Casarse es mucho más que celebrar la boda de tus sueños. Es un paso decisivo que significa amor, compromiso y futuro. Por otro lado, la Navidad es una de las épocas del año favorita para las pedidas de mano. Si estás pendiente de dar el “Sí, quiero”, te dejamos 12 razones -aunque a ti quizás te valga con una- para impulsarte a dar el paso. Todas ellas tienen algo en común: celebrar vuestro amor y construir una vida juntos.
Cuando encuentras a alguien con quien compartir victorias, retos y sueños, sabes que juntos vais a formar el tándem perfecto. Una boda es la forma de sellar esa alianza y comprometeros a seguir apoyándoos en todo. Ya sea poniendo en marcha un viaje o resolviendo detalles del día a día como qué series vais a empezar a ver…
Una boda es una ceremonia emocionante y llena de sentido, pero también es una fiesta en la que brindar por el amor con las personas más importantes de vuestras vidas. Es la excusa perfecta para reunir a familiares y amigos en un día que recordaréis siempre.
Una boda es el punto de partida de una vida llena de momentos compartidos: tardes de manta y películas, cenas en casa con amigos, aventuras inesperadas o desayunos en la cama repletos de vuestros bocados gourmet. Vivir con alguien con quien eres afín y te completa hace que lo cotidiano se vuelva extraordinario.
El matrimonio es una cuestión de amor, pero también de construir un proyecto común. Si compartís la visión de lo que queréis para el futuro, desde la casa en la que deseáis crecer juntos hasta cómo queréis disfrutar vuestra vida, casaros es el paso natural para comenzar a trabajar en ello.
¡Qué importante es el humor! En él está la clave para una relación feliz. Si esa persona que está pendiente de tu “sí, quiero” te hace reír como nadie, incluso en los días duros, es la persona. La risa entre dos es el mejor remedio para cualquier dificultad.
Una boda es el comienzo de un viaje en el que los dos vais a evolucionar. Para que ese camino sea enriquecedor es esencial que haya admiración mutua y os impulséis a crecer. Lo bueno es que al ser dos, el trabajo se comparte. Ganaréis en paciencia, resiliencia y empatía.
Para saber que esa persona es la merecedora de tu “sí, quiero” debes imaginarte el futuro a su lado. Esa es una señal clara de que es la elegida. Casarse es una forma de transformar los sueños en realidad y construir un futuro en común. ¿Te ves envejeciendo a su lado?
En un mundo de carreras, estrés, decisiones que tomar y escaladas constantes, parar para celebrar el amor es sano y recomendable. Celebrar una boda es poner vuestro compromiso sobre la mesa y descorchar una botella de champán para gritar a pleno pulmón que os queréis y vais a disfrutarlo.
Casarse os va a permitir escribir vuestro guion e incluir en él vuestras propias tradiciones familiares. Ya sean celebraciones especiales, rituales diarios o vacaciones anuales, estas tradiciones son la mejor manera de alimentar el sentido de pertenencia y continuidad en una relación.
Elegir y decorar una casa juntos es una de las experiencias más ilusionantes y la boda es un punto de partida. Crear un espacio que refleje vuestra personalidad y estilo, elegir los muebles del dormitorio o armar la entrada principal es una manera maravillosa de dar la bienvenida a vuestra nueva vida juntos.
La gratitud es esencial para que el amor resulte duradero. Si cada día encuentras algo por lo que dar las gracias a tu pareja, la boda reafirmará que queréis seguir dándoos lo mejor el uno al otro.
Casarse significa tener un compañero de aventuras con quien explorar el mundo. Y la luna de miel solo es el primer capítulo de vuestro gran libro de viajes. Desde pequeñas escapadas de fin de semana hasta grandes viajes internacionales, compartir estas experiencias crea recuerdos únicos.
Si sientes que junto a esa persona hacéis el mundo mejor, es que estáis en el momento perfecto para dar ese gran paso.
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