Anatomía de un lavavajillas Whirlpool de última generación en pleno funcionamiento
A un lavavajillas todos le pedimos la máxima eficiencia, que nos garantice resultados perfectos con el mínimo esfuerzo. Para ello, es importante conocer los falsos mitos y errores frecuentes que solo entorpecen el lavado; solo así podremos aprovechar al máximo las prestaciones de nuestro aparato.
Los electrodomésticos de última generación demuestran el gran desarrollo que está alcanzando la tecnología del hogar, del que quizá no somos del todo conscientes. ¿Alguna vez te has preguntado qué sucede dentro de un lavavajillas en funcionamiento? Hoy nos colamos dentro de uno de los modelos más avanzados de Whirlpool para desgranar todo su I+D+i.
Cómo funciona un lavavajillas
El funcionamiento básico de un lavavajillas no ha cambiado mucho desde que se inventó. Ya sabes que tú solo tienes que colocar correctamente en las cestas los platos, vasos, cubiertos y demás accesorios, añadir detergente y/o sal, cerrar y activar el programa adecuado. Luego, solo queda esperar mientras el aparato se encarga de todo.
El ciclo de lavado comienza llenando de agua el interior. A continuación, se calienta y añade el detergente para empezar el lavado propiamente dicho. El agua jabonosa sale disparada a presión mediante diferentes mecanismos para actuar sobre la suciedad de la vajilla.
El tiempo de lavado puede durar más o menos según el modelo y el programa activado, hasta que el agua se retira y el aparato se vuelve a llenar de agua limpia para enjuagar. Finalmente, el agua se elimina por completo para pasar a la fase de secado, cuya efectividad depende de las prestaciones de cada electrodoméstico.
Este simple funcionamiento, sin embargo, ha evolucionado mucho desde los primitivos primeros modelos. Los departamentos de I+D+i de las grandes firmas como Whirlpool han desarrollado nuevas tecnologías que potencian el máximo rendimiento de cada parte de su mecanismo. Así, un lavavajillas de última generación como el modelo WFO 3O33 DL X para 14 servicios funciona con la precisión de un reloj suizo para ofrecer los mejores resultados con un esfuerzo mínimo.
Así es un lavavajillas Whirlpool por dentro
Al abrir el lavavajillas WFO 3O33 DL X de Whirlpool encontramos tres partes bien diferenciadas: el panel de control en la parte frontal de la puerta, los dispensadores de detergente y abrillantador en la cara interior de la propia puerta, y todo el espacio interior donde se coloca y se lava la vajilla. ¿Qué papel juega cada elemento en el ciclo de lavado?
Panel de control
Es el centro de mando, donde nosotros seleccionamos el tipo de lavado que queremos aplicar. Este modelo de Whirlpool reúne las máximas prestaciones ofreciendo un completo conjunto de 11 programas para adaptarse a las necesidades concretas de cada ocasión. Entre ellos, no podía faltar Eco, con un consumo energético de 0,83 kWh/ciclo, o Cristal, a una temperatura de 45º para no dañar los artículos delicados. También sobresale, la modalidad 6th Sense, exclusiva de Whirlpool para detectar el nivel de suciedad en la vajilla y ajustar el programa según convenga.
Mediante los botones del panel y la visualización de la pantalla digital podemos elegir el programa y funciones específicas, como la opción Multizone para elegir solo lavar una bandeja concreta, controlar ajustes -como la necesidad de recargar el abrillantador- o pausar el ciclo.
Dispensadores de detergente y abrillantador
Situados en el centro de la parte interior de la puerta, hallamos los depósitos dispensadores. En ellos, se coloca el detergente adecuado y, en su caso, abrillantador para lavavajillas. Es la propia máquina la que aplica cada producto al proceso de lavado, combinando el detergente con el agua para crear la solución jabonosa que elimina la suciedad.
El abrillantador facilita el secado y ayuda a obtener una vajilla perfecta, reluciente y sin marcas de agua, cuya dosis además se puede configurar. La sal para lavavajillas, que se añade en un depósito emplazado en la base, es esencial para que funcione correctamente el ablandador de agua que combate la dureza de esta evitando incrustaciones de cal en vajilla y máquina.
Interior del lavavajillas
Prácticamente toda la acción de lavado sucede aquí, oculta a nuestros ojos. Casi de forma mágica, al cerrar la puerta, el aparato empieza a trabajar y nos devuelve la vajilla perfecta. Estos son los elementos que lo hacen posible:
- Cestos o bandejas. Son la parte central y más visible que contienen las bandejas donde colocamos todos los elementos para lavar. Se extraen fácilmente mediante las guías telescópicas para cargar y descargar sin esfuerzo. El modelo WFO 3O33 DL X de Whirlpool cuenta con bandejas modulares FlexiSpace exclusivas de la marca para gestionar el espacio y adaptarse a las necesidades de cada uso.
- Sujeciones y aletas plegables. Son los elementos móviles de los cestos que se pueden ajustar y plegar para encajar mejor cada pieza, desde copas delicadas hasta ollas y cazuelas grandes, que pueden colocarse en vertical para optimizar el espacio.
- Bandeja para cubiertos. La tercera bandeja superior abatible es especial para los cubiertos y se puede retirar en el caso de necesitar un espacio extra en los cestos. Su presencia se está convirtiendo en tendencia.
- Ajustador de altura de la bandeja superior. Mecanismo que permite subir o bajar el cesto superior en función del tamaño de los objetos que necesitamos lavar.
- Brazos aspersores. Al recibir el agua a presión, los aspersores la expulsan gracias a su mecanismo de giro dirigiéndola con precisión a todos los rincones del lavavajillas y alcanzando cualquier recoveco para no dejar ningún elemento sin lavar.
- Chorros de agua PowerClean. Se sitúan en la parte posterior para limpiar ollas en vertical o los utensilios especialmente sucios expulsando el agua a alta presión. PowerClean es un sistema propio del sello estadounidense.
- Orificio superior. El sistema de flujo de aire 3D AirFlow PowerDry ideado por Whirlpool recoge por este orificio el vapor y lo condensa en agua para eliminarla fácilmente y evitar humedad en la vajilla y la salida de vapor al abrir la máquina.
- Cuerpo de filtrado. Contiene los filtros por los que entra y sale el agua que utiliza el aparato durante su funcionamiento evitando que las impurezas pasen al desagüe.
- Desagüe. Por aquí se expulsa el agua extraída dejando seco el interior del lavavajillas.
- Manguera. Permite la entrada de agua al conectarse con la red central de la vivienda.
Luces, cámara y… ¡acción!
Una vez hemos colocado correctamente nuestra vajilla y rellenado los depósitos de detergente, abrillantador y sal, solo nos queda elegir el programa adecuado a nuestras necesidades y dejar que el lavavajillas haga su trabajo. Es cuando todos los componentes que hemos descrito entran en funcionamiento, perfectamente coordinados.
Primero, el aparato se llena de agua y la calienta a temperaturas distintas según el programa (entre 45º y 65º), aunque puede hacer primero un prelavado con agua fría si hemos seleccionado esa opción. Automáticamente, toma el detergente que necesita y gracias al sistema 6th Sense, los sensores detectan el nivel de suciedad para aplicar la presión más adecuada en los inyectores.
Durante el ciclo de lavado, el agua jabonosa sale a presión por los orificios superior e inferior, proyectándola en todas direcciones gracias a los aspersores. Los inyectores posteriores PowerClean disparan directamente el agua a la vajilla alcanzando todas las piezas.
El agua sucia se vacía por el desagüe, quedando los restos más densos atrapados en el filtro, y el aparato vuelve a llenarse para enjuagar la vajilla. Finalmente, el sistema 3D AirFlow PowerDry de Whirlpool aspira el vapor por el orificio superior direccionándolo al condensador. El ventilador reduce la temperatura y el aire condensado se transforma en gotas líquidas que son expulsadas para dejar la vajilla completamente seca. En total, el volumen de agua que se maneja oscila entre 4,5 y 16 litros en función del programa seleccionado.
Finalizado el ciclo de lavado, el lavavajillas nos avisa con pitidos para poder retirar los platos y cubiertos, completamente limpios y secos, sin llenar la cocina de vapor. Así es como podemos disfrutar de una vajilla siempre perfecta, gracias a la avanzada tecnología de la que hacen gala los modelos de última generación. La innovación y el diseño se ponen a nuestro servicio para hacernos la vida mucho más fácil.
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