La tradición del anillo de pedida se remonta a tiempos ancestrales. Ya en el antiguo Egipto, las parejas intercambiaban anillos trenzados con juncos o cáñamo como símbolo de amor eterno y la forma circular del anillo, sin principio ni fin, representaba la continuidad y la eternidad del vínculo.
Los romanos adoptaron esta costumbre, pero utilizaron materiales más duraderos como el hierro o el cobre. En la Edad Media, los anillos de compromiso se popularizaron en Europa, y se comenzaron a utilizar metales preciosos como el oro y la plata, a menudo adornados con piedras preciosas.
El primer anillo de diamantes del que se tiene constancia como símbolo de compromiso fue entregado en 1477 por el archiduque Maximiliano de Austria a María de Borgoña. Este gesto sentó un precedente en la realeza europea, donde los diamantes, por su rareza y belleza, se convirtieron en un símbolo de estatus y poder. La dureza y el brillo del diamante lo convirtieron en una metáfora perfecta para el amor duradero y la fidelidad.
La tradición de regalar un anillo de diamantes se consolidó en el siglo XX, gracias una famosa campaña publicitaria titulada "Un diamante es para siempre". Desde entonces, el diamante se ha convertido en el símbolo por excelencia del amor eterno.
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En la actualidad, este anillo sigue siendo un símbolo de amor y compromiso, aunque su significado ha evolucionado con el tiempo. Para muchas parejas, representa la promesa de un futuro juntos, un compromiso de amor y lealtad que se sellará con el matrimonio.
Su elección es un momento muy especial, y por eso, cada vez es más común que las novias busquen que el anillo además de reflejar su personalidad y estilo, tenga un significado especial para ellas.
Aunque el diamante sigue siendo la piedra preciosa más popular para los anillos de pedida, cada vez más se opta por otras piedras como zafiros, rubíes o esmeraldas que ofrecen una alternativa colorida y original al clásico diamante, y pueden tener un significado especial para la pareja.
Otra tendencia en auge es la elección de anillos de pedida vintage o antiguos. Llenas de historia, estas piezas únicas aportan un toque de romanticismo y nostalgia al compromiso.
Anillo Cosette, SUAREZ
El anillo de pedida es una joya que se transmite de generación en generación, convirtiéndose en un tesoro familiar lleno de recuerdos y emociones. Es un símbolo de amor que perdura en el tiempo, recordándonos la promesa de un futuro juntos y la importancia de mantener viva la llama del amor.
Ya sea un diamante clásico, una piedra preciosa o un anillo vintage, el anillo de pedida es un recordatorio constante del amor que os une y la promesa de un futuro lleno de felicidad y complicidad.
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