Etapas del sueño infantil

El sueño del bebé es una de las grandes preocupaciones y a menudo motivo de consulta de los padres y madres cuando un bebé viene al mundo. La facilidad para conciliarlo, la cantidad y calidad del sueño del pequeño afectan y condicionan la vida de toda la familia. Conseguir que el bebé duerma lo suficiente y que el descanso sea reparador es esencial para su correcto crecimiento y desarrollo. Por eso es importante conocer cómo es el sueño de los bebés y cuánto necesitan dormir según su edad. Saberlo puede ayudar a prevenir alteraciones del sueño y da las pautas para consultar con el especialista en caso necesario.
Las fases del sueño
El sueño consolidado (lo que excluye a los recién nacidos y bebés pequeños de menos de 16 semanas) se divide en dos fases: sueño no REM y sueño REM. El sueño no REM es la fase del sueño que el cuerpo utiliza para descansar físicamente y reponer energía. Se divide a su vez en tres fases:
- Fase I. Es la transición de la vigilia (estar despierto) al sueño. Esta fase dura poco tiempo y el sueño es ligero.
- Fase II. Es la fase de mayor duración y la que verdaderamente permite al cuerpo descansar y reponer energía.
- Fase III. Es la fase previa al sueño profundo, donde pueden aparecer los terrores nocturnos y el sonambulismo.
La fase de sueño REM –llamada así por los rápidos movimientos que realizan los ojos, Rapid Eye Movements– es la fase en la que el cerebro consolida la memoria y el aprendizaje, reteniendo o descartando información.
Sin embargo, los recién nacidos y bebés pequeños (hasta los 4 meses) solo tiene dos fases de sueño: sueño profundo y fase REM. Esto es así porque cuando son pequeños los niños necesitan despertarse con frecuencia para alimentarse, y sin embargo su actividad física es reducida. Su organismo funciona de manera que obvia las fases de transición y sueño ligero (se quedan dormidos rápidamente), así como las de recuperación de energía física. Cuando se quedan dormidos pasan directamente a un sueño profundo que les permite consolidar el aprendizaje y comenzar a crear recuerdos. Están en esta fase hasta que su cerebro recibe la alerta de que han de despertarse para volver a comer.
El sueño prenatal
Está comprobado que en el tercer trimestre de gestación el feto presenta momentos de vigilia seguidos de momentos de inactividad muy parecidos a las fases de sueño de los recién nacidos. Diversas investigaciones permiten describir dos patrones de sueño prenatales: el sueño activo y el sueño tranquilo.
El sueño activo equivale a la futura fase REM. Es un sueño ligero que aparece en torno al sexto mes de gestación. A partir del séptimo mes de embarazo aparece también una fase de sueño tranquilo, más profundo.
El sueño desde el nacimiento hasta los cinco años
Favorecer un sueño profundo y reparador es básico para el desarrollo y crecimiento del bebé. Estados continuos de privación de sueño (por ejemplo, si el pequeño duerme habitualmente menos de diez horas) provocan un cansancio crónico que afecta al carácter y a las capacidades del niño, que puede sentirse intranquilo, irritable y falto de concentración. Las rabietas y el llanto desconsolado sin motivo aparente podrían alertar de un estado de privación de sueño.
El cansancio por falta de sueño en los bebés no solo tiene consecuencias físicas, sino también cognitivas. Su cerebro tardará en responder y lo hará más lentamente, lo que puede causarle frustración.
Desde que el niño nace, las dinámicas del sueño van cambiando según su edad y grado de maduración hasta llegar a consolidarse en el sueño adulto. Muchos padres y madres se preguntan cuánto tiempo exactamente debe dormir su bebé. A pesar de que cada niño es diferente hay ciertos patrones de sueño según la edad del niño que pueden servir como referencia:
- Bebé recién nacido. Durante las primeras semanas de vida un bebé duerme de media unas 18 horas al día, en periodos alrededor de cuatro horas reprtidos indistintamente entre el día y la noche. Es decir, pasa dormido gran parte de la jornada con breves despertares entre cada sesión de sueño.
- Entre tres y seis meses. A partir de la semana 12 de vida los ritmos de melatonina, cortisol y temperatura del organismo comienzan a estabilizarse. La influencia de los ciclos de día y noche empieza a producir periodos más prolongados de vigilia durante el día y más prolongados durante la noche, Así, el sueño del bebé irá poco a poco organizándose en función de otras actividades diarias, como las tomas de leche, el baño y los paseos.
- Entre seis y doce meses. Lo habitual es que poco a poco se estabilice el periodo de sueño nocturno (entre 10 y 12 horas), más un par de siestas a lo largo del día, una por la mañana y otra por la tarde. A esta edad aparece el sentimiento de extrañeza. El niño echa de menos a sus padres cuando no están, lo que puede ocasionar que le cueste conciliar el sueño solo. Acompañarle de un peluche, u objeto de apego (un pañuelo, un doudou) a la hora de meterlo en la cuna puede ayudarle a relajarse y conciliar el sueño.
- Entre doce y veinticuatro meses. A esta edad el bebé duerme alrededor de 14 horas al día repartidas entre una siesta por la tarde y el sueño nocturno.
- Entre dos y cinco años. El sueño de la noche se estabiliza en una media de unas 10-11 horas. A partir de los tres años, los despertares en medio de la noche serán cada vez menos frecuentes.
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