Por qué pasarse a la cosmética sólida, la tendencia ‘zero waste’ que no deja residuos

¿Qué es la cosmética 'zero waste'?
La revolución de la cosmética sólida es imparable. Jabones de ducha, champús, desodorantes, pastillas de espuma de afeitar, exfoliantes, acondicionadores para la piel y el cabello e incluso mascarillas y limpiadores micelares en formato pastilla conquistan nuestro baño y lo llenan de deliciosos aromas y buenas intenciones.
Sostenibles, de desgaste pausado y mínimamente contaminantes, los cosméticos sólidos llevan nuestra higiene diaria y el cuidado de la piel y el cabello a una nueva dimensión: como no necesitan frascos ni envases, reducen al mínimo su impacto ambiental. A medida que los usamos, van desapareciendo sin dejar huella. Esta es la clave de la corriente sin residuos o zero waste.
Los plásticos en la industria cosmética
Egipcios, griegos y romanos ya usaban limpiadores sólidos elaborados con aceite y sosa para su higiene personal. Esta receta 100% natural y ecológica se mantuvo durante siglos, enriqueciéndose con extractos botánicos y manteniendo siempre su condición sólida. En los años 60 del siglo pasado la industria cosmética comenzó a formular texturas fluidas y en gel que, además de incorporar ingredientes químicos para lograr productos untuosos y espumantes, hacían necesario un envase. Así, la industria de la higiene personal se subió al carro del plástico, más ligero y resistente que el vidrio.
Cada año se tiran a la basura 552 millones de botellas solo de champú, según datos de la empresa británica de cosmética natural Lush. A ello hay que sumar las de geles, acondicionadores, desodorantes, mascarillas, exfoliantes… La gran mayoría acaba en el mar. A este ritmo, en 2050 el peso del plástico superará al de los peces y animales marinos. Cabe añadir el despilfarro de agua que ocasiona la producción de cosméticos en textura fluida. El agua, que suele ocupar el primer lugar en la lista de ingredientes, supone entre un 60 y un 85% del total de las fórmulas cosméticas convencionales. Los sólidos reducen la huella hídrica porque se formulan con mucho menos líquido, preservando este recurso vital.
Ventajas de la cosmética sólida o 'zero waste'
Además de presentarse sin envase –simplemente envueltos en papel o en cajas de cartón de aire artesanal– o en latas de aluminio que se pueden reutilizar y duran eternamente, los cosméticos sólidos ocupan menos espacio (lo que supone menos emisiones de carbono en su transporte desde las fábricas), duran hasta cuatro veces más que las fórmulas habituales en textura fluida o líquida y pueden facturarse sin problema al viajar en avión.
La tendencia zero waste apunta a un cambio global. Algunas grandes multinacionales de la cosmética están comenzando a dejar tímidamente paso en sus catálogos a productos sólidos que generan menos residuos. También firmas pioneras en belleza ecológica como Weleda, Lush o Yves Rocher y marcas de cosmética natural con enfoque artesanal, como Sabon. Pero el verdadero cambio de paradigma llega de la mano de firmas nicho, marcas emergentes y pequeñas compañías alternativas como Marie Stella Maris, mid/night, Les Petits Prödiges, Modesta Cassinello o The Organic Republic, para las que la eco-consciencia es mucho más que una pose: es una seña de identidad innata. Estas marcas han conectado instantáneamente con la generación Z, con la que comparten una alta conciencia verde y unos planteamientos más meditados en sus decisiones de compra.
¿Cómo se usa un cosmético sólido?
Todo depende del producto en concreto. Los jabones, champús, acondicionadores, exfoliantes y, en general, cualquier producto que requiera aclarado se humedecen bajo el grifo y se frotan entre las manos mojadas hasta que generen la espuma deseada, que se masajea luego sobre la piel o el cabello. Hay incluso sólidos que se transforman en aceite en contacto con el agua. Los productos que no se aclaran, como los acondicionadores corporales para hidratar y nutrir la piel, se masajean directamente sobre las zonas indicadas dejando que el calor corporal los funda poco a poco. Después de su uso, basta con colocar la pastilla sólida en una jabonera ventilada o en una caja de aluminio, cerámica o corcho para que se mantenga seca hasta la siguiente aplicación.
Beauty Studio: cosméticos 'zero waste' para una rutina completa
Rediseñar el contenido de nuestro neceser y poblar los estantes de nuestro cuarto de baño con cosméticos sólidos que no generen residuos es un gesto que transmite ética ecológica y un profundo compromiso con el Planeta. Hay cosméticos en pastilla para cada paso de la rutina diaria de higiene y cuidado de la piel y el cabello. Y sólidos motivos para sumarse a la corriente zero waste.
01.
Jabones de baño y ducha
Sin sulfatos, sin parabenes, sin siliconas, sin colorantes. Sin residuos. De origen vegetal o veganos. Genderless. De tamaño reducido... ¿Se puede pedir más? Sí: una fórmula cremosa y apetecible a la medida de cada piel. Con aceite de oliva para las pieles castigadas por el sol; con aceite de almendras dulces para las pieles secas y tirantes; con manteca de karité para un extra de nutrición; con caléndula para pieles sensibles…
02.
Champús y acondicionadores
Una pastilla de 25 gramos garantiza entre 15 y 25 usos, lo que la convierte en el formato ideal no solo para la higiene diaria, sino también para llevar en el neceser del gimnasio, de vacaciones o en las escapadas de fin de semana. Hay recetas para todas las necesidades: con menta para regular el exceso de sebo de los cueros cabelludos grasos; con aceite de almendras para unos rizos definidos y elásticos; con vinagre para un extra de brillo; con aloe vera para mantener la fibra hidratada…
03.
Exfoliantes y mascarillas
Para usar entre 1 y 3 veces por semana, las pastillas sólidas de tratamiento eliminan los residuos y las células muertas dejando la piel más suave y lisa. Libres de microplásticos, contienen semillas de amapola, sal marina, cáscaras pulverizadas de frutos como el coco o pepitas de uva que permiten una suave exfoliación mecánica y son totalmente inocuos para el Planeta cuando el agua de aclarado se va por el desagüe.
04.
Acondicionadores corporales
En barra o en pomada, tienen efecto bálsamo y son ricos en aceites, ceras y mantecas. Se funden al contacto con la piel creando una película protectora que mantiene la tasa de humedad y refuerza la barrera cutánea. Se aplican directamente con la yema de los dedos o masajeándolas con movimientos circulares sobre la piel seca, extendiendo el producto a medida que se funde por toda la zona. Además de hidratar durante horas, perfuman delicadamente la piel.
05.
Desodorantes, jabones de afeitar y perfumes
Desodorantes sin sales de aluminio ni alcohol que neutralizan el olor causado por las bacterias en pies y axilas, jabones de afeitar con aceite de argán que ablandan la barba y acondicionan la piel para un rasurado perfecto y cero agresivo, incluso perfumes sólidos que se aplican con la yema del dedo en el reverso de la muñeca, la nuca, detrás de las orejas u otros puntos de pulso completan el catálogo de cosméticos en formato de barra sólida zero waste para toda la familia.
06.
Accesorios (eternamente 'zero waste')
Jaboneras de materiales naturales, cajas de corcho para llevar los cosméticos sólidos siempre contigo, bolsas de sisal que, además de exfoliar la piel, sirven para que las pastillas se sequen aireadas y duren aún más... Las marcas zero waste sorprenden con delicados objetos cotidianos que facilitan el uso y contagian el cuidado de la piel y el cabello de gusto por la artesanía. Diseñados para durar toda una vida, son la prueba de que la ecuación impacto mínimo-placer máximo es posible.

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