My Way, el perfume floral de mujer de Giorgio Armani de los descubrimientos y las conexiones para una mujer de espíritu aventurero, curiosa y auténtica, que aspira a ampliar sus horizontes y vivir encuentros significativos alrededor del mundo. La fragancia simboliza los encuentros olfativos alrededor del mundo: La bergamota de Italia se encuentra con la flor de naranjo de Egipto en una salida brillante y luminosa. En el corazón, la tuberosa se encuentra con el jazmín, ambos de la India, para firmar este radiante bouquet de flores blancas que aporta generosidad y armonía. El encuentro final de madera de cedro de Virginia con la cálida vainilla de Madagascar y almizcles blancos otorgan el perfecto fondo envolvente. Un perfume de flores amaderado creado con ingredientes de distintas partes del mundo y de manera solidaria.
El frasco encapsula el conjunto de experiencias que te hacen ser como eres; es el talismán que siempre te acompaña y captura los recuerdos vividos. El tapón azul es una metáfora del mundo que nos une a todos; abrazado por un anillo dorado con la firma de Giorgio Armani, que no solo le confiere ese aspecto de joya a nuestro talismán, sino que simboliza el camino que cada mujer va tomando en su vida. Un perfume con un propósito: Desde los ingredientes de origen consciente hasta su frasco recargable en todos los formatos. Un compromiso responsable para luchar contra el cambio climático.
Notas olfativas:
*Notas de salida: BERGAMOTA DE CALABRIA Y AZAHAR DE EGIPTO La nota de flor de naranjo es extraída a través de un proceso ancestral totalmente natural en Egipto.
*Nota de corazón: TUBEROSA Y JAZMÍN DE LA INDIA El radiante corazón de este perfume floral de mujer es una interpretación contemporánea de flores blancas icónicas. La tuberosa es recogida a mano cerca de Mysore en la India, en el estado de Karnataka.
*Notas Fondo: MADERA DE CEDRO DE VIRGINIA, VAINILLA DE MADAGASCAR Y ALMIZCLE BLANCO El fondo cálido y envolvente de la composición. La vainilla proviene de programas locales que ayudan a comunidades vulnerables en Madagascar.
Soy lo que vivo.
