Aviso a navegantes: estas líneas van a ser una tentación tras otra. Abstente si el cacao es una debilidad que va más allá de tu control porque sí, este artículo va de eso. Va de tentaciones de chocolate y de por qué es uno de los regalos más recurrentes, apreciados y deliciosos que puedes hacer a tu pareja o a esa persona con la que te has citado en el juzgado o el altar. ¿Por qué nos gusta regalar chocolate? ¡Te lo contamos!
Basta con acercar al paladar una pieza de este dulce para entender, sin palabras, por qué el impulso de regalar chocolate. Sin embargo, vamos a buscar más razones, ya que detrás de esta costumbre hay alguna que otra explicación.
Regalar chocolate es una costumbre que está muy ligada al amor. Es sinónimo de regalar felicidad y emociones. Algo que, además, va más allá de la intención o del deseo de halagar, puesto que tiene que ver con lo físico. El chocolate impulsa la producción de endorfinas, responsables de las hormonas del placer, y estimula tanto nuestra actividad cerebral como nuestra felicidad.
Estas sensaciones son las que, allá por el siglo XV, despertaron el interés por el cacao en las cortes europeas tras descubrir América, de donde procedía la materia prima de lo que más tarde sería un manjar. Tras la llegada del cacao a Europa hubo un trabajo de ensayos en diferentes recetas hasta llegar a variantes más dulces y agradables al paladar que su amargor primigenio. Sin embargo, ya desde antes eran valoradas las propiedades de este ingrediente. Los aztecas recurrían al cacao como ofrenda a los dioses.
Su capacidad para prometer bocados de felicidad y estímulo llevaron al chocolate a convertirse en una exquisitez con la que halagar y seducir a las damas. Para la nobleza, regalar chocolate era toda una declaración de amor. Así pues, qué mejor detalle que (solo o acompañado de cualquier otro detalle) regalar chocolate a la persona que ocupa tu corazón.
Llegados a este punto de la historia, ¿imaginas de qué manera quedarían prendados aquellas damas y aquellos caballeros si sobre sus manos pusieran chocolates y bombones como los que disfrutamos hoy?
Los tiempos cambian y las recetas elaboradas con cacao no han dejado de crecer. En la actualidad hay notas saladas, picantes, florales, amargas... capaces de evocarnos momentos y lugares; hay texturas imposibles pensadas para sorprender al paladar más explorado; hay diseños únicos que convierten al chocolate en piezas de museo que da pena tocar... El arte de los maestros chocolateros no conoce límites y las piezas de chocolate gourmet no dejan de subir peldaños entre los sabores más apreciados.
El chocolate es un regalo para compartir, es un detalle que simboliza una celebración y que nos traerá a la memoria recuerdos inolvidables: el día que te pidió la mano, un nacimiento, un sabor de la niñez, un aniversario especial...
En definitiva, qué mejor celebración que el amor. Hay casi un chocolate para cada paladar: en tableta, en bombones, maridado con cavas o champán, incluso con vinos; combinados con frutas, con toques de sal, como envoltorio de frutos secos, rellenos de licores, vestidos de oro... Solo es cuestión de encontrar aquel que más agite el pulso de la persona que lo va a recibir.
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