Cómo conservar la comida del bebé fuera de casa

Vacaciones es sinónimo de viajes, de escapadas, de planes improvisados y de días que se alargan hasta que el sol se pone disfrutando para evadirse de la rutina allá donde haya un destino fresco. Eso implica llevar el almuerzo para la hora de la comida, la merienda o la cena o, al menos, algunos snacks y bebidas para reponer energía, mantenerse hidratado y saciar las ganas de picoteo en cualquier momento del día. Si en el plan participan bebés o niños, ir provistos de algo para comer y beber es imprescindible, pues a veces conseguir un tentempié adaptado a la dieta de los pequeños puede convertirse en misión imposible.

Reglas para conservar la comida del bebé fuera de casa

La primera regla para conservar la comida del bebé fuera de casa es mantenerla a una temperatura adecuada para evitar que proliferen bacterias que pudieran estropearla. Los termos para líquidos y sólidos (que mantienen el frío y el calor), los recipientes de cierre hermético y las neveras isotérmicas son grandes aliados.

Los recipientes herméticos deben ser aptos para uso alimentario y estar fabricados en vidrio o plástico libre de BPA, materiales que preservan los alimentos de olores y contaminación. En cuanto a las neveras o bolsas isotérmicas, están provistas de una cobertura interior de material aislante. Lo ideal es introducir, junto a los recipientes que contienen los alimentos, alguna pastilla de congelación para mantener el interior frío preservar el contenido del calor.

Recipientes, termos y neveras para la comida del bebé

Siempre que sea posible es conveniente mantener los recipientes y las bolsas isotérmicas en el refrigerador –o al menos a la sombra y en el lugar más fresco disponible– hasta el momento de consumir la comida. Como norma general la comida para bebés no debe dejarse a temperatura ambiente por un tiempo superior a dos horas. Jamás debe dejarse al sol o en el maletero o el interior del coche.

Trucos para mantener la comida hasta el momento de consumirla

Hay otros consejos que pueden aplicarse para mantener la comida del bebé en las mejores condiciones cuando estamos fuera de casa:

• Elige alimentos seguros. Prioriza las opciones fáciles de transportar y que puedan consumirse a temperatura ambiente, como frutas, verduras frescas, frutos secos, pan integral o purés.
   
• Lleva cubiertos para servir. Para evitar la contaminación cruzada hay que evitar usar la misma cuchara para servir y para alimentar al bebé.
   
• Calienta gradualmente. Al calentar la comida, asegúrate de que está bien mezclada y de que la temperatura es homogénea, sobre todo si ha estado previamente congelada.
   
• Considera el método BLW. El método Baby Led Weaning consiste en prescindir de los triturados. Si lo aplicas con tu bebé, puedes ofrecerle comida en pedazos (verdura o tubérculos cocidos, pasta, huevos duros…), que resulta muy nutritiva y fácil de transportar. 
   
• Aluminio y silicona. Son materiales todoterreno para servir la comida y alimentar al bebé fuera de casa. Son ligeros y muy higiénicos: se pueden lavar en el lavavajillas o esterilizar una vez en casa.  
   
• Si viajas en avión. La mayoría de las compañías permiten llevar comida, biberones y pósitos para el bebé en el equipaje de mano. No obstante, es recomendable consultar con la aerolínea por si hay alguna cláusula específica.

Cubiertos, vajilla y accesorios para alimentar al bebé fuera de casa