Los Kafka-Fragmente, escenarios de extractos del diario, cartas y un texto póstumo del autor de El Proceso, toman la forma de una confesión íntima sin verdadero hilo narrativo. Kurtág eligió una voz de soprano y un solo de violín para expresar este fascinante caleidoscopio de paisajes emocionales, en los que afloran a su vez el humor, la sensualidad, el deseo y la ternura. Esta grabación es una rara oportunidad de escuchar al dúo de Isabelle Faust y Anna Prohaska, ambas en la cúspide de su arte.