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Tipos de radiadores eléctricos para calentar el hogar
Cuando el invierno hace su aparición no hay nada como refugiarse en casa. Para eso es imprescindible disponer de un sistema de calefacción adecuado que nos proteja, y los radiadores eléctricos se han posicionado como una de las mejores apuestas para calentar el hogar de forma fácil y rápida.
Cuando el más puro invierno hace su aparición no hay nada como refugiarse en casa a salvo de heladas y vientos polares. Para eso es imprescindible disponer de un sistema de calefacción adecuado que nos proteja, y los radiadores eléctricos se han posicionado como una de las mejores apuestas para calentar el hogar de forma fácil y rápida.
No requieren obra, se adaptan a cualquier estancia y puedes ponerlos en marcha al instante, siempre que lo necesites. Ahora bien, ¿qué tipo de radiador eléctrico es mejor? Repasamos las diferentes categorías para que puedas elegir el que más te conviene y cómo sacarle el máximo partido.
Por qué elegir un radiador eléctrico
Ya hemos adelantado algunas de sus ventajas principales, que se resumen en la rápida y fácil instalación que ofrecen estos aparatos. A diferencia de otros sistemas de calefacción, un radiador eléctrico no nos obliga a hacer obra en casa, pudiendo elegir directamente el modelo que mejor se adapte a nuestra vivienda.
Son portátiles, manejables y fáciles de transportar y trasladar por las diferentes estancias.
Se calientan muy rápidamente.
Permiten calentar espacios concretos siempre que se necesita, casi al instante.
También sin un buen apoyo de estancias grandes combinados con otros sistemas de calefacción en momentos de mucho frío.
Ideales para combatir el frío en regiones templadas que no necesitan grandes inversiones de calefacción al año.
Su mantenimiento es sencillo y no general residuos.
Radiador de aceite
Los radiadores de aceite también reciben el nombre de termoeléctricos porque contienen en el interior un fluido térmico semejante al aceite común. Es dicho fluido el que va subiendo de temperatura gracias a la acción de una resistencia eléctrica. Por tanto, solo hay que enchufarlo a una toma de corriente y activar su encendido para ponerlo en marcha.
El aceite está formulado específicamente para cumplir su función: el fluido se calienta y el radiador distribuye ese calor de forma homogénea hacia el exterior. El calor se transfiere primero al metal y de ahí pasa al espacio de la habitación donde se encuentra. La propia convección natural de la estancia reparte la temperatura, evitando que se concentre en un solo punto.
Como el aire está en movimiento, cualquier aire frío que entre en contacto con el radiador subirá de temperatura, logrando que toda la habitación se caliente. Este aceite además funciona como acumulador; cuando alcanza la temperatura adecuada es capaz de mantenerla más fácilmente durante más tiempo, incluso apagado, algo muy útil a la hora de irse a dormir por la noche.
Entre sus ventajas destaca la seguridad; al no tener superficie incandescente no hay riesgo de quemaduras, tampoco emiten humos, gases ni chispas que puedan provocar incendios o accidentes, especialmente si hay niños cerca. Además son muy silenciosos, apenas emiten ningún sonido, sin embargo, tardan un poco en empezar a calentar, por lo que no son apropiados para estancias que requieran calor rápidamente, como un baño.
Radiador de aceite Saivod HD952-K5Q con 5 elementos
Modelo pequeño y compacto, económico y muy manejable especial para estancias más pequeñas o espacios que necesitan un apoyo extra de calor cuando aprieta mucho el frío. Es de control mecánico, tiene una sola configuración de calor y termostato regulable. Además cuenta con protección contra sobrecalentamientos.
A diferencia de los anteriores, un radiador de mica no contiene ningún fluido interno. Estos aparatos se calientan gracias al uso del mineral que les da nombre, la mica, muy común en las industrias eléctricas y con grandes cualidades térmicas.
De tamaño similar y también con ruedas, un radiador de mica presenta un diseño exterior distinto porque carece de elementos verticales. Varios tubos internos son los que se calientan por medio de energía eléctrica y emiten el calor al exterior radiándolo a través del panel que recubre el aparato.
Entre sus ventajas hay que destacar la gran rapidez con la que se calientan, distribuyen muy bien el calor por toda la estancia y no consumen oxígeno. Además son silenciosos y suelen incorporar un termostato regulable. Están diseñados para calentar casi al instante con gran potencia estancias pequeñas, y hay que tener cierto cuidado en su manipulación por las altas temperaturas que alcanzan.
Este modelo presenta tres niveles de potencia y cuenta con un termostato regulable, que se desconectará cuando la habitación llegue a la temperatura deseada y se volverá a conectar automaticamente cuadno persciba que la temperatura disminuye. Incluye soportes y ruedas para moverlo fácilmente por la habitación.
Los radiadores de agua tienen un funcionamiento similar al radiador de aceite, pero el calor no procede del propio radiador, lo emite una caldera. Responden al tipo común de calefacción central que requiere una mayor inversión en la vivienda, pues se necesita una instalación específica por parte de profesionales, y suele conllevar obra.
Es la caldera la que calienta el agua que se distribuye por todos los radiadores a través de bombas eléctricas. Ese agua caliente pasa a cada radiador, equipados con tubos de cobre en su interior. Estos tubos calientan a su vez la superficie metálica exterior, acero o una aleación aluminio, que emite el calor a la estancia.
Un radiador de agua necesita funcionar como parte de un sistema global en la vivienda; se quedan fijados a la pared mediante soportes y pueden calentarse con una caldera de gas o eléctrica. Los hay de distintos tamaños o elementos para adaptarse al espacio concreto de cada habitación. Son sistemas sobre todo recomendables en lugares de inviernos muy fríos que necesitan calentar la casa completa durante muchas horas.
Radiador halógeno
Esta otra alternativa nos ofrece un radiador formado por lámparas halógenas que emiten un calor limpio y muy agradable, especialmente recomendado para personas con problemas respiratorios, alergias o sensibilidad a los ambientes cargados o muy secos.
Un radiador halógeno se calienta rápidamente con una gran eficiencia térmica, y tienen un bajo consumo energético. También son muy sostenibles al no emitir residuos, gases ni humos, y suelen ser de pequeño tamaño para transportarlos con facilidad por la casa. Muy útiles para dar calor casi instantáneo en lugares muy concretos, sobre todo en estancias pequeñas.
Radiadores de bajo consumo
La innovación tecnológica de los últimos años permite a los fabricantes diseñar aparatos mucho más eficientes, algo que cada vez preocupa más a los consumidores. La calefacción puede subir mucho la factura de la luz en épocas de frío, y eso también tiene su efecto en el medio ambiente.
Entendemos por radiadores de bajo consumo como aquellos radiadores eléctricos que emplean un fluido interno con una inercia térmica superior al agua. Son además modelos que necesitan poca energía para mantener la temperatura ideal y conservan el calor durante varias horas después de apagarlos. Un radiador de este tipo es capaz de seguir emitiendo calor sin consumir energía.
De esta forma, son la mejor apuesta para calentar segundas viviendas o estancias específicas en épocas concretas de mucho frío, pero que no suelen extenderse durante muchas semanas al año. Resultan muy útiles y prácticos para calentar el hogar cuando caen las temperaturas y mantener ese calor a lo largo de toda la noche, cuando el radiador ya se ha apagado al ir a dormir.
Radiador de aceite Saivod HD952-K7Q con 7 elementos
Un versátil radiador eléctrico de fluido con nueve elementos y una potencia de solo 750W. Incluye termostato regulable, sistema de protección contra el sobrecalentamiento y un asa de transporte ya integrada. Viene con pies fijos para dar una gran estabilidad.
Radiador de aceite De’Longhi TRN0808M con 8 elementos
Con una potencia de 800W, este radiador de bajo consumo presenta un diseño muy funcional que maximiza el poder de calefacción con una gran distribución del calor. Tiene soportes fijos y se maneja fácilmente gracias a su pequeño tamaño y los dos mangos integrados. El diseño exclusivo prescinde de bordes afilados y el termostato cuenta con sistema de seguridad y modo anticongelación.