Puede parecer una mera frase de marketing

Pero es la verdad. Solo uno de cada 100 whiskies que maduran en roble blanco americano en las bodegas de Jack Daniel’s se convierten en Single Barrel. Solo los que provienen de la parte superior de estos dormitorios, donde la temperatura variable aporta a este oro líquido las notas más temperamentales. Debido a esa ubicación diferente en las plantas altas de la bodega, el tiempo de maduración y la peculiaridad de la madera de roble blanco, cada barril desarrolla un carácter único. Si alguna vez ha visitado Lynchburg (Tennessee) en verano, sabrá que allí hace calor. Mucho. Sin embargo, los inviernos en el estado de Virginia también son bastante extremos. Esas grandes oscilaciones de temperatura provocan la alteración del whiskey dentro de los barriles, lo que le permite absorber aún más sabores del roble. Un ritual que sucede únicamente en determinadas condiciones y que da lugar a un producto único. Porque no todas las gotas de este preciado líquido logran ver la luz del día. El whiskey que se evapora se conoce como el angel’s share, el que “los ángeles comparten”, literalmente. El ambiente más cálido de allá arriba, invita a esos afortunados ángeles a servirse un poco más de este destilado casi divino.

La temperatura hace a estos barriles especiales, pero también influye en el resultado la propia madera. Cada barrica es única. Ninguna proporciona el mismo color, aroma y sabor que la anterior, y cada una aporta algo especial y distinto al whiskey. Más carbón significa un toque más ahumado. Más azúcar en la madera, lógico, un final más dulce. Los olores y los gustos pueden ser diferentes, pero un Jack Daniel’s siempre tendrá la pureza y la profundidad del barril que lo acunó. Solo después de la elección estricta del Maestro Destilador, Jeff Arnett, y su equipo de degustación, los mejores barriles (menos del 1%) son seleccionados para ser Single Barrel. Tras la maduración, el whiskey de la barrica seleccionada se embotella directamente. Cada etiqueta viene con el número del barril de origen y con su fecha de embotellado, lo que le otorga esa diferenciación.

El propio Arnett ha seleccionado personalmente para Club del Gourmet tres barricas que podrán adquirirse en sus centros. Cada botella de este Kit Personal Collection, viene con una chapa con el logo y el texto: “Seleccionado en exclusiva para Club del Gourmet”. Una manera muy particular de formar parte de una historia que el señor Jack Daniel inició en 1866, cuando elaboró por primera vez su elixir con barricas tan selectas y únicas como las que se emplean en la actualidad. Parece un largo camino por recorrer, pero si tuviéramos la oportunidad de sentarnos con Jack en la bodega y tomar con él un vaso de Single Barrel, nos diría que este mimo es la parte más importante del trabajo, la razón de ser de este whiskey. Con paciencia y tiempo ha seguido haciéndose hasta la fecha. Desde entonces y hasta hoy, tomar un pequeño sorbo de este singular whiskey es lo más parecido a tomarse un trago de historia.