Cómo elegir el fijador de pelo en función de su uso
El fijador es el aliado perfecto de tu peinado. No solo te permite conseguirlo, sino también mantenerlo; una tarea nada fácil cuando tu estilo de vida está lleno de prisas y compromisos muy dispares que lo ponen a prueba en cada momento del día. Además, puede contrarrestar los efectos de un pelo fosco, falto de brillo, poco voluminoso o ayudarte a conseguir unas ondas muy naturales.
El quid de la cuestión está en dar con el producto más adecuado de acuerdo a tu tipo de cabello y el peinado que desees en cada momento. Según el resultado que quieras, la clase de fijador, el instante de aplicarlo y la cantidad serán aspectos clave. Vamos a hacer un repaso a los tipos de fijación más habituales para ver las opciones ideales en cada caso.
Fijación fuerte
Aquí no hay dudas: la estrella son los geles (donde entra la gomina). De hecho, es el tipo de fijador más utilizado, sobre todo por los hombres.
Es perfecta para conseguir un acabado húmedo y para asegurarte la fijación más fuerte, aunque con ello es cierto que pierdes movimiento en tu cabello. Es muy fácil pasarse con la cantidad, y eso no es muy recomendable.
Por eso, primero aplícala en las yemas de los dedos en pequeñas cantidades, distribúyela (con el cabello húmedo) desde las raíces hasta las puntas y ve añadiendo más si es necesario.
Puedes ayudarte de un peine no poroso (por ejemplo, de plástico) para un acabado perfecto. Es importante prestar mucha atención en el momento del peinado, porque la gomina no facilita retoques posteriores.
Fijación media
Si lo que quieres es conseguir un peinado que dure en el tiempo pero sin sacrificar el movimiento de tu melena o si no buscas un efecto húmedo en ese momento, las ceras y pomadas son tus opciones.
Al contrario que la gomina, sí permite retoques posteriores y deja un acabado natural, sobre todo las que son de base acuosa y no oleosa.
Hay una gran variedad de ceras en el mercado, cada una de las cuales te ofrece un resultado diferente y aporta una textura distinta a tu cabello.
En los últimos años, las que tienen efecto salty han ganado mucho terreno; nos recuerdan a esos felices días de verano en la playa con el cabello bañado por el sol y la brisa marina acariciando el rostro.
La mayoría de ellas deben ser calentadas un poco frotándolas en las manos justo antes de aplicarlas. De igual modo que con la gomina, conviene medir muy bien las cantidades con la cera. Más no es mejor.
Fijación duradera
La laca es ese producto fijador que asociamos con grandes recogidos o con melenas muy particulares, pero lo cierto es que se trata de un producto más versátil de lo que parece.
En efecto, puede brindar una fijación muy duradera, sobre todo en melenas con una gran cantidad o densidad de cabello, pero también puede ayudarte a conseguir un extra de volumen.
Para ello, solo debes aplicarla en las puntas con el pelo húmedo y, a continuación, pasar el secador para moldearlo a tu gusto.
Si lo que buscas es una fijación que desafíe el paso de las horas, pulveriza la laca a unos 20-30 centímetros con el pelo seco.
La regla de oro con este producto es que debes retirarlo con un lavado antes de irte a la cama. Si no, los nudos harán su aparición por la mañana.
Fijación natural
Las mujeres que llevan una melena rizada saben perfectamente que la espuma o mousse es su mejor amiga de tocador.
Aplicar un poco de espuma con el cabello húmedo y dejarlo secar al aire es una técnica básica para conseguir unas ondas muy naturales, definidas pero con movimiento.
Si lo que quieres es volumen, en lugar de dejar secar deberás hacerlo con el secador. En ambos casos conseguirás un aspecto mullido y una textura suave y sedosa.
Además, la espuma es el producto fijador más adecuado para los cabellos grasos, ya que es ligera y contrarresta el aspecto del pelo con exceso de sebo, dándole un aire más saludable.
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