Sketchnoting: qué es y cómo tener unas notas y apuntes más visuales (y bonitos)

Seguro que alguna vez te ha ocurrido: después de una clase o una reunión, consultas en tus notas y entonces… te das cuenta de que no entiendes tu propia letra. O que lo que apuntaste no te aporta nada. ¿Seguro que fue eso lo más importante de todo lo que se contó?
Tomar apuntes es todo un arte. Hay quien no solo es capaz de captar lo esencial de una charla, reunión o conferencia, sino, además, plasmarlo de la forma más visual, esquemática e, incluso, estética en su libreta. En definitiva, son expertos en sketchnoting.
Así es cómo se conoce a una práctica que en los últimos años está gozando de una gran popularidad, en buena medida gracias a las redes sociales. Es en ellas donde muchos usuarios dan muestras de sus grandes dotes a la hora de pasar a limpio sus notas, haciendo de sus agendas, cuadernos o bullet journals verdaderas obras de arte. Si has visitado alguna de estas páginas y te preguntas si tú también podrías alcanzar ese nivel artístico con tus anotaciones, aquí te damos unos cuantos consejos.



PERO ¿QUÉ ES EL SKETCHNOTE?
Como sketchnoting se conoce la práctica que consiste en tomar notas visuales. Esto es, en estos apuntes las palabras ceden su protagonismo a los dibujos, esquemas, letterings, gráficos, diagramas…
Su origen está muy ligado al Visual Thinking, y es ahí donde surge la pregunta del millón:
¿QUÉ ES EL VISUAL THINKING?
Traducido al castellano, visual thinking no es más que pensamiento visual. Eso es, la capacidad de pensar y comunicar a través de elementos visuales.
Rafa Rivas en su libro Visual Thinking Works explica la importancia que esta práctica ha tenido a lo largo de la evolución humana. Y pone como ejemplo a aquellos «profesionales» del diseño que a lo largo de esta han sido capaces de crear plantillas que nos han permitido pensar de una forma diferente y relevante:
En definitiva, este tipo de «plantillas» visuales nos permiten conceptualizar en imágenes, facilitando así la comprensión y la comunicación incluso con personas que no hablan nuestro mismo idioma.
Si quieres saber más sobre el Visual Thinking, aquí tienes unos cuantos libros:
¿CÓMO HACER UN SKETCHNOTING?
El hecho de que cada vez sean más los estudiantes y profesionales que recurren al sketchnoting para tomar notas y organizar sus apuntes y su agenda no es casual ni se debe solo a una mera cuestión estética. Son numerosos los estudios que indican que esta forma de hacerlo aporta numerosos beneficios, entre ellos:



Contribuye a una mayor concentración.
Conceptualizar lo escuchado o leído en esquemas, diagramas o metáforas visuales requiere de una escucha o lectura activa y que nuestra mente está más concentrada en tratar de detectar lo esencial.
Ayuda a organizar ideas.
Esencial, sobre todo, para los estudiantes ya que a través de los mapas mentales, los esquemas o diagramas serán capaces de detectar cuáles son las ideas principales y cuáles las secundarias.
Facilita la memorización.
Ver los apuntes en lugar de leerlos facilita su recuerdo. Además, suelen resultar mucho más atractivos.
Y Y después de conocer sus ventajas, viene la gran pregunta:
¿CÓMO HACER LOS APUNTES MÁS BONITOS?
Lo primero de todo conviene tomárselo con calma y, sobre todo, no descartar su práctica con la excusa de no saber dibujar. Lo importante, sobre todo para los que se inician en el sketchnoting, no es tanto el resultado final como el proceso en sí.
La primera clave es, como en tantas otras actividades, la práctica. Para ir tomando conciencia de lo que es el visual thinking, lo ideal es practicar un poco a diario. Cualquier momento puede ser bueno: por ejemplo, se puede intentar tomar notas de lo que se está contando en un telediario. O de tu podcast favorito. Aquí la ventaja es que podrás parar el audio cuando necesites y volver a escuchar lo que se te haya escapado. Algo que no podrás hacer en una reunión o una clase reales, de ahí la importancia de practicar antes en casa.

Como decíamos, no hace falta que seas un experto dibujante para lanzarte al sketchnoting. De hecho, lo ideal es que tengas muy en cuenta tus limitaciones. Si no te sientes cómodo dibujando, recurre al lettering, o simplemente al uso de mayúsculas para resaltar determinados conceptos; utiliza rotuladores de distintos colores (aunque hay algunos expertos del sketchboking que recomiendan no pasarse con la gama cromática para evitar cargar demasiado el resultado).
Poco a poco serás consciente de qué método es el que más fácil te resulta y los formatos con los que te sientes más cómodo (esquemas, viñetas, lettering...).
HERRAMIENTAS PARA INICIARTE EN EL SKETCHNOTING
Si ya te has decidido a probar suerte con el sketchnoting, aquí tienes unos cuantos artículos de papelería que te facilitarán las cosas:
Si estás empezando y necesitas practicar y practicar, recurre a un cuaderno sencillo. Lo ideal es que las páginas estén en blanco, aunque si tienen cuadros o rayas tal vez te puedan ayudar a la hora de realizar gráficos o esquemas.
Si ya tienes cierta experiencia, nada mejor que un bloc algo más profesional.
¿Lápiz, boli, rotulador…? Aquí tampoco hay consenso. Algunos asiduos al sketchboking prefieren prescindir del lápiz para evitar la tentación de borrar. Aunque los novatos, probablemente, se encontrarán más cómodos ante esta posibilidad. En ese caso, lo mejor es tener siempre a mano la goma de borrar.
En cuanto a bolígrafos, es recomendable contar con alguno, al menos, de punta final. Como decíamos, hay quien no es muy partidario de mezclar demasiados colores, aunque conviene tener a mano más de uno para poder destacar palabras, distinguir unos epígrafes de otros, etc
Otra opción para destacar palabras o párrafos son los marcadores o subrayadores. Imprescindible para muchos aficionados al sketchnoting
Reglas, compases o bigoteras serán de gran ayuda a la hora de realizar gráficos y esquemas.
Tijeras, pegamento, celo o post-it también ayudarán si decidimos recurrir al collage. Los sellos también pueden ser de gran ayuda.

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