Zygmunt Stojowski podría verse como uno de los varios eslabones perdidos entre Frédéric Chopin y Karol Szymanowski. Contribuyó al desarrollo de la música polaca entre la segunda mitad del siglo XIX y los albores del modernismo, pero de alguna manera sus obras nunca entraron en el repertorio. Stojowski estaba feliz de permanecer inmerso en la tradición del romanticismo tardío; sus partituras exhiben un fuerte don para la melodía y una mano hábil en la orquestación colorida, reflejando influencias tanto rusas como francesas. Después de mudarse a los EEUU en 1905, Stojowski disfrutó de una gran reputación como compositor, pianista y, cada vez más, como profesor, pero su ausencia del escenario europeo hizo que sus obras se desvanecieran en la oscuridad.