
Cómo hacer del dormitorio un remanso de bienestar (a través de la decoración)
Puede que nunca hayas pensado en el dormitorio como el corazón del hogar, pero sin duda es la estancia de la casa en la que más tiempo pasamos. También es la última que vemos antes de dormir y aquella en la que comenzamos el día. Esto debería ser razón suficiente para querer cuidar los detalles, y convertirla en un espacio apropiado tanto para un descanso reparador como para otras actividades de relajación. Lo primero que tenemos que pensar es en las utilidades que para nosotros tiene esta estancia, y en función de las necesidades que éstas planteen diseñaremos el interiorismo de la estancia. Sigue estos sencillos consejos para potenciar la sensación de recogimiento, calma y bienestar que debe inspirar tu dormitorio.
1. Conviértelo en un espacio versátil
A la hora de estilizar un espacio, siempre es recomendable comenzar pensando en los usos que se le quiere dar antes que en la decoración. Un ejercicio que lleva a conclusiones útiles. Como, por ejemplo, que un dormitorio es mucho más que un lugar donde se va a dormir. Es un lugar de descanso, sí, tal vez aquel en el que nos relajamos. Pero también es un rincón de lectura, una improvisada superficie para el mejor de los desayunos o el lugar donde comenzamos el día haciendo unos ejercicios de yoga. Cuidar los detalles, desde que cada objeto sea inspirador a cuidar que la habitación esté impregnada en un aroma agradable, es pensar también en todas estas posibilidades, y acompañar las que más encajan con nuestro estilo de vida.

2. APLICA COLORES ENGAMADOS
El dormitorio ofrece varias oportunidades para trabajar con la paleta de color. Los textiles, por ejemplo, son una forma sencilla de crear una paleta con contrastes sutiles que funcionen. Los tonos neutros y cálidos contribuirán a crear esa perseguida sensación de bienestar. Como guía a la hora de combinar colores, la norma del 60, 30, 10 resulta una orientación útil. Es un truco de interiorismo que emplean los estilistas de interiores profesionales. Consiste en considerar la habitación como un conjunto, algo así como un cuadro, y dedicar algo más de la mitad de su superficie a un color dominante, como en un 60%. Otro 30% irá dedicado a un color secundario, preferiblemente que no contraste demasiado con el primero. Por último, el 10% restante podrá ser una nota de color, un toque que destaque por diferente, contrastado y ácido, para aportar interés al total y no sumir el espacio en el aburrimiento.
3. Crea distintos ambientes usando la luz
La ambivalencia en la iluminación de un espacio juega a favor de darle un uso más versátil al mismo. Tal vez necesites una luz cenital, proveniente de una lampara de techo a la hora de salir cada mañana de casa, pero sin duda apreciarás más un buen punto de lectura con una luz focal para el momento de antes de dormir. O tal vez prefieras adornar con una guirnalda para un efecto más acogedor y cálido. Las tendencias en iluminación son hoy más diversas y especiales que nunca.
4. INVIERTE EN UN BUEN DESCANSO
Velar por el descanso es hacerlo por la salud. Un área en el que no debemos escatimar, y en la que se impone la necesidad de escuchar al cuerpo. Personaliza tu descanso al máximo con el colchón y las almohadas que se adaptan a ti, poniendo en el centro la calidad. Pero también, traslada esa misma idea a las sábanas, y descubre lo que pueden mejorar tus horas de sueño cuando te deslizas entre unas sábanas suaves gracias a un alto número de hilatura.

5. Hazlo personal, pero no sobrecargues
Es importante sentirse identificado con cada espacio de la casa. En un momento en el que las tendencias se viralizan con rapidez por todo el mundo por efecto de las redes sociales, es importante enfatizar aquello que distingue nuestra casa, que cuenta algo de nosotros. Detalles como láminas, pequeñas piezas de arte, objetos de cerámica, jarrones y demás elementos con vocación artesanal reivindican su espacio y su cualidad de crear un espacio único. Eso sí, en el dormitorio es importante no saturar ni superficies ni paredes. Un truco para conseguir ese estilo limpio es aspirar a la simetría, tomando como eje la posición de la cama. Aspirar a equilibrar ambos lados de la misma con un volumen similar de objetos o cuadros.

6. AÑADE OBJETOS QUE APORTEN CALIDEZ
De acuerdo con la filosofía de interiorismo Hygge, apostar con determinados objetos capaces de hacer una estancia más acogedora es siempre un acierto, especialmente cuando pasas mucho tiempo en casa. La clave está en las texturas. Añade una alfombra (especialmente si tienes un suelo de baldosas o terrazo) para hacer más cálido el dormitorio. Adereza la cama con cojines y mantas, mejor aún si coordinan cromáticamente. El efecto será parecido al de convertir el dormitorio en un refugio en el que apetece pasar largos ratos.
7. Utiliza cestas para evitar el desorden
Tal vez te resulte familiar esto de arrancar la semana y no tener tiempo de casi nada. Con el trajín de los días a veces el dormitorio sufre de una indeseada sedimentación de prendas y objetos. Ayúdate de cestas, grandes o pequeñas, para aquellos momentos en los que mantener un orden perfecto es tarea imposible. Un sistema de cestas que ayude a esconder esos objetos más o menos pequeños, que están de paso, o simplemente no quieres que queden al descubierto. Desde la bata de casa o las zapatillas en una cesta grande a pequeños cosméticos, auriculares o detalles pequeños que prefieres no dejar a la vista.
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