Descubriendo a… Sara Torres

El 21 de marzo se celebra el Día de la Poesía. Una fecha con la que la UNESCO trata de poner en valor un género que contribuye a la diversidad creativa. La razón, según explica la organización promotora de esta fecha, es que la poesía cuestiona la forma en la que usamos las palabras y también el modo de percibir la realidad.
Un día ideal para acercarse a los grandes clásicos de la poesía, pero también a los valores emergentes. Entre estos, en nuestro país destaca Sara Torres. Pese a su corta trayectoria, la joven asturiana se ha convertido en una de los referentes de la nueva generación de poetas.
¿Quieres saber un poco más acerca de la poesía de Sara Torres?
1991
Sara Torres nace en Gijón (Asturias).
Desde muy niña empezó a escribir poemas. El primero, contaba en una entrevista para La Tribu, lo escribió de memoria sentada en una silla en su habitación con los pies apoyados en la pared. «Dije cada verso en voz alta y recuerdo disfrutar enormemente». Es por eso que para esta poeta el lenguaje está asociado al placer.
Para Sara Torres, escribir, más que una vía de escape, es una vía de comprensión. «A mí la literatura me interesa en cuanto sirve para liberar la mente y desplazar el contenido a una plataforma externa donde puedes trabajar con ella».

2014
Gana el Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven por su obra La otra genealogía. En él realiza un ejercicio de transgresión del lenguaje para inventar una utopía femenina y viajar, junto a la protagonista, a un lugar al que llama la Isla. «Creo en la necesidad de escribir libros que aumenten la libertad que las personas tenemos de imaginar nuestra vida», explicó sobre esta obra.
«Es uno de esos libros que buscaba desde pequeña en las librerías. Otros libros han ido apareciendo… pero este no. Escribí el libro que nunca llegué a encontrar, para rellenar ese vacío. Lo que no inventaron para mí, al final yo lo inventé. Lo inventé para mi propio refugio, pero sobre todo para poder compartir un mundo», dijo sobre La otra genealogía en una entrevista.

2016
Publica su segundo poemario, Conjuros y Cantos. Aquí, la reflexión sobre el lenguaje es el pilar que sustenta toda la obra, algo que remarca desde la primera línea: «El lenguaje es un acto con consecuencias».
«Conjuros y cantos habla de pasar de la imaginación a la acción a través de la performatividad del lenguaje de los conjuros, cómo pasar del pensar al hacer», explicaba la autora en una entrevista para La Nueva España.
Ese mismo año, obtuvo una beca de residencia en la Fundación Antonio Gala, en Córdoba. Durante su estancia allí, escribió su novela Vida mínima, que obtuvo una mención especial de la BFAG.

2019
Publica su tercer y último poemario (por el momento), Phantasmagoria. En él, Sara Torres entrelaza lo teatral, lo narrativo y lo poético para mostrar la encarnación de una voz que incorpora en sí todas sus ausencias, y explora el dolor del cuerpo aislado y el funcionamiento de la mente en el recuerdo.
El libro está vinculado a un proyecto audiovisual performativo en colaboración con la artista Marta Velasco Velasco e incluye un paisaje sonoro compuesto por Ana Quiroga.
«Phantasmagoria es una crítica a la imaginación. En concreto, el libro habla sobre el cuerpo que se queda atrapado en la imaginación. Es una exploración de los procesos de imaginar y de cómo nos quedamos encerrados en los mundos representativos del pasado», explicaba Sara Torres en La Nueva España.

HOY
Tras estudiar Lengua Española y Literatura en la Universidad de Oviedo y en la Queen Mary University de Londres y un máster en Metodologías Críticas en el King’s College de la capital inglesa, donde reside a día de hoy, en la actualidad, Sara compagina su carrera como poeta con sus estudios de doctorado. Su tesis se titula The Lesbian Text: Fetish, Fantasy and Queer Becomings, y en él habla sobre deseo y literatura.


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