Consejos para enseñar al bebé a beber de un vaso

A medida que el bebé crece y sobre todo a partir de la introducción de la alimentación complementaria el pequeño irá familiarizándose poco a poco con el uso de utensilios para comer y beber, como los cubiertos y el vaso. Tras pasar los primeros meses de su vida alimentándose únicamente a través del pecho de su madre o de la tetina de un biberón, adquirir estas nuevas habilidades supone uno de los primeros grandes retos a los que se enfrenta el bebé en el proceso de crecimiento.
Como padres, es importante respetar el ritmo de cada bebé según su grado personal de maduración y ayudarle a perfeccionar las destrezas para que logre agarrar los utensilios y conducirlos a su boca sin frustarse. Hay algunas pautas que pueden ayudar en este aprendizaje. Toma nota.
¿Cómo enseñar al bebé a beber del vaso?
A partir de que el bebé cumple 16 semanas de vida la coordinación mano-vista-objeto mejora notablemente. Es uno de los hitos del desarrollo que se logran en torno al cuarto mes después de su nacimiento: poco a poco, el pequeño será es capaz de agarrar un objeto con su mano y llevárselo a la boca para experimentar. En relación con la alimentación, esta destreza llega a un punto esencial alrededor del sexto mes, coincidiendo con la introducción de la alimentación complementaria. Objetos cotidianos hasta ahora desconocidos para él, como la cuchara o el vaso, se cuelan de repente en su día a día. Ayudar a que el pequeño se familiarice con ellos de forma natural es imprescindible para fomentar su autonomía ante el acto de comer y beber.
Una buena recomendación en torno al quinto mes de vida del bebé es comenzar a ofrecerle un vaso de aprendizaje para que se acostumbre a sus formas, a su volumen y a su peso. No te preocupes si al principio el bebé se resiste a beber del vaso. Esta es una habilidad que más tarde o más temprano el bebé conseguirá aprender. Hay algunas pautas que pueden ayudar en el proceso:
Deja que el bebé juegue con el vaso
Es habitual que la introducción del vaso en el día a día del bebé provoque un rechazo inicial y que el pequeño solo acceda a beber del biberón. Dale un vaso y deja que juegue con él aunque se moje un poco. Este entrenamiento le permitirá acercarse al vaso de forma lúdica, predisponiéndole para su uso. Poco a poco se acostumbrará a este nuevo objeto y sus manos adquirirán fuerza para sujetarlo.
Anímale a elegir su propio vaso
Muchas veces los niños se sienten fascinados por determinadas formas, dibujos o colores. Otras veces, les atrae coger las cosas de los adultos para intentar imitarlos y sentirse mayores. En vez de imponerle qué vaso debe usar, una buena táctica puede ser ofrecerle dos o tres diferentes y dejar que sea él mismo quien elija el que más le guste. Sentir que ha participado activamente en el proceso le animará a hacer uso del vaso con ilusión.
Ten paciencia
No presiones al bebé para que use el vaso. Si ves que su uso le agobia, dale un descanso y dejar pasar un par de días sin mostrárselo. Después, vuelve a ofrecérselo con naturalidad. Para ponérselo más fácil, elige su primer vaso con asas que faciliten el agarre. Y no dudes en permitirle que experimente con él: si el niño comienza divirtiéndose con el vaso es probable que poco a poco se interese también por utilizarlo para beber.
¿Son recomendables las tazas con boquilla para el bebé?
Los vasos o tazas con boquilla son prácticamente invencibles. Su contenido resulta imposible de derramar, muchos se pueden transportar llenos incluso dentro de un bolso o mochila, brindan movimiento 360º y sistema antigoteo, otros tienen un contrapeso de tentempié en la base que los mantiene siempre en la posición erguida... Como objeto de puericultura son una gran opción. Sin embargo, algunos pediatras y dentistas infantiles no aconsejan el uso de vasos con boquilla ya que aumentan el riesgo de que el bebé sufra caries dentales. Además, la boquilla se convierte en un hábitat a la medida de los microbios, por lo que hace falta lavarlas de forma muy minuciosa para garantizar que quedan completamente limpias.
Si aún así has decidido ofrecer a tu bebé un vaso con boquilla para facilitarle el aprendizaje, hay ciertos detalles que conviene valorar:
- Elige un vaso con boquilla cuyo diseño esté aprobado por odontopediatras para el correcto desarrollo dental y bucal.
- Alterna el uso de vaso con boquilla y vaso normal, para evitar que el bebé se vicie con el uso de la boquilla.
- Establece límites a la hora de sorber. Por ejemplo, indícale que durante las comidas principales del día es importante mantener la corrección en la mesa y que sorber es un gesto que debe evitarse.
- Limita el uso del vaso con boquilla solo para el agua. Evita que el bebé tome cualquier otro líquido, como zumos, batidos o leche.
- Evita que el bebé se acostumbre a usar a taza como calmante o utensilio de entretenimiento. La taza con boquilla no es un mordedor ni un chupete. El pequeño ha de aprender que es un utensilio para beber, sin asociar su uso a otras necesidades.
Vasos y tazas de aprendizaje para bebés y niños pequeños
¿Es bueno dejar que los bebés beban con pajita?
Las pajitas suelen asociarse de forma casi inevitable a bebidas azucaradas o poco saludables. Pero lo cierto es que pueden ser un objeto muy práctico para que el bebé aprenda a beber del vaso, mejor incluso que la taza con boquilla o el biberón.
En primer lugar, sorber a través de una pajita requiere realizar una serie de movimientos complejos con la mandíbula y los músculos de la boca, lo que sirve de entrenamiento para ejercitarlos, fortalecerlos y que se desarrollen correctamente.
Además, la pajita dirige los líquidos hacia el fondo de la boca, a la entrada a la garganta. Así se evita que los líquidos se queden estancados en la cavidad bucal en contacto con los dientes, lo que provoca un alto riesgo de caries en los dientes de leche.
El correcto uso de la pajita se consigue cuando el bebé logra tragar el líquido –idealmente agua, no zumos ni batidos– una vez que este llega a su boca, sin acumularlo ni hacer bochinches. Esta destreza requiere de cierta práctica, por lo que hay que tener paciencia y respetar los ritmos de desarrollo del niño hasta que consiga dominar la técnica.

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