Brumas faciales: qué son, para qué sirven y qué tipos hay

Las brumas faciales son ese tipo de cosmético que no sabes realmente lo útiles que son hasta que los utilizas. Cómodas, ligeras, fáciles de aplicar en cualquier momento y lugar, y muy eficaces. Son, probablemente, uno de los productos de belleza más versátiles que hay en el mercado actualmente. Aunque no son un producto nuevo, cobran cada vez más protagonismo en la oferta de las diferentes marcas, puesto que han logrado hacerse un hueco en el neceser de muchas personas. Además, poco a poco se han ido diversificando, para cubrir diferentes necesidades del rostro. Las hay hidratantes, antiedad, para la limpieza del rostro, según el tipo de piel, el estilo de vida de cada uno o el momento en que va a aplicarse.
Pero, ¿qué son exactamente, cómo se usan y cuáles son las razones para su éxito? ¿Sabías por ejemplo que hay brumas faciales para aplicar sobre el maquillaje y protegerte del sol? Veamos.
¿Qué es la bruma facial?
La bruma facial o face mist es un producto en spray que te ayuda, por ejemplo, a mantener el rostro en perfectas condiciones de hidratación en todo momento. Basta con vaporizarlo cuando quieras a unos centímetros de la cara, con los ojos cerrados. A menudo se confunde con el agua termal. Aunque esta tiene el mismo formato, el agua termal es sólo eso: agua, mientras que las brumas faciales contienen más activos, según el objetivo de cada una de ellas: matificar, aportar luminosidad, fijar el maquillaje...
La bruma facial suele tener un formato fácil de llevar a todas partes en el bolso, y su textura es ligera y de rápida absorción. La hay de diferentes tamaños, y debe su eficacia a que emplea activos combinados con nanotecnología.
¿Para qué sirve la bruma facial?
La bruma facial no tiene un único uso. La composición de cada una de ellas se formula en base al objetivo de cada bruma en cuestión. Por ejemplo, el ácido hialurónico aporta un plus de hidratación, mientras que la vitamina C ayuda a unificar el tono y brinda una luminosidad especial. Algunas de ellas llevan también protección solar. Las hay que incluso te protegen de la luz azul que emanan las pantallas de los dispositivos como el teléfono móvil, la tablet o el ordenador, o de la contaminación ambiental tan característica de las ciudades.
Todas se adaptan a los diferentes tipos de pieles, incluso a las más sensibles. Sus efectos son inmediatos, por lo que pueden ayudarte a conseguir un efecto buena cara al instante. Pero recuerda que son un complemento o refuerzo; en ningún caso sustituyen a tu crema hidratante habitual, sérum o tratamiento.
¿Cuándo se aplica la bruma facial?
En cualquier momento del día. Si la llevas en el bolso, podrás aplicártela en la oficina, por ejemplo (las calefacciones y aires acondicionados resecan especialmente el ambiente). ¿Tienes una cita después de trabajar y no te da tiempo de pasar por casa? Pues ese es otro de los momentos más propicios. ¿Quieres sentirte más fresco al salir de la ducha después del entrenamiento en el gimnasio? También es una buena idea. ¿Buscas un toque final perfecto que fije tu maquillaje de manera invisible? Pues también pueden ayudarte con eso.
Los formatos de la mayoría de las brumas faciales permiten que las lleves en tu equipaje de mano, y dado que el ambiente de los aviones es extremadamente seco, aplicar a menudo una bruma hidratante (sobre todo si se trata de un vuelo largo) te ayudará a contrarrestarlo.
¿Qué tipos de bruma facial existen?
- Las hidratantes: contienen activos como el ácido hialurónico o la glicerina.
- Las iluminadoras: la vitamina C suele ser el ingrediente estrella para una piel más luminosa.
- Las refrescantes para pieles sensibles: contienen agua, pero también aloe vera.
- Las protectoras: llevan filtros contra las rayos UVA/UVB.
- Las antipolución: suelen estar formuladas con antioxidantes, sobre todo extraídos de plantas.
- Las fijadoras de maquillaje: generalmente son también matificadoras, gracias a ingredientes como el extracto de árbol de té.
Las mejores brumas faciales
La flor de cactus tiene la capacidad de retener el agua en las condiciones más extremas (las del desierto), por lo que es una perfecta aliada para la hidratación de la piel. El ginseng tibetano aporta una luminosidad única.
No todas las brumas tienen que ser para el rostro. Esta ha sido creada para perfumar el hogar y la ropa de cama. Combina los aceites esenciales de lavanda con la naranja dulce y el geranio. Aplicada unos minutos antes de irte a la cama, disfrutarás de un ambiente de relajación total.
Tomando el testigo de la mítica Eight Hour Cream, uno de los productos estrella de la casa, esta bruma facial hidrata la piel, pero también le aporta la dosis de vitalidad que necesita. La cafeína aporta luminosidad y reduce las rojeces, mientras que la Morinda Citrifolia aporta propiedades antioxidantes.
Lo mejor del mar, concentrado en una bruma para el rostro. Gracias a una fórmula a base de extractos marinos, revitaliza la piel del rostro y deja un tacto suave. Puedes pulverizarla a unos centímetros de la cara, con los ojos cerrados, o aplicarla con un disco de algodón.
¡La coenzima Q10 es un potente antioxidante que tiene la capacidad de proteger tu piel frente a factores externos que pueden atacarla, como la polución o la luz solar. También contiene ácido hialurónico, para brindarte una hidratación perfecta y ligera, con acabado no graso, durante todo el día.
El complejo Blossom Glow consta de tres ingredientes para llevar tu piel al siguiente nivel: el extracto de angélica te aporta hidratación; el de algodón establece una película protectora con el exterior, y la vitamina C te da la luminosidad necesaria para estar radiante.
El agua de coco de su fórmula tiene múltiples beneficios cosméticos, como aportar hidratación al tiempo que una buena dosis de vitaminas A,B y E. Contiene además extractos de higo, semillas de acerola y de baya de goji, con propiedades hidratantes y antioxidantes.
¿Notas tu piel seca o irritada después de una jornada de trabajo? La alatoína ayuda a eliminar las células muertas y favorece así el proceso de reparación natural de la piel. Tiene una delicada fragancia de rosa y puedes utilizarla también como desmaquillante.
Esta bruma facial está concebida para hidratar la piel del rostro, rellenarla y mejorar esas pequeñas imperfecciones que aparecen en él. Consigue así que la tez parezca más jugosa, suave, relajada y vital.
Las células madre vegetales de la flor de lila tienen propiedades antimicrobianas, reducen la inflamación y la hiperpigmentación. Es una bruma perfecta para las pieles grasas, ya que reduce el brillo que suelen sufrir estas.
Una bruma con varias funciones ultra prácticas que vas a adorar. Por un lado, actúa como fijadora del maquillaje (lo que agradecerás en tiempos de mascarilla). Por otro, el extracto de diente de león te ayudará contra la contaminación ambiental propia de las grandes ciudades. Y, además, tiene un comodísimo envase para llevar en tu bolso de mano.

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