La guía definitiva para llevar camisetas básicas sin parecer básico

A veces, lo más básico es lo que más cuesta encontrar. Con la subida de temperaturas, una buena camiseta de algodón ultraligero o tejido técnico transpirable se convierte en tu segunda piel: no pesa, no da calor y queda bien con todo. Pero no todas son iguales. Las mejores son las que se sienten frescas al tacto, mantienen la forma lavado tras lavado y no necesitas pensar dos veces para saber con qué ponértelas.

El atractivo de las camisetas básicas está en su sencillez: cuello redondo, corte recto, sin logos ni estampados que distraigan. Funcionan como lienzo en blanco, pero eso no significa que sean aburridas. La clave está en elegir bien los colores (blanco, negro, gris, azul marino o algún tono piedra), que se integran fácilmente en cualquier look de entretiempo y verano sin esfuerzo.

Este tipo de camiseta es tu mejor aliada cuando quieres ir bien sin complicarte. Es esa prenda que puedes repetir varias veces a la semana sin que nadie se dé cuenta, siempre que la combines con piezas distintas. Porque aquí está el truco: cambia la chaqueta, el pantalón o las zapatillas, y la misma camiseta tiene una energía completamente distinta.

A continuación, te contamos cómo llevar estas camisetas ultraligeras según el plan que tengas. Ya sea para ir a la oficina, salir de terraceo o moverte todo el día por la ciudad, te damos ideas para combinarlas y una selección afinada de productos que te harán la vida más fácil.

Para ir a la oficina sin pasar calor

Sí, se puede ir a trabajar en camiseta si sabes cómo hacerlo, sobre todo cuando el calor empieza a apretar, pero quieres seguir transmitiendo cierta presencia. La clave está en apostar por camisetas en tonos neutros —blanco roto, gris claro o azul marino— que aporten limpieza visual y combinen bien con prendas más pulidas. Piensa en un pantalón chino bien planchado (los tonos arena o azul claro funcionan muy bien en esta época), una sobrecamisa de lino o algodón lavado y, si quieres subir un punto, una americana desestructurada sin forro, que aporta estructura sin agobiar. En los pies puedes jugar según tu estilo: mocasines ligeros, deportivas de piel blanca o náuticos si el código de vestimenta lo permite. Todo respira frescura y ligereza, pero sin perder el punto formal. Este tipo de look es ideal si trabajas en un entorno donde se valora el buen vestir, pero ya no se exige ir encorbatado.

Para quedar a tomar algo por la tarde

Aquí toca relajarse un poco más, pero sin caer en el descuido. Puedes optar por una camiseta de colores claros o en algún tono cálido (teja, oliva, arena o incluso rosa) que aguante bien una jornada larga, desde la sobremesa hasta las copas. Combínala con vaqueros relajados, de tiro medio y pernera recta, o con unos pantalones tipo carpenter, que ahora están muy presentes pero siguen siendo cómodos. A los pies, unas deportivas con algo de carácter: retro runners, zapatillas de suela gruesa o incluso unas Vans clásicas si quieres dar un punto más callejero. Si refresca por la noche —que en primavera pasa más de lo que parece—, mete una cazadora vaquera ligera, una sahariana de algodón o una chaqueta técnica que corte el viento sin agobiar. Este combo es perfecto para un plan informal donde no sabes dónde acabarás, pero te apetece verte bien en todo momento.

Para un finde activo (aunque solo salgas a por el pan)

Los fines de semana de primavera tienen esa mezcla de solazo a media mañana y aire fresco al atardecer, así que lo ideal es optar por camisetas ultraligeras que regulen bien la temperatura y resistan lo que les eches. Aquí encajan de maravilla los tejidos técnicos, las mezclas de poliéster reciclado y algodón o los puntos finos que se secan rápido, no se arrugan y permiten moverse con soltura. Llévala con unos joggers ajustados o pantalones cargo de algodón fino, y completa con deportivas funcionales —tipo trail o running urbano— y una gorra o gafas de sol si vas a estar al aire libre. Esta combinación es perfecta tanto para hacer recados como para una mañana en bici, una excursión de domingo o un paseo largo por la ciudad. Y lo mejor es que sigue siendo un look presentable si acabas comiendo fuera sin haberlo planeado.

Para viajar ligero (en el look y en la maleta)

Las camisetas básicas ultraligeras son esas prendas que siempre deberían ir en tu maleta cuando te vas de viaje en primavera o verano. Ocupan poco, combinan con todo y, si hace falta, las puedes lavar a mano por la noche y tenerlas listas al día siguiente. Si viajas a una ciudad, combínalas con bermudas tipo chino, pantalones cargo cortos o incluso con unos pantalones frescos tipo jogger urbano. Si estás en modo playa, funcionan igual de bien con bañadores tipo short y sandalias deportivas. Añade un tote bag o una mochila ligera, gafas de sol, gorra y listo: vas cómodo, fresco y con estilo. Es un uniforme infalible para patear museos, sentarte en una terraza o hacer una excursión al aire libre sin parecer que te has disfrazado de turista.

Para salir a cenar (sin parecer que vienes del gimnasio)

Las camisetas también tienen su sitio en planes de noche, especialmente en primavera y verano, cuando no te apetece llevar camisa pero quieres ir arreglado sin caer en lo deportivo. Para eso, lo mejor es optar por camisetas en colores oscuros —negro, antracita, azul tinta— y con algo más de cuerpo: algodón de gramaje medio, punto compacto o incluso mezclas con modal que caen bien y se sienten algo más estructuradas. Otra buena opción pueden ser las camsietas con motivos geométricos. Combína ambos estilos con pantalones sastre cropped o con pinzas en tejidos ligeros, una blazer desestructurada de lino o una overshirt oscura. El toque final lo ponen los zapatos: derbies, mocasines de piel blanda o incluso zapatillas blancas muy limpias. Añade un reloj fino, una cadena discreta o un cinturón bonito y el look está hecho: informal, fresco y con intención, sin caer en lo deportivo.