El desarrollo del bebé con 19 meses

A esta edad el bebé ya come con cuchara y tenedor y dice entre diez o veinte palabras. Es probable que suba escaleras, chute una pelota o identifique dibujos con sus nombres. Si todavía no es capaz de mantener el equilibrio con un pie no hay por qué preocuparse, pronto lo hará. Comenzará a quitarse la ropa él solito, formará frases cortas y comenzará a preguntar “por qué” y “qué es”. 

El niño a esta edad va madurando y consolidando todo lo aprendido hasta ahora. Se encuentra en la etapa de la motricidad gruesa: camina solo y empieza a andar también hacia atrás. Es capaz de correr y sabe sentarse él solito en una silla, aunque con algo de dificultad. También puede agacharse y coger un juguete sin caerse. Interpreta cada vez mejor la posición de las cosas en el espacio: sabe si algo está arriba o abajo, dentro o fuera, vacío o lleno. Comprende el concepto de grande y pequeño y no olvida qué juguetes son suyos, aunque también intente apropiarse de los que pertenecen a otros niños. 

Comienza a desarrollar la capacidad de realizar el juego simbólico: puede imaginarse que una piedra es un avión y elevarla con sus manitas para que se desplace por el aire. Este hito del desarrollo se considera muy importante, porque implica que el niño descubre que unos objetos pueden representar a otros sin necesidad de que estos estén presentes. Este tipo de razonamiento es el precursor del razonamiento abstracto.

Con 19 meses el niño puede seguir la misma dieta que el resto de la familia siempre y cuando esta sea variada y equilibrada. Y aunque muestre cierta preferencia hacia determinados alimentos, la dieta no debe ser monótona ni repetitiva. Además, como en esta etapa el ritmo de crecimiento del bebé es más lento no se le debe ofrecer una alimentación demasiado copiosa. 

Hay que evitar ofrecerle entre horas alimentos como pan o galletas y restringir por completo de su dieta las bebidas azucaradas y las golosinas, que pueden quitarle el apetito y provocarle caries. A esta edad es probable que el apetito del pequeño disminuya. Para estimularlo, intenta que pase un rato divertido mientras cocinas, dejando que el niño vea cómo le preparas su comida. Colócale en su trona y déjale mirar. 

A esta edad el bebé siente verdaderas ganas de echar a andar y a correr. Para ello es importante proporcionarle un calzado adecuado. Para afianzar su habilidad motora deberá utilizar un zapato que se adapte a su pie sin oprimirle. Ha de ser ligero, flexible y de un material que transpire. No es necesario que cubra la articulación del tobillo. 

Entre los dieciocho y los veinticuatro meses, la talla de calzado indicada es la 21. Deben ser zapatos diseñados para caminar, no los de aprendizaje que utilizó durante sus primeros meses. Hay que asegurarse de que con ellos puede andar adecuadamente, que tienen buena aireación, suelas gruesas y antideslizantes, un peso moderado y que le permiten moverse con facilidad. 

Se recomienda el calzado de materiales naturales, como el cuero, el forro y la capellada. Han de tener un buen contrafuerte para dar estabilidad y firmeza a los pies del bebé, y a la vez ser cómodos y seguros para facilitar al pequeño un correcto desarrollo de su habilidad de caminar.