Cómo elegir los vasos y copas adecuadas dependiendo de las bebidas
Puede ser que no lo hayas pensado, pero el tipo de vaso con el que tomas cada bebida influye en su sabor. Igual que no es lo mismo en lata que en vidrio, no es lo mismo en copa que en jarra. Aunque en muchas ocasiones influye el gusto personal de cada uno, los expertos licoreros argumentan que la experiencia cambia en cada sorbo según el material del vaso.
Se trata del aroma. Cuando degustamos la bebida, el aroma es una sustancia que se evapora rápidamente, por lo que según el formato con el que hagamos contacto con nuestra boca, notaremos una sensación distinta.
Es difícil delimitar una clasificación estricta de cada tipo ya que depende de las normas de protocolo y las tradiciones culturales, por lo que en este artículo hablaremos de los vasos más utilizados y cómo usarlos adecuadamente en cada ocasión.
LAS COPAS DE VINO
Seguro que cuando has ido a un restaurante o a casa de algún conocido te has fijado en que las copas de vino son diferentes. No se diferencian solo entre tinto, blanco o rosado, sino que la categorización va más allá. En general, una copa de vino ha de ser de cristal transparente y cuanto más ligero mejor.
La base alta permite que cojamos la copa por el tallo y así no calentar el líquido. Además, también nos permite agitarlo sin que se desprenda ni una gota.
La copa más utilizada es la copa burdeos, en la que podemos incluir vinos tintos jóvenes y blancos.
En el caso del tinto, la copa borgoña es estupenda para apreciar todos sus aromas gracias a su base abombada. Y para los crianza y tempranillo, una copa más estilizada enfatizará los sabores taninos. Las de blanco se suelen distinguir porque son un poco más pequeñas, sobre todo las de Chardonnay. Un tallo más alargado y con la boca más ancha permitirá apreciar su esencia más fresca.
Para el vino dulce el tallo es más bajito y una boca grande que se va estrechando poco a poco. Se utiliza sobre todo en los vinos fortificados, como el Oporto, para que guarde los aromas intensos.
LAS CERVEZAS Y SUS VASOS
El mundo de las cervezas es, si cabe, más complicado que el del vino. En general, muchas marcas de cerveza crean un vaso exclusivo para resaltar su sabor, color y dejar el espacio para la espuma. Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de elegir el vaso es que depende de la graduación alcohólica de la bebida: cuanto más baja sea, más grande será el vaso. Mientras que las de alta graduación serán más pequeñas.
El vaso de pinta es uno de los más comunes en Reino Unido y Estados Unidos donde sirven cervezas mayoritariamente ale, porter o strout. Los vasos altos tipo Pilsner, son los más típicos ya que permiten una gran versatilidad y desarrollan mejor la espuma.
Si eres de los que prefiere la cerveza en una jarra bien fría, recomendamos que pruebes la cerveza alemana Seidel, que son más robustas. Las paredes de las jarras son más duras y tiene un asa que las hace perfectas para brindar. Por supuesto, nunca debe faltar la copa de cerveza con el tallo corto, perfecta para la cerveza ALE ya que mantiene la espuma más tiempo.
Las cervezas más exigentes, como puede ser una IPA o una Pale Ale, necesitan un vaso más exclusivo y ligero. Para este tipo de cerveza lo ideal es utilizar una copa globo, cáliz, tulipa o snifter, y variar en función de la marca. Al ser más complejas, deben beberse con calma y apreciando los matices que ofrece cada uno de los sorbos.
VASOS DE CÓCTEL
Los cócteles siguen un proceso distinto al de la copa y el vino, ya que son bebidas mucho más elaboradas que destacan, además de por su sabor, por su apariencia. En general, la elección de los vasos es mucho más subjetiva ya que dependerá de la creatividad del bartender.
En general, las copas de cóctel imprescindibles son las de margarita para los más caribeños, las de martini y la copa de balón donde servirte un buen gin tonic.
Y por último, para acabar cualquier comida o cena, no deben faltar los vasos de chupito. Los hay de muchas formas y el objetivo es contener una pequeña cantidad de bebida para degustarla, bien de un trago, o con pequeños sorbitos.
A partir de ahora, fíjate bien el vaso de cada bebida para apreciar al máximo su aroma y sabor.
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