Los mejores anticelulíticos, exfoliantes e hidratantes para una piel suave y bonita
Hay cosméticos corporales que funcionan mejor en equipo. Un anticelulítico, un exfoliante y una crema o loción hidratante son el dream team del cuidado corporal. Los tres pasos mínimos que la piel –de pies a cuello– necesita para lucir el deseado efecto buena cara aplicado al cuerpo. Aunque cada uno de ellos cumple una función muy determinada, los tres actúan en sinergia y logran que los beneficios individuales se potencien. De todas las opciones, las fórmulas de alta perfumería garantizan resultados probados y la máxima sensorialidad en texturas y aromas.
Los expertos recomiendan que la puesta a punto corporal debe empezar por la exfoliación. Exfoliar regularmente la piel ayuda a mantenerla suave y permite que los cosméticos que se aplican después penetren mejor, sean más efectivos y sus beneficios sean más rápidos. Además, en verano, asegura un bronceado uniforme y más luminoso.
En cuanto al anticelulítico, su uso resulta esencial para minimizar el aspecto de la celulitis, que en ocasiones puede ir asociada a flacidez, retención de líquidos y exceso de grasa. El sedentarismo, el sobrepeso, la predisposición genética, el consumo de tabaco y alcohol y los cambios hormonales son algunas de las causas de la celulitis, un problema del estado de la piel que afecta al 90% de las mujeres.
La perfecta rutina de cuidado corporal ha de acabar siempre con la hidratación. Este es un paso que hay que aplicar a diario, más aún en verano, cuando la piel está más expuesta al sol, el aire, el agua y el cloro de las piscinas o el salitre del mar. Las fórmulas óptimas son las que aportan a la piel agua y lípidos para hidratar, nutrir, suavizar y fortalecer la barrera cutánea. Activos como el ácido hialurónico, el escualano, los extractos de algas, las ceras y las mantecas de karité, cacao u oliva garantizan una piel perfectamente hidratada y nutrida de manera sostenida en el tiempo.
Paso 1: Exfolia la piel de tu cuerpo una vez a la semana
El exfoliante proporciona un cuidado semanal que mantiene la piel en condiciones óptimas. Al exfoliar se liman las rugosidades y se limpian los poros obstruidos. Además, se eliminan las células muertas e impurezas, acelerando el proceso de regeneración de la superficie cutánea. El resultado instantáneo es una piel más suave, lisa, sedosa y luminosa. Además, durante el verano y a la vuelta de vacaciones, la exfoliación hace que el bronceado permanezca luminoso, pues elimina la capa de residuo que va apagando el brillo dorado. Elige un exfoliante físico con micropartículas biodegradables (como hueso de aceituna o cáscaras de semillas pulverizadas) y aplícalo en la ducha sobre la piel húmeda realizando una fricción firme. Insiste especialmente en las zonas donde la piel es más rugosa, como talones, codos y rodillas.
Paso 2: Anticelulítico por las mañanas para una piel más lisa
El anticelulítico es un cosmético de uso diario que ayuda a reducir el aspecto de la piel de naranja. Se aplica con un masaje ascendente con movimientos profundos desde los tobillos hasta las rodillas y desde las rodillas hasta las caderas para drenar y eliminar toxinas. El momento óptimo es después de la ducha, pues la piel está limpia y los poros abiertos. Si practicas ejercicio, aplícatelo tras la ducha post-entrenamiento. Elige un anticelulítico con activos como la cafeína, la carotina o la centella asiática. Notarás que el anticelulítico estimula la circulación sanguínea, a veces con efecto de calor localizado. Esta función es necesaria para que se reduzca la inflamación y retención de líquidos que dan lugar a la piel de naranja. Hay que tener constancia y paciencia para notar los efectos de un anticelulítico, que pueden tardar hasta dos meses en percibirse.
Paso 3: Piel suave y elástica con una hidratante todos los días
Hay un gesto esencial de la rutina diaria de cuidado del cuerpo que hace que el aspecto de la piel mejore notablemente al tacto y a la vista: aplicarse una crema o loción hidratante. La hidratación regular de la piel aporta elasticidad y fortalece la función barrera. Es un plan de mínimos que hace que la piel se vea jugosa, confortable y sin cuartear. Hay texturas hidratantes para todos los gustos y necesidades: brumas o sprays, lociones, sueros, cremas, bálsamos, aceites, mousses… Para una piel nutrida en profundidad y progresivamente más reparada, elige una fórmula con mantecas nutritivas como el karité o el cacao, aceite de almendras dulces, glicerina o rosa de mosqueta. Si, además, incluye activos antiedad como AHAs, retinol o precursores del colágeno, el resultado es una piel más firme y tonificada gradualmente.
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