desear).
Lo más inteligente es empezar por la luz, esencial para sentirnos a gusto y para poder realizar todas las actividades del día a día. Hoy, la iluminación del hogar aúna calidad y ahorro energético, gracias a la tecnología LED y los dispositivos de última generación. A continuación te damos las cuatro claves básicas para iluminar tu casa y ganar confort, reduciendo la factura eléctrica.
1. Elige el tipo de luz para cada ambiente: cálida, neutra o fría
Dependiendo del tipo de luz, es posible crear ambientes más cálidos y relajantes o que inviten a la concentración y al trabajo. Según la temperatura que tenga la luz, será más cálida, neutra o fría. Es lo que se conoce como “temperatura de luz”, y se mide en grados Kelvin (°K). Los tres tipos más habituales son:
Luz cálida (por debajo de 3.000°K). Tiene un tono ambarino y acogedor, y es perfecta para zonas de estar y para ver la televisión.
Luz neutra (4.000°K). Es similar a la luz del sol que entra por las mañanas; no tiene color alguno y aporta energía y vitalidad. Escógela para zonas de lectura o de trabajo.
Luz fría (entre 5.000 y 6.500°K). Tiene una coloración azulada y permite distinguir los colores a la perfección. Por esta razón, es la favorita de los cocineros y chefs (no dudes en elegirla como luz de trabajo en tu cocina). Resulta perfecta para el espejo del baño, a la hora de maquillarse, afeitarse…
2. Ilumina zonas puntuales o difíciles
Una de las zonas más complicadas de iluminar de la casa es el área de la televisión. No conviene colocar lámparas que reflejen la luz en la pantalla, ni poner fuentes de luz por detrás que nos molesten cuando estemos viendo algún programa.
Algo que siempre funciona es fijar tiras LED adhesivas por detrás de la pantalla. Llevan mando a distancia, que te permitirá graduar la intensidad de la luz y encenderlas o apagarlas sin tenerte que levantar. Las tiras LED, además, permiten iluminar zonas puntuales de forma fácil y rápida. Como son autoadhesivas, se fijan sin tornillos ni grapas y son perfectas para interiores de armarios, o para iluminar la encimera de la cocina.
3. Controla el ahorro energético con tecnología LED
En las antiguas bombillas, fluorescentes y halógenos, lo normal era calcular la iluminación según la potencia en vatios (W). A más vatios, más luz daba la lámpara. Con la tecnología LED las cosas cambian por completo: estas luminarias aportan la misma luz que las antiguas, con mucha menor potencia. Los LED no generan calor y sacan partido a toda la energía, permitiendo bajar el consumo hasta en un 90%, en comparación.
Actualmente, el cálculo de las necesidades de iluminación ya no depende de los vatios. En su lugar, fíjate en los lúmenes (lm). Un lumen mide la cantidad de luz total que emite un dispositivo: lámpara, bombilla, foco… La equivalencia entre las antiguas bombillas incandescentes y los nuevos LED quedaría como sigue:
Bombilla de 10W -> Dispositivo LED de 1W (70-100 lm)
Bombilla de 60W -> Dispositivo LED de 10W (800-980 lm)
Bombilla 110W -> Dispositivo LED de 14W (1200 lm)
Ya solo nos falta saber cuántos lúmenes son necesarios por metro cuadrado en cada espacio. Este dato se mide en luxes (lx = lm/m2). Para que te hagas una idea, la iluminación general de un salón suele estar entre 150 y 200 lx. En el dormitorio, para el descanso se recomienda una iluminación general de 150 lx; para leer, cerca de 400 lx (apliques y lámparas). Y para distribuir bien la luz, ten en cuenta esta “regla de oro”: lo ideal es colocar un punto de luz cada 1-1,2 metros cuadrados.
4. Busca aliados para el ahorro: reguladores, detectores y bombillas inteligentes
Crear una iluminación práctica que haga tu hogar más acogedor no está reñido con el ahorro energético. Además de los LED, hay otros dispositivos que te ayudarán a reducir el consumo sin apenas darte cuenta. Toma nota:
Los reguladores de intensidad (dimmers) permiten elegir una luz más intensa o más tenue en cada momento, reduciendo el gasto. Importante: acuérdate de colocar bombillas y aparatos que se puedan regular.
Los detectores de presencia en pasillos, entradas y zonas de paso también son buenos aliados para el ahorro y la seguridad.
Las bombillas inteligentes se pueden conectar al móvil para programar su encendido, escoger la intensidad, cambiar el tipo de luz o incluso crear combinaciones de color. ¡Bienvenido a la iluminación del siglo XXI!