Birra con buena uva

Mica produce una refrescante cerveza de vendimia que combina el dulzor de la cebada y el amargor del lúpulo con la acidez de la uva. Sí, con la variedad tempranillo que ha hecho grande a los vinos de Ribera de Duero.

Es una idea tan sencilla que resulta difícil explicarse por qué no se había hecho antes: aunar los dos mejores productos de la tierra para crear algo único. Así, con la cebada de Fuentenebro y la uva tempranillo del Páramo de Corcos de Moradillo de Roa (Ribera del Duero), dos pueblos colindantes de la provincia de Burgos, se ha elaborado una cerveza de vendimia que refleja el carácter de esta zona. Surgió como una prueba y un reto, pero se ha convertido en un producto singular y atractivo: la cerveza de vendimia El Cotarro by Mica va a facilitar la vida a los indecisos, que ya no tendrán que elegir entre tomar vino o cerveza.

El proyecto nace en septiembre de 2017, cuando Nacho Rincón, concejal del ayuntamiento de Moradillo de Roa y Juan Cereijo, gerente de la Cervecera Mica, se reúnen para organizar una cata de cervezas en el pueblo y se preguntan: “¿Por qué no elaborar una cerveza de vendimia para dar a conocer El Cotarro de Bodegas de Moradillo y obtener fondos para su recuperación?”. Dicho y hecho. Se seleccionó una parcela de vaso en el Páramo de Corcos, donde se encuentran los viñedos del término municipal de Moradillo de Roa, y se vendimiaron para este fin 400 kilos de uva tempranillo con más de 40 años de historia. La misma que en los últimos diez años ha servido para elaborar los vinos de la familia Luis Cañas en su bodega de Ribera del Duero Dominio de Cair, y que anteriormente, durante más de 30 años, fue usada por Bodegas Alyon, del Grupo Tempos Vega Sicilia.

Para hacer esta singular bebida, la uva es vendimiada y transportada en cajones a la Cervecera Mica, en Aranda de Duero, donde se macera en frío, comenzando así las pruebas para elaborar una cerveza equilibrada, refrescante, de color oro con toques rosados, aroma fresco y sabor que combina el dulzor de la cebada, la acidez de la uva y el amargor del lúpulo, ideal para acompañar cualquier plato, pero sobre todo el que mejor identifica su tierra de procedencia: las chuletas de cordero lechal asadas al sarmiento. La calidad de Mica está avalada por los numerosos galardones recibidos, que en muy poco tiempo han servido para reconocer su saber hacer y la viabilidad de un proyecto que pretende mantener y dar a conocer un tesoro oculto en esta tierra.