El desarrollo del bebé con 3 meses

Durante el primer mes de vida del bebé el pediatra controlaba su peso cada semana. A medida que el pequeño crece esta frecuencia se reduce, y en este tercer mes el control pasa a ser quincenal. Si su curva de peso es exageradamente elevada –en algunos lactantes puede rozar la obesidad–, el pediatra puede indicar cambios en las rutinas de alimentación. Si aún así el bebé sigue engordando por encima de lo normal sin que haya un factor genético, podría plantearse un estudio especial para detectar las causas.

A algunos lactantes puede ocurrirles lo contrario: su peso está por debajo de la media para su edad. En ese caso hay que vigilar si su dieta es correcta, si el apetito del lactante es bueno y si come lo suficiente a lo largo del día. Si todo es adecuado, hay que hacer pruebas para descartar alergias o intolerancias. 

En cuanto al peso y talla del bebé en el tercer mes, la media en los niños es de 6,2 kilos y 60 cm. de altura. En el caso de las niñas, el peso medio es de 5,6 kilos y su estatura de unos 59 cm. Desde los tres meses el bebé va a ir adquiriendo más fuerza en el cuello y ya podrá levantar la cabeza durante varios minutos. Su perímetro craneal será de unos 40 cm. 

A los tres meses de edad el bebé está bastante familiarizado con su propio cuerpo y suele mirarse las manos y mover los dedos. Es su primer aprendizaje de causa-efecto. Además, cuenta con un amplio repertorio de respuestas para comunicarse contigo: te sonríe, mueve su boca cuando le hablas, asiente, da pequeños chillidos, aúlla y lanza besitos.

A esta edad, el bebé comienza a sujetar su cabeza con firmeza cuando está incorporado o se le mantiene erguido. También es capaz de levantar la cabeza al mismo nivel que el resto del cuerpo cuando está tumbado boca abajo, despegando la cabeza del colchón, aunque aún no es capaz de aguantar así demasiado tiempo.

Comienza a descubrir sus manos, las mantiene abiertas y las mira. Es capaz de sujetar peluches o pequeños sonajeros durante unos segundos, gira la cabeza cuando oye tu voz y sonríe para expresar que se alegra de verte. También comienza a expresar su alegría agitando las manos y pataleando. 

Comienza a pronunciar sonidos simples de vocales como “oh”, “ah”, “uh”, y todo un repertorio de gritos fácilmente reconocibles para expresar cómo se siente: si está hambriento, cansado, frustrado, enfadado, si se siente solo, si está impaciente...

La leche materna o de fórmula sigue siendo el único alimento que necesita el bebé a los tres meses. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva como mínimo durante los primeros seis meses de vida, y aconseja alargarla hasta los dos años combinada con alimentación complementaria. 

Se recomienda ofrecer la leche a demanada. A los tres meses de edad es habitual que el bebé demande menos tomas al día y que estas sean cada vez más regulares. Un consejo para que el pequeño no pase hambre y tú sigas manteniendo una producción de leche adecuada es no alargar demasiado el tiempo de cada toma.

En caso de que el bebé tome biberón, se recomienda ofrecerle una toma cada tres o cuatro horas, pues la leche de fórmula es más difícil de digerir que la materna y conviene darle margen a su organismo para una correcta digestión. Como orientación, a los tres meses un bebé puede tomar cada día entre cinco o seis biberones de entre 150 y 180 ml de leche. Al igual que el pecho, se aconseja darle el biberón a demanda. 

El bebé todavía es completamente vulnerable a su entorno y, aunque ya comienza a tener memoria, a expresarse intencionalmente, a desarrollar habilidades y a ver mundo por primera vez, necesita ser cuidado y protegido cada segundo.

A partir de los tres meses va a ir consolidando sus ciclos de sueño-vigilia: dormirá periodos cada vez más largos y cada vez más por las noches. En total pasará entre 15 y 18 horas dormido cada día. Aunque poco a poco va adaptándose a un horario de sueño normativo, aún hay que esperar para que la rutina de sueño se implante del todo.

Debe estar siempre vigilado, sobre todo a partir de esta edad en la que está cada vez más activo. Verás que comienza a llevarse a la boca todo lo que coge. Por eso hay que mantener limpios sus juguetes y evitar dejar a su alcance cosas pequeñas o juguetes con piezas desmontables que pudiera tragarse.