Conoce el mejor ritual para despertarte

Conecta cuerpo y alma desde primera hora de la mañana con este ritual.

Imagen de una mujer estirándose en la cama

Quizás tú también hayas notado estos días que te cuesta más conciliar el sueño cuando vas a la cama. Quizás te despierte varias veces en la misma noche y no seas capaz de descansar bien. Quizás duermas como un bebé pero, al despertarte, notas cómo tu cuerpo sigue adormecido y tienes la sensación de haber dormido tan solo un par de horas. Tranquilo, es completamente normal y es que estos días están siendo más difíciles y se traducen en alteraciones del sueño que luego arrastramos en nuestra vida diaria en forma de cansancio constante.

Para acabar con esta terrible sensación, Marta Abril nos ha descubierto una rutina matinal con la que nos despertaremos con más energía si la incluimos en tus días nada más despertarte. Eso sí, tendremos que ser conscientes y tener una actitud positiva para ir notando sus grandes beneficios y poder estar activos desde primera hora.

Escucha a tu cuerpo. Cada día, nosotros mismos sabemos mejor que nadie cómo nos sentimos y las dolencias que podremos tener. Para ello, tómate tu tiempo y sigue las intrucciones que te indique él mismo. Siéntate con la espalda muy recta, podrás hacerlo directamente desde la cama o en el suelo, y cierra los ojos con las manos relajadas para iniciar una respiración muy profunda en la que notemos cada inhalación y cada exhalación.

Trata de dibujar una sonrisa interna en tu cara y trae a tu mente un recuerdo o un pensamiento feliz que te trasladará directamente a esa sensación de alegría. Comienza activar tu cuerpo: para ello comienza a mover el cuello, continúa con los hombros, sigue activándote moviendo tus brazos y dedos y acompaña con ligeros movimientos de tu cintura prestando atención a todos estas nuevas sensaciones que se producen en tu cuerpo.

Pasa a una postura a cuatro patas con las palmas de las manos y tus rodillas en el suelo y comienza a estirar la espalda, moviendo todo tu cuerpo en esta postura y siendo conscientes de todas las sensaciones que te acompañan. Vuelve a sentarte en el suelo y fíjate qué ha cambiado en ti durante estos momentos. ¿Ha variado algo? ¿Estás más despierto? Toma consciencia de cómo te siente en ese momento y siéntete agradecido por disfrutar de un día más con las pilas cargadas y preparado para comerte una nueva jornada.