Descubre los beneficios de los laberintos para niños

Jugar al laberinto es uno de los entretenimientos más antiguos de nuestra civilización. Se tiene constancia de que ya en el antiguo Egipto, el sencillo juego de trazar un línea desde un punto a otro, siguiendo un camino lleno de dificultades y obstáculos, hasta conseguir dar con el recorrido correcto, era un entretenimiento habitual.
Hoy en día los laberintos siguen siendo uno de los juegos de referencia para los niños, y también para los adultos, que además de entretenerles , les aporta numerosos beneficios para su desarrollo cognitivo y refuerzan aptitudes tan importantes como:
Atención y concentración
Descubrir el camino correcto en un laberinto implica concentrase y prestar atención plena al recorrido. Tener como objetivo llegar a la salida del laberinto será un reclamo perfecto para que trabajen su capacidad de concentración y atención.
Observación y visión abstracta
Para resolver un laberinto es fundamental una buena percepción visual. Los niños deben atender a cada detalle del plano, tanto a los pequeños elementos, como al conjunto de todos los caminos, lo que hace que entrenen su capacidad observadora y entiendan la necesidad de analizar detalles y conjunto global a la hora de resolver cualquier incógnita.
Resolución de problemas y autoevaluación
Como cualquier juego de lógica, los laberintos les ayudan a establecer procesos mentales para la resolución de problemas, unos procesos extrapolables a cualquier otro acontecimiento de la vida.
Además el “acierto-error” que se suele dar al resolver un laberinto, les invita a descubrir sus propios errores y corregirlos
Distintas formas de jugar a laberintos
Para jugar al laberinto podréis encontrar distintas opciones:
Libros y juegos de mesa específicos
Hay infinidad de libros de laberintos y algunos juegos de mesa con los que toda la familia podréis participar en descubrir el camino correcto.
Crear un laberinto hecho a mano
Podéis optar por hacer un laberinto casero para niños, ¡es muy sencillo!
Para los menos habilidosos, solo necesitáis papel y lápiz. Trazar el dibujo de un laberinto en el papel, complicándolo según la edad de vuestro hijo y después solo tendrán que dibujar el camino correcto.
Pero si queréis algo más elaborado probar a “levantar el plano” y construir un laberinto en 3D casero, siguiendo estos pasos:
- Dibujar el recorrido del laberinto en un cartulina. Hacer los caminos de un ancho suficiente para que quepa una canica o una chapa.
- Levantar las paredes de los caminos pegando foam o cartulina en vertical.
- Elegir una canica o una chapa con la que hagan el recorrido y ¡Busca la salida del laberinto!

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