Cortamos el puerro y los espárragos en brunoise fina y reservamos. El queso gruyère lo cortamos en dados. Estiramos la masa quebrada y, con la ayuda de un plato de 15 cm de diámetro, cortamos cuatro círculos. Untamos 4 moldes, de 10 cm de diámetro, con mantequilla y los forramos con la masa quebrada.
Pinchamos ésta con un tenedor y colocamos unos garbanzos en el fondo. Introducimos en el horno, precalentado a 180º C, durante 10 minutos, sacamos, quitamos los garbanzos y reservamos.
En una cacerola rehogamos el puerro con aceite de oliva durante 10 minutos, incorporamos los espárragos y dejamos 10 minutos más. Apartamos y escurrimos el exceso de aceite. En un recipiente batimos los huevos, lo mezclamos con la nata líquida y salpimentamos. Sobre los moldes, colocamos en el fondo las verduras cocinadas y el queso en dados, vertemos la mezcla de huevo y nata líquida e introducimos en el horno precalentado a 180º C durante unos 20 minutos. Para saber si el pastel está cuajado, introducimos un pincho. Si sale limpio, está listo.
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