Varicela: qué es y cómo se trata

¿Qué es la varicela?
La varicela es una enfermedad causada por el virus de la varicela-zóster (VVZ). Produce un sarpullido con ampollas, picazón, cansancio y fiebre. El sarpullido o erupción aparece primero en el estómago, la espalda, la cabeza y la cara, y puede extenderse después por todo el cuerpo, incluídas la boca y la lengua. De forma paulatina los granitos rojos se convierten en vesículas llenas de líquido que pueden supurar. Las vesículas evolucionan después a costras marrones que, una vez secas, se cae dejando una marca que desaparece entre seis y doce meses después.
El periodo de incubación del virus dura entre catorce y veintiún días, momento en el cual la varicela es altamente contagiosa. Entre los síntomas, además de la erupción cutánea, puede aparecer un catarro leve y fiebre que puede alcanzar los 38 o 39ºC.
La erupción cutánea de la varicela dura alrededor de siete días, aunque las costras pueden tardar en caerse hasta dos semanas más. Una vez desaparecen todas las costras acaba el riesgo de contagio, por lo que es posible volver a llevar al pequeño a la guardería o al colegio.
¿Cómo se trata la varicela en los bebés?
La primera recomendación si se detectan síntomas de varicela (erupción cutánea de granitos rojos acompañada de fiebre, malestar y cansancio) es consultar con el pediatra. Hasta el momento de la consulta, si el pequeño tiene fiebre se le puede administrar un antitérmico en la dosis indicada en el prospecto según su peso y edad. Además, hay ciertas recomendaciones para aliviar el malestar causado por el picor y prevenir que las pústulas se infecten. Toma nota:
- Para calmar la piel se recomienda dar al pequeño duchas con agua tibia y un limpiador de avena sin jabón una o dos veces al día y secar su piel suavemente a continuación.
- Es recomendable cortarle las uñas para evitar que se rasque y pueda hacerse heridas.
En cualquier caso, la prevención es la mejor manera de evitar el riesgo de contraer la varicela y de prevenir complicaciones graves causadas por el virus. La Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación de la varicela para todos los niños desde el año 2000. La vacuna de la varicela consta de dos dosis: la primera se administra entre los doce y los quince meses de vida. La segunda, a los 11 o 12 años. La vacuna de la varicela está contraindicada en pacientes con inmunodeficiencia y en mujeres embarazadas.
¿Qué consecuencias tiene la varicela para los bebés?
Normalmente la varicela cursa en los niños como una enfermedad benigna que remite por sí sola en unos días. Sin embargo, en algunas ocasiones pueden aparecer complicaciones que requieren atención médica. Las más frecuentes son las infecciones de la piel, que pueden acentuarse si el niño se rasca las pupas.
En raras ocasiones puede aparecer ataxia cerebelosa, que es la pérdida de equilibrio y descoordinación. Los pacientes en los que la varicela puede generar complicaciones más graves son los adultos o los pacientes de cualquier edad con problemas de inmunodeficiencia o defensas bajas.
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