Los ocho cuartetos de cuerda que escribió Malipiero entre 1920 y 1964 constituyen un cuerpo importante de la música de cámara italiana y reflejan sus sucesivas afiliaciones musicales. Los dos primeros forman una unidad vinculada y abrazan su antirromanticismo radical a principios de la década de 1920. Los números 3 y 4 comparten similitudes estructurales y actúan como una especie de laboratorio para sus sinfonías de la época. El Cuarteto No. 5 se inspiró en la obra teatral de Malipiero, mientras que el No. 6 explora una nueva dimensión narrativa. Con los dos últimos cuartetos, Malipiero se adentra en un mundo de cromatismo, donde la libertad tono-color alcanza la cúspide de la imaginación y el logro.