¿Es posible conseguir mantener las manos suaves en estos tiempos que nos ha tocado vivir? La respuesta es sí. Pero tienes que hacer acopio de paciencia, y darles muchos mimos cada día.

Imagen de una mujer aplicándose crema hidratante en las manos

Seguro que lo has escuchado alguna vez en forma de broma: “-¿Qué hiciste en 2020? -Lavarme las manos”. Y en parte, es verdad.

La distancia social, las mascarillas y el lavado frecuente de manos son las tres medidas estrella de esta nueva forma de vivir, que ya está plenamente instaurada entre nosotros. Pero nuestra piel no se ha adaptado con tanta naturalidad a estos nuevos hábitos.

Ya hemos hablado del maskné y otros problemas faciales asociados al uso de la mascarilla. Pero ¿qué hay del jabón y el gel hidroalcohólico?

La piel de las manos sufre últimamente demasiadas agresiones diarias en forma de agua excesivamente dura, fría o caliente; detergentes agresivos; bajas temperaturas... y la guinda, en forma de gel hidroalcohólico.

Un lavado de manos tan frecuente afecta a la microbiota cutánea -cuyas funciones son defensiva, protectora y reguladora del sistema inmune- y las deshidrata, perdiéndose los aceites naturales que la protegen.

Un cuidado de manos es importante para conservarlas ante las agresiones y el frio, y mantener una piel cuidada.

Si los productos de higiene utilizados no son respuetuosos con el ph de la piel pueden aparecer aparecen afecciones inflamatorias, infecciones, alergias o incluso enfermedades autoinmunes.

Nosotros hemos probado este Bálsamo Reparador Juventud de Manos de Guerlain, y nos encanta por varias razones.

Para empezar, está formulado con un concentrado de mieles cuidadosamente seleccionadas. Se trata de la miel de Córcega, miel de trébol de Nueva Zelanda y, la más exclusiva de todas: la miel de la isla de Ouessant. Situada a 18 kilómetros de las costas bretonas, la isla de Ouessant es reserva natural de la UNESCO y un paraíso libre de pesticidas. Allí es donde vive la Abeja Negra, que produce una miel con un alto índice en aminoácidos, oligoelementos y fructosa.

Es por eso que ayuda a reparar los tejidos, como las manos que sufren por la sequedad, el exceso de agua y jabón o el gel hidroalcohólico. Además, combate eficazmente los signos de la edad, como las arrugas y la pérdida de firmeza.

Lo que hemos notado es que quedan más alisadas, mejor nutridas y muy, muy suaves. Actúa también sobre las uñas, que quedan más fortalecidas y con unas cutículas mucho más suaves.

Además, su textura se absorbe rápidamente y no es pegajosa, lo cual se agradece especialmente tratándose de las manos y en una época en la que ya nos encontramos suficientes geles hidroalcohólicos pegajosos allá por donde vamos. La hemos probado después de cada lavado de manos, extendiéndola bien por las manos y entre los dedos, y siempre es un toque final idóneo.

Su fragancia es lo que ha terminado de conquistarnos. ¡Resulta exquisita! Es ligera, con notas de miel muy frescas que han sido desarrolladas por Thierry Wasser, perfumista de la maison Guerlain.

Una deliciosa manera de tener unas manos más jóvenes, firmes e hidratadas.