KING OF PALMS.

Es liviano, rico en fibras, vitamina C, tiene cero grasas y poquísimas calorías. El palmito, uno de los alimentos más saludables de la cesta de la compra, además de agradable a cualquier paladar, proviene de la explotación racional y sostenida de la palmera Euterpe o açaí, un tipo de planta originaria del estuario del río Amazonas. El açaizeiro, como lo llaman los indios de la zona, crece en suelos húmedos, y es fuente de ingresos para las comunidades del estuario del Amazonas. Cerca del 35% de las plantas de este estuario (400 km de Belem a Macapá) son de Açaí.

¿CÓMO SE OBTIENE?

King of Palms, marca procedente de las exóticas costas brasileñas, lleva 50 años comercializando corazones de palmeras salvajes, en cuyo cultivo no se emplean pesticidas y se cortan de forma manual, lo que ayuda a preservar el ecosistema. Los tallos se cortan en forma de hoja, para favorecer el crecimiento de brotes, y contribuir al desarrollo de la planta, que madura más rápidamente y permite recoger varias cosechas al año. Es de color blanco y tiene una textura suave y flexible, de sabor similar al de la nuez.

Una vez recolectados, los palmitos se transportan a las fábricas de Pará y Amapá, donde se pelan, se trocean y se cuecen durante una hora. Después, se echan en agua fría para garantizar su esterilización y, para que se conserven, se introducen en una solución de salmuera que los mantiene durante cinco años. Todo el proceso se desarrolla con sumo cuidado. Desde el cultivo hasta el embalaje de los palmitos, King of Palms es el primer producto brasileño con sello AB de Agricultura Biológica, aval de la Comunidad Europea que identifica los alimentos más puros del mundo, producidos sin agroquímicos y respetuosos con el medio ambiente. Es una recompensa más que merecida a un alimento salvaje, cien por cien natural, con el más exquisito de los sabores. Cocineros, gourmets y bioquímicos han probado y reconocido la calidad y sabor de los palmitos brasileños. Hoy en día, la empresa Amazonia S/A Indústria Alimentícia, de Brasil los exporta a Europa (Francia es el principal consumidor de palmito) y el resto del mundo en cómodos y variados formatos. Puede adquirirse en trozos o enteros, y en lata (400g) o tarros de cristal (325 g). Su producción es de 12.000 cajas por mes y puede incrementarse, según la demanda, en dos a tres meses a 15.000 cajas por mes.

Los palmitos son el complemento perfecto en ensaladas o como guarniciones de carnes, pescados y mariscos. Y son una delicatessen con puro sabor. Al estar enlatados, no necesitan cocina previa. Son ideales para el control del colesterol, favorecen el tránsito intestinal y reducen el apetito, lo que les hace indicados para dietas y, sobre todo, para esta época del año dominada por las ensaladas.