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Microsoft Surface Pro 7: cambios, mejoras y novedades del mejor convertible
El convertible de Microsoft se renueva para enamorar a estudiantes y usuarios profesionales que demandan la versatilidad de una tableta con la potencia de un buen portátil para trabajar.
No sucede todos los días que una de las grandes firmas tecnológicas dé un puñetazo sobre la mesa y diga "hasta aquí hemos llegado". Esto fue lo que sucedió cuando allá por 2012 Microsoft decidió atajar las carencias de los portátiles convertibles lanzando el equipo que el resto de la industria debía considerar como el estándar a seguir. Había nacido el Surface.
Siete años más tarde, este dispositivo híbrido entre ordenador portátil y tableta se renueva en su versión Pro, antiguamente de carácter profesional y ahora convertido en el modelo troncal de la familia. Exteriormente no parece haber cambiado mucho, pero tras su cuidado chasis de aleación de magnesio se ocultan novedades de peso para poner al día un equipo convertido en el favorito de un gran número de usuarios que demandan la unión perfecta entre potencia y versatilidad.
Misma fórmula: portátil con teclado desmontable y lápiz opcional
Microsoft ha seguido con el Surface Pro 7 la máxima de la ingeniería y el diseño: si algo funciona, no lo toques. Así, la revisión de su exitoso dispositivo híbrido no muestra grandes modificaciones exteriores. Su ligero chasis metálico oculta de nuevo una pantalla táctil Pixel Sense de 12,3 pulgadas con 2736 x 1824 píxeles y panel IPS.
La pantalla del Surface Pro 7 brinda un buen contraste y un amplio cromatismo, cubriendo el 95% del espacio sRGB para realizar retoques fotográficos, trabajar con vídeo o realizar ilustraciones lo más ajustadas al resultado final en términos de color. Tiene además un aspecto poco habitual. Su formato 3:2 no es el más cinematográfico, pero proporciona un lienzo estupendo para dibujar, leer y navegar por Internet. De hecho, incluso puede ser más aprovechable que el habitual 16:9.
Otro aspecto que no cambia es el uso de periféricos oficiales. Microsoft Surface Pro 7 se vende en formato tableta, pero si queremos aprovechar todo su potencial puede ser recomendable complementarlo con un teclado y un lápiz óptico. El primero se ofrece en formato funda y se conecta físicamente mediante un acople magnético. Tiene un trackpad muy suave, en caso de que no queramos usar el ratón, y está cubierto de Alcantara, un tejido habitualmente utilizado en los volantes y asientos de coches deportivos.
Durante su uso habitual, el teclado tiene un tacto aterciopelado y un recorrido agradable para una escritura rápida. Resulta cómodo y totalmente válido para un uso habitual diario, no como otros teclados de tipo funda. De hecho, sigue siendo la referencia en lo que se refiere a escritura en un equipo convertible.
En cuanto al lápiz, Microsoft vuelve a recurrir al Surface Pen que ya conocíamos de la generación anterior. De hecho, si ya tienes uno, podrás utilizarlo en el Surface Pro 7 sin problemas. Este periférico nos permite tomar realizar retoques con 4.096 niveles de presión y una latencia reducida (más aún tras la última actualización de Windows 10). Se conecta por Bluetooth.
Desde nuestro punto de vista, ambos periféricos son casi indispensables. Si vamos a utilizar el equipo como un portátil tradicional, necesitaremos la funda con teclado. Si además estamos pensando en tomar notas manuscritas o retocar imágenes, resulta conveniente añadir también el lápiz Surface Pen.
Nuevos procesadores con más potencia para trabajar (e incluso divertirse)
Los cambios fundamentales del Surface Pro 7 radican en su interior. El equipo de Microsoft es uno de los primeros en estrenar los nuevos microprocesadores Intel Core de décima generación, que destacan por brindar una mayor eficiencia para cualquier tipo de uso. Para que nos hagamos a la idea, el Core i5 tiene un TDP (fácilmente homologable a su "consumo") de tan solo 15 vatios, lo cual garantiza una excelente autonomía en relación a su potencia.
Estos procesadores también mejora de forma notable el apartado gráfico. Aunque no cuentan con una GPU independiente Nvidia o AMD, los gráficos Iris Plus integrados en los modelos Core i5 e i7 proporcionan músculo suficiente para trabajar no ya con vídeos y fotos, sino también con cargas 3D relativamente complejas. De hecho, han sido optimizados para jugar, así que títulos poco exigentes como PUBG u Overwatch son plenamente jugables a pesar de no ser un portátil gaming.
En cuanto a la RAM disponible, podemos dotar a nuestro Surface Pro 7 con 8 o 16 GB. Si no vamos a realizar un uso ofimático o multimedia nos decantaremos por el modelo de 16 GB, más adecuado para ejecutar aplicaciones exigentes como Premiere Pro o Photoshop.
La unidad SSD es otra novedad. Microsoft ofrece versiones con 128 GB, 256 GB, 512 GB y 1 TB de almacenamiento. Las pruebas de rendimiento muestran que estas unidades tienen una mayor velocidad de lectura, próxima a los 2.000 MB/s, por lo que acceder a nuestros datos no costará nada. Durante un uso diario, permite arrancar Windows con gran velocidad y evita el habitual ronroneo de los discos duros tradicionales.
La integración de un procesador Intel Core más nuevo y eficiente, así como unidades de almacenamiento de estado sólido, redunda en una autonomía de cerca de 9 horas con un uso multimedia.
Surface tiene ahora un nuevo puerto: llega el USB-C
Devint
En lo que respecta a la lista de puertos y conectores, el Surface Pro 7 viene bien surtido en relación a su tamaño. Hay una interfaz USB convencional, un orificio para auriculares, dos puntos de conexión magnéticos Surface para el teclado y el lápiz, un lector de tarjetas y... ¡un USB-C! Con el nuevo modelo, Microsoft adopta este estándar para transmisión de datos y energía cada vez más universal.
El uso de un conector USB-C simplifica enormemente el transporte y uso habitual de un equipo que, como es el caso del Surface Pro 7, ha sido diseñado para trabajar en cualquier lugar. Permite utilizar los mismos pendrives "de puerto pequeño" que utilizan los nuevos móviles Android, simplificando la transferencia de datos, pero también auriculares USB-C e incluso cargadores. Ya no será necesario utilizar un cargador para el portátil y otro para el móvil; con un único adaptador y un cable USB-C es suficiente.
La fuente de alimentación de Surface Pro 7 usa un conector magnético y tiene también un puerto USB convencional para que utilices un cable USB-C. Si quieres simplificar esta combinación, te recomendamos que metas en la mochila un cargador universal USB de gran potencia. Con un mismo adaptador podrás cargar tanto tu Surface Pro 7 como tu móvil.
Si bien Surface Pro 7 es una actualización mesurada del Surface Pro 6, sus atributos lo convierten en una compra muy recomendable. La potencia de sus nuevos procesadores Intel Core de décima generación nos permitirá llevar a cabo labores más complejas con mayor soltura (e incluso darnos alguna satisfacción con juegos ligeros), mientras que la largamente deseada integración de un puerto USB-C multiplica su atractivo si pensamos viajar con él.
Por sus características, el Surface Pro 7 supone un excelente portátil convencional, pero también un buen sustituto de la clásica tableta multimedia. Además, brinda la flexibilidad que requieren trabajadores y estudiantes que trabajan habitualmente con grandes bloques de texto, imágenes o vídeo gracias a su lápiz Surface Pen. En suma, un convertible de prestaciones profesionales apto para todos los públicos.