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Grisú, un Willy Fog felino
Conoce a este peludo que ha cambiado de vida... ¡y hasta de continente! Su familia lo adoptó en Nicaragua y desde entonces han vivido juntos mil aventuras.

Luna es un alma libre de 50 kg, y hace lo que le viene en gana, cuando y como considera. Le encanta colocar la cabeza entre las piernas de su papá humano, para que le acaricie las orejas, cuello y lomo, y le golpea con la pata para que le haga caso y se tumba boca arriba para que le acaricie el pecho y barriga. En la calle se transforma en una verdadera dama, y no permite que se le acerquen desconocidos pero si se la pretende con chuches, renuncia rápidamente a su altanería. Si le haces andar demasiado, se tumba en medio de la calle y ahí se queda hasta que decide que ya ha descansado suficiente.
Su familia lo adoptó en Nicaragua, cuando solo tenía unos días, y desde entonces han vivido juntos mil y una aventuras. Y es que aunque en un primer momento Grisú llegó a la vida de Olga y Javier para "protegerles" de los animales tropicales típicos de la zona, poco a poco se convirtió en uno más de la familia. Juntos han viajado a muchos países, han superado enfermedades e incluso un cambio de continente para volver a España. Y es que a pesar de los papeleos burocráticos para que pudiese viajar y las dudas iniciales sobre si se adaptaría a su nueva vida, la realidad es que la vuelta a nuestro país fue mucho mejor gracias a él. Porque como les ocurre a todos los animales, lo importante ante los cambios es superarlos siempre unidos y en familia, y jamás plantearse abandonarlos.



