Primero lavamos, pelamos y troceamos la manzana. Colocamos la pulpa en una cazuela con el zumo de medio limón, sin calentar.
Por otro lado, ponemos a cocer las pieles y los corazones de las manzanas con un poco de agua en otro cazo. Transcurridos cinco minutos, escurrimos y exprimimos las pieles y los corazones con una cuchara o un juego de dos coladores.
El siguiente paso es incorporar el azúcar al jugo que hemos sacado de las pieles, lo haremos a fuego vivo, tostando el azúcar hasta que caramelice. La cantidad de azúcar aproximada es de entre el 45% y el 65% del peso de las manzanas ya troceadas.
Cuando el azúcar esté caramelizado, retiramos del fuego, añadimos la mantequilla y vertemos el caramelo sobre las manzanas. Encendemos el fuego y cocemos hasta obtener la mermelada. Los primero cinco minutos a fuego fuerte y removiendo con frecuencia, luego añadimos la canela, la nuez moscada y la vainilla y vamos bajando el fuego gradualmente hasta conseguir la textura deseada.
Degustación
La mermelada de manzana casera está dulce y deliciosa. Se puede usar tanto para untar una tostada como para preparar empanadillas dulces o endulzar unas costillas de cerdo al horno. En un bote sellado al baño maría dura mucho tiempo.
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