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Cómo ha cambiado el microondas en setenta años: de calentar a convertirse en el multifunción de la cocina
¿Sabías que el microondas fue descubierto por accidente? Este electrodoméstico cada vez más presente en nuestros platos caseros se inventó por casualidad. Pura serendipia, como pasó con la penicilina. Percy Spencer no buscaba calentar la chocolatina que tenía en el bolsillo aquel día de ensayo con su magnetrón.
Pero eso fue lo que ocurrió, y repitió el experimento con granos de maíz. Las palomitas saltaban por el laboratorio. Al día siguiente, calentó tanto un huevo de gallina que salpicó a un compañero. Ilusionado por su hallazgo, le puso una caja metálica que atrapaba las ondas. Había inventado el horno microondas.
Desde entonces hasta ahora el microondas ha hecho un largo viaje hasta convertirse en el práctico aparato doméstico que tenemos en la cocina actualmente. Os lo contamos a lo largo del presente artículo, mientras os dejamos un resumen en la siguiente infografía:
Las microondas, que hasta 1932 se llamaban ondas electromagnéticas transversales, ya eran conocidas cuando en 1945 Spencer manchó todo el laboratorio con huevo. Estas son ondas que, invisibles, transportan una gran cantidad de energía. El 1% de la señal de ruido de los antiguos televisores es, en realidad, la captura de microondas del nacimiento del universo. El Big Bang.
Por tanto, estas microondas están por todas partes en el universo. El magnetrón, que al principio se usó para el radar del ejército americano, es un dispositivo capaz de generar un tipo muy concreto de estas ondas. Para ello, transforma la energía eléctrica (electrones yendo de un lado a otro) en ondas muy pequeñas (de ahí lo de "micro").
Por supuesto, la aplicación de cocina tenía mucho más valor. Tengamos presente que hasta entonces los hornos eran de leña o gas, y se tardaba muchas horas en asar un pollo. Spencer le vio potencial y patentó su primer modelo, Radarange (rango de radar), que vendió por 5.000 dólares a un restaurante en Boston.
Aquello era el doble del sueldo medio americano por aquel entonces. El equivalente actual de unos 50.000 euros. Solo los restaurantes podían acceder a este invento que ocupaba 1,82 m de altura y pesaba 340 kg. Y también eran los únicos capaces de rentabilizarlo.
Para la cocina fue una enorme revolución, comparable al fuego. Pudieron multiplicar el número de comensales y servir más mesas en hora punta. El cuello de botella de la cocina se dilató gracias a esta tecnología que, curiosamente, también dilata los tejidos de los alimentos mientras los calienta.
Las microondas que salen del magnetrón rebotan en la jaula metálica del horno microondas y calientan las moléculas de agua de los alimentos. Como buena parte de la comida es agua (la carne es un 75% agua y la fruta ronda el 90%) el proceso es muy efectivo. En realidad, es el agua el que calienta la comida desde dentro.
Un microondas en cada cocina
A pesar de la revolución gastronómica que suponía poder cocinar en cuestión de pocos minutos, el microondas tardó bastante en llegar al hogar. Entre 1948 y 1966 pasó de ocupar lo que un armario a tener el tamaño de un lavavajillas actual. Seguían siendo enormes, consumían mucho, pesaban demasiado y necesitaban un complejo sistema de tuberías para ser enfriarlos.
Eran tecnología punta a punto de mejorar más aún. En 1954, la Raytheon Corporation consiguió diseñar el primer microondas comercial por 2.000 o 3.000 dólares, según el modelo elegido.
Este tenía el tamaño de un arcón para helados y era muy difícil de operar. Aun así, supuso todo un récord. La fabricación no daba a basto y los restaurantes invirtieron en la idea. Aquello facilitó que, en 1967, el precio bajase de los 500 dólares y el horno microondas cupiese en un mueble de cocina.
Llegaron los años 70 y el microondas se popularizó. La gente empezó a perderle el miedo (era tecnología demasiado nueva) y, hacia 1976, el 60% de los hogares americanos tenía uno. Fue entonces cuando empezaron a girar los platos en su interior para que las microondas llegaran a todas partes, una tecnología que hoy en día han perfeccionado los modelos más avanzados, donde las paredes del aparato reflejando las ondas y el magnetrón tiene un espectro más amplio.
En los 70, el tamaño no suponía un problema en las cocinas americanas porque apenas había electrodomésticos. El horno microondas podía ocupar lo que el lavavajillas y, para ahorrar energía, se incluyó un motor que iba rotando la comida. El magnetrón se quedaba quieto mientras el plato que mencionábamos antes giraba "recogiendo" las ondas.
Algunos hornos microondas compactos actuales, como el galardonado Whirlpool Extra Space Crisp MWF 427 SL que podemos ver arriba, hacen uso de nuevas tecnologías de materiales. Así, la potencia de las microondas se distribuyan de manera homogénea por el interior del aparato. En el caso del producto premiado, el Extra Space Crisp MWF 427 SL, además se gana un 20% más de espacio disponible al prescindir del giro pasando de tener una superficie hábil de 934 a 1.024 cm cuadrados.
En él, no hace falta un motor adicional que gire los platos y, como consecuencia, encarezca tanto la compra como el mantenimiento. Como puede verse en la simulación de arriba, las microondas rebotan dentro de la caja metálica, y esto supone un nuevo horizonte para la cocina doméstica.
Más espacio, más posibilidades culinarias
Durante los últimos 40 años, el horno microondas se ha desarrollado en varios campos con éxito: la reducción de consumo eléctrico, el aumento del número programas, un mayor aprovechamiento del espacio interior…
De hecho, el modelo mencionado fue elegido Producto del Año 2018 en la 18ª Entrega de Galardones del Gran Premio a la Innovación precisamente por unificar muchas de estas características, que los consumidores han valorado positivamente.
Hace tiempo, calentar leche o agua en el microondas resultaba caro e incluso aparatoso. Ahora, regulamos la potencia, elegimos el tiempo y pulsamos el botón sabiendo que la leche quedará perfecta para el café o el té. Pero también nuestra repostería y platos más complejos.
Las posibilidades culinarias tardaron tiempo en salir de aquel restaurante de Boston donde fue instalado el primer microondas. Sin embargo, ahora que tenemos control absoluto de lo que pasa dentro del dispositivo –y que su consumo es tan bajo– podemos permitirnos el lujo de cocinar con él a un coste muy reducido.
No era así en los años 80 o 90, en los que la función grill del horno microondas consumía tanto que resultaba prohibitivo. Además, había que estar muy pendiente de que la comida no se cocinase en exceso, e incluso quemase. Ahora, la variedad de programas entre los que elegir nos permite dejar el electrodoméstico en marcha o no estar presentes cuandococinamos dentro de él.
Horno microondas, electrodoméstico multiusos
Gracias a estas innovaciones, el horno microondas ha pasado de ser un buen lugar donde asar carne y verduras a un electrodoméstico multiusos todo en uno. Preparamos pizzas, horneamos manzanas, calentamos la papilla del bebé, descongelamos la comida en unos minutos y freímos alitas de pollo sin descuidar la estética del aparato y un diseño funcional, como sucede con el Whirlpool Chef Plus MCP 349/1 SL con sistema Dual Crisp que podemos ver en la imagen inferior.
No hay plato que se resista al abanico de funciones con el que ahora cuentan estos electrodomésticos, que gracias a la programación inteligente guardan hasta memorias programables. Además, todo en un espacio realmente pequeño pero que maximiza el volumen interior.
Sucede lo mismo en el ejemplo del Producto del Año 2018 que veíamos antes, el Whirlpool Extra Space Crisp MWF 427 SL, con capacidad de 25 litros que se convierten en 30 litros al carecer de plato giratorio. En este modelo, encontramos funciones como Crisp, para cocinar alimentos que crujan; Bread Defrost, para tener pan fresco en cualquier momento; Steam, para cocer alimentos y llevar una vida sana; o Jet Start de cocción rápida.
Además, cuenta con el sistema de limpieza Auto Clean y varios programas bajo el nombre de Auto Cook. Ambas prestaciones, probablemente, son la siguiente gran innovación en el horno microondas. Elegimos cocinado y peso para que el electrodoméstico se encargue de dar con el programa que mejor se ajuste a nuestras necesidades y luego se limpie solito. En el siguiente vídeo nos muestran cómo actúa la función Crisp para elaborar un bizcocho de naranja en tiempo récord con el modelo Whirlpool Chef Plus MCP 349/1 SL:
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