Las primeras vacaciones del bebé: ¿qué hay que llevar?

Acostumbrados a viajar solos, en pareja o en familia (con niños de cualquier edad), la incorporación de un bebé al plan de vacaciones exige cierta tolerancia a la improvisación y mucha capacidad de adaptación. Salir de la rutina, compartir tiempo de calidad, descubrir el mundo juntos y vivir experiencias de ocio y placer se convierten en todo un acontecimiento si hay un bebé que se suma al plan por primera vez.
A la hora de planificar el viaje hay que tener en cuenta las circunstancias específicas del bebé (sus ritmos de sueño, descanso y comida, su seguridad y protección…) para hacer de las vacaciones una experiencia agradable y disfrutable al máximo. El clima, la distancia, el medio de transporte elegido o el plan de actividades en destino son cuestiones que pueden hacer que la balanza se incline por un plan u otro. Playa, montaña, campo, entorno rural, ciudad… Todo es posible siempre y cuando haya flexibilidad para adaptar el pulso del viaje a las necesidades del bebé. La planificación y el sentido común son los mejores recursos para hacer frente a los imprevistos que puedan ir surgiendo y garantizar así la seguridad, el confort y el disfrute del pequeño en sus primeras vacaciones.
Kit imprescindible para viajar con un bebé
El bebé ha de estar siempre identificado y protegido allá donde esté. Por eso, es esencial preparar una carpeta con todos sus documentos y tenerla siempre a mano: el libro de familia, la tarjeta de la Seguridad Social (o seguro privado, en caso de tenerlo contratado), sus informes pediátricos relativos a episodios recientes o a consultas vigentes, así como el pasaporte si el viaje es al extranjero. En los países europeos la asistencia sanitaria está cubierta solicitando previamente la Tarjeta Sanitaria Europea (www.seg-social.es). En caso de que el bebé siga algún tratamiento médico hay que llevar la cantidad suficiente de medicación y mantenerla en las condiciones de conservación indicadas por el fabricante para asegurar que las fórmulas no se estropeen.
También es importante llevar siempre encima un producto de protección solar pediátrica para aplicárselo cada dos horas y proteger la delicada piel del bebé del daño de la radiación solar es imprescindible, sea cual sea el destino. Al igual que un pequeño botiquín (se recomienda consultar con el pediatra o farmacéutico a la hora de prepararlo) con antiinflamatorios y antipiréticos.
Para hacer frente a todos los imprevistos que puedan alterar los horarios de comidas, es recomendable llevar siempre encima una mochila con un biberón, agua y tentempiés (leche de fórmula, fruta, snacks saludables, algún potito…). Para completar este kit, no está de más preparar un pequeño neceser con pañales, toallitas, un limpiador o gel suave, monodosis de suero fisiológico, un repelente de insectos adaptado a la edad del bebé y un chupete de repuesto, si el bebé lo usa. Y un juguete o su muñeco de apego, que le proporcionarán entretenimiento y calma en todo momento.
Ropa y complementos en la maleta del bebé
Tener información precisa sobre el clima en el lugar elegido para las vacaciones es imprescindible a la hora de preparar el equipaje del bebé. Conocer la temperatura, la humedad ambiental, la probabilidad de lluvia y la tasa de radiación solar será clave para elegir las prendas y accesorios adecuados sin necesidad de cargar con cosas de más. Un truco que siempre funciona es optar por prendas comodín que puedan superponerse y combinarse de forma ilimitada, para ir adaptando la vestimenta del pequeño a la sensación térmica y al plan de cada momento.
Elige prendas fabricadas en tejidos naturales y transpirables, como el lino o el algodón orgánico, fáciles de lavar y que no necesiten planchado (por si hay que poner alguna lavadora durante la estancia), sencillas de poner y quitar (sin botones, lazos…). Nunca está de más llevar un extra de bodys de algodón, peleles y calcetines, así como un chal o toquilla, un gorro o gorrita, unas gafas de sol y un par de muselinas de algodón, que resultan muy útiles para cubrir al pequeño y protegerlo de la brisa, los mosquitos, el sol, el aire acondicionado…
Accesorios de viaje para bebés todoterreno
Es importante informarse al detalle de la equipación que ofrece el destino elegido para acomodar, asear, dar de comer y dormir al bebé. En cualquier caso, existen multitud de opciones de mobiliario de viaje plegable y ligero que suponen una gran alternativa para mantener el confort en las rutinas del bebé cuando está fuera de casa: una cuna de viaje, una trona compacta, una bañera hinchable, un cambiador plegable, una hamaca ligera…
En cuanto a los elementos para transportar al bebé, lo ideal es llevar una silla de paseo ligera y polivalente: que sea fácilmente plegable, ocupe muy poco espacio, ofrezca diferentes posturas para acomodar al bebé tanto despierto como dormido y esté equipada con sombrilla, corta-vientos, mosquitera y capa de agua. Para las familias que practican el porteo, un fular o una mochila porta-bebés son compañeros de aventuras inseparable. Si se viaja en automóvil, es obligatorio contar con una silla de transporte homologada según el peso del bebé.

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