El desarrollo del bebé con 23 meses

A punto de cumplir los dos años, el niño salta, abre puertas y se sube a las sillas y a los muebles. A medida que se va acercando a esta edad es cada vez más capaz de comunicarse mejor con las personas de su entorno. Ya es posible incluso mantener conversaciones con él, aunque aún no sean muy fluidas. Poco a poco, el pequeño es capaz de hacerse entender y de expresar lo que quiere o lo que le ocurre.
¿Cómo juega el bebé de 23 meses con otros niños de su edad?
A esta edad el niño muestra cada vez más interés en jugar con otros niños. Ya es capaz de interaccionar con ellos y de crear sus propios juegos, como pasarse el balón o perseguirse corriendo por el parque, pero todavía necesita que un adulto le supervise y comparta su juego. Ha dejado de verte como una extensión de sí mismo, pero aún así tendrá la necesidad de estar cerca de ti y, al mismo tiempo, de reafirmarse. Querrá un abrazo y al instante que te alejes de su lado. No hay que alarmarse, no implica un rechazo al adulto, sino una fase natural del crecimiento.
El bebé de 23 meses y la fase del "¿Por qué?"
Con 23 meses, el niño ya chuta una pelota, camina hacia atrás sin problema, te imita –y adora hacerlo–, identifica dos objetos en una imagen diciendo sus nombres, combina palabras y dice alrededor de cincuenta. También muestra conciencia de la aprobación o la desaprobación de sus padres y probablemente ya mantenga el equilibrio sobre un solo pie, se cepille el pelo, se limpie la nariz o lleve a cabo cualquier otro ritual higiénico, aunque todavía con ayuda.
Poco irá mostrando signos de que está preparado para usar el cuarto de baño, se hace entender al hablar al menos la mitad de las veces, dice entre cincuenta y setenta palabras, pregunta “por qué” y “qué es”, e incluso es posible que hable ya de sí mismo, cante canciones sencillas y se interese cada vez más por el juego con otros niños. Pero no te preocupes si todavía no construye una torre de ocho piezas, ni emplea adverbios o lleva una conversación de dos o tres frases. Tampoco si no dice más de cien palabras, pedalea en triciclo o separa objetos por categorías. Pocos niños a esta edad desarrollan actividades tan complejas.
¿Cuánta leche se recomienda que tome al día el bebé de 23 meses?
La dieta del niño ha de seguir siendo variada y equilibrada, incluyendo todos los grupos de alimentos (leche, verdura, fruta, pan, pasta, carne, pescado y huevo). La leche es importante a esta edad, pero no es la base de la alimentación. El aporte diario deberá ser de unos 500 ml. Para beber, ofrecedle agua, leche y zumo de naranja natural. Hay que evitar las bebidas carbonatadas y los refrescos con estimulantes.
El niño aún es pequeño para que en su dieta se introduzcan ciertos alimentos. Se recomienda posponer hasta los tres años los lácteos desnatados, el pez espada, el tiburón, el lucio, el atún rojo, el marisco y los crustáceos.
Los lácteos desnatados están desaconsejados porque, al menos hasta los tres años, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria indica que el niño debe tomar leche de vaca entera. A partir de los tres años, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria advierte de que se puede pasar a los lácteos semidesnatados, una consideración indicada también en niños con problemas de colesterol o sobrepeso.
¿Cómo puedo educar a mi bebé de 23 meses de forma sosegada?
Falta apenas un mes para que el niño cumpla dos años de edad y no para quieto. Se muestra activo, curioso y lleno de energía, algo normal a esta edad. Para niños especialmente inquietos (cuyo nivel de actividad supera claramente el de la media) hay ciertas pautas para ralentizar el ritmo:
- Es importante ceñirse a las rutinas. Se recomienda seguir un horario para las comidas, siestas, salidas y horas de juego para que la vida del pequeño siga un orden y no resulte un frenesí.
- Es aconsejable relajarse. Es probable que tu hijo no tome la iniciativa de hacer una pausa, pero poco a poco y con perseverancia podrás animarle a que descanse de forma periódica. El descanso debe ser divertido: leer un cuento, hacer un rompecabezas o construir un castillo con bloques de madera son actividades que podrían interesarle y distraerle.
- Lo ideal es reforzar positivamente sus momentos de quietud. Aunque no sean frecuentes ni duren demasiado, es bueno elogiarle por su esfuerzo y por mantener la calma.
- Es esencial minimizar la frustración. Esta puede desencadenar explosiones de comportamiento activo. La clave para evitar esta reacción desmedida es ayudar al niño a enfrentarse con calma a los retos del día a día.
- También es conveniente controlar su dieta. Los niños parecen mostrarse mucho más inquietos cuando toman cantidades excesivas de azúcar. Si observas que el nivel de actividad del pequeño aumenta después de atiborrarse caramelos y golosinas, plantéate seriamente reducirlos de su dieta.
Fuentes:
Asociación Española de Pediatría.
Healthychildren.org. Edades y etapas del bebé. Asociación Americana de Pediatría. 2023.
Murkoff, H. y Mazel, S. Qué se puede esperar del segundo año. De los 12 a los 24 meses. Editorial Planeta, 2016.

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