El desarrollo del bebé con 27 meses

El niño ha cumplido un año y tres meses y, aunque su capacidad de autocontrol se va moldeando progresivamente, aún es posible que en ocasiones responda con algún que otro grito, empujón o rabieta. Ante estas reacciones es preciso poner límites. Si le explicas adecuadamente el porqué de las reglas será mucho más fácil para él seguirlas y poco a poco sus rabietas irán desapareciendo.
La importancia de las normas para el niño de 27 meses
Con 27 meses, el peso del niño oscilará entre 12,4 y 14,3 kilos, y su estatura entre 86 y 91 cm. Si es niña, pesará entre 11,8 y 13,8 kilos y medirá entre 85,5 y 90,4 cm. Como en todas sus etapas, el peso y la estatura de los niños dependerán también de la herencia familiar y de sus hábitos alimenticios.
Cuando el niño de 27 meses está jugando, su concentración es casi completa gracias a que la duración de la atención está expandiéndose. A veces, incluso, es probable que esté tan absorto en el juego que se resentirá si le interrumpes. Para evitarlo, lo mejor es anticiparse y avisarle con antelación de los plazos de su juego y de lo que habrá que hacer a continuación. Por ejemplo, mientras juega se le puede decir que puede seguir durante cinco minutos más, y que a continuación hay que ir a bañarse. Este aviso no hará que deje de jugar, pero el cambio de actividad será más fácil. Hay que tener en cuenta que es probable que el niño necesite más de un aviso para hacer caso y finalizar el juego.
La plastilina, un gran aliado para el desarrollo del bebé de 27 meses
A esta edad, al niño le divierte lanzar cosas para ver qué pasa cuando caen al suelo. Este juego es bastante recomendable –aunque a veces los adultos se resistan a incentivarlo– porque con él el niño aprende a coordinar sus movimientos e investiga la relación causa y efecto, es decir, qué pasa cuando tira los objetos con más o menos fuerza, si los tira desde arriba, qué diferencias hay si el objeto es blando o duro, pesado o ligero...
A esta edad también es normal que el pequeño se interese por los colores, los números y las formas. La plastilina le fascina porque le permite crear todas las formas que se les van ocurriendo. Además, jugando con plastilina también va aprendiendo los colores y podrá introducirse en una forma muy precoz del cómputo numérico mediante bolitas hechas de plastilina: una, dos, tres, cuatro...
También es posible que maneje objetos pequeños con mayor facilidad, se quite los zapatos, pase las páginas de los libros e incluso sea capaz de sostener un vasito con una sola mano. Ya puede mantener el equilibrio con un solo pie durante un segundo y dar un gran salto hacia adelante con los pies juntos.
Los buenos modales en la mesa, un reto para el bebé de 27 meses
A esta edad, los niños pequeños van a tener bastante a menudo algunas ideas propias respecto a cosas que se pueden hacer con la comida, aparte de comérsela. Sentado a la mesa o en su trona probará a lanzar trozos de alimentos por los aires o al suelo.
Es un mecanismo del niño para llamar la atención e intentar probar la tolerancia del adulto. Estos caprichos entran dentro de la normalidad, aunque no por ello deben ser permitidos. Es aconsejable explicarle que no hay que tirar la comida, gritar en la mesa o ensuciar a propósito.
El juego y los cuentos en el desarrollo del niño de 27 meses
Uno de los mejores consejos para los padres y madres de los niños de esta edad es tener presente la importancia de hablar y de permitir que el niño se exprese. Para reforzar positivamente el desarrollo pleno de sus habilidades lingüísticas es esencial felicitar al niño cada vez que haga un esfuerzo por comunicarse con palabras. El bebé que nació hace 27 meses ha pasado a ser un niño que tiene capacidad de desplazarse por sí mismo y de inventar sus propios juegos. Hay que adecuar nuestro trato y nuestra relación con él a esta fase y tratarlo de forma cada vez menos infantilizada para acompañar su crecimiento.
Una muy buena manera de cuidar al niño de 27 meses es haciéndole aprender. No es cuestión de recitarle el abecedario hasta quedarse sin aliento ni de ponerse a contar hasta el infinito. Aunque no hay nada de malo en que un niño reciba una ventaja académica y la estimulación temprana de sus competencias intelectuales, tampoco es absolutamente necesario. Para inculcarle la importancia del aprendizaje lo esencial es tener constancia sin agobiarle; ser interactivos y expresivos, y a la vez repetitivos, pero sin excesiva insistencia.
En el caso de la lectura lo mejor es optar por cuentos cortos adecuados a la edad del niño. Para engancharle con el relato, contádselos al ritmo que el niño demande, pasando las páginas más o menos despacio en función del grado de concentración que muestre el niño.
Fuentes:
Asociación Española de Pediatría.
Healthychildren.org. Edades y etapas del bebé. Asociación Americana de Pediatría. 2023.
Fodor, E. y Morán, M. Todo un mundo de sonrisas. Juegos mes a mes para un bebé feliz. Ediciones Pirámide, 2011.

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