Beneficios del ballet en los niños

Asociada tradicionalmente con las niñas, afortunadamente el mundo está cambiando muy deprisa y cada vez son más niños los que se animan a probar el ballet.
El ballet para niños y niñas se recomienda desde los tres años y tiene múltiples beneficios en muchos planos. ¡Te contamos cuáles son!
Beneficios del ballet para niños
Beneficios físicos del ballet para niños
En el plano físico, el ballet es una actividad cardiovascular que requiere un gran desgaste de energía, por lo que es perfecta para ayudarles a mantenerse en forma, estimulando además su circulación sanguínea y su sistema respiratorio.
Si te preocupa que tu hijo sea demasiado sedentario, el ballet es una actividad perfecta para los que no parecen decantarse por ningún deporte.
Durante años, médicos y traumatólogos recomendaban el ballet para niños con problemas de espalda y otras dolencias. Esto se debe a que en las clases se da mucha importancia a la postura, lo que acaba fortaleciendo la musculatura de la espalda y puede ayudar a niños con problemas de desviación o escoliosis.
Además, hacer los ejercicios de punta característicos ayuda a los empeines, fomentando el arco natural del pie cuando éste está vencido, como en el caso de los niños que tienen pies planos.
Además de fortalecer su musculatura, el ballet requiere de una gran flexibilidad, cualidad innata para los bebés y que los niños aprenden a desarrollar y mantener gracias a las posturas.
Bueno para combatir la obesidad, mejorar la postura y ganar flexibilidad, ¿se puede pedir algo más? Pues parece que sí.
Beneficios psíquicos del ballet para niños
Los beneficios del ballet a nivel psíquico son tantos como a nivel físico, y quizá aun más importantes.
Las clases de ballet ayudan, sobre todo, a los niños que sufren de timidez. Gracias al ballet aumentan su autoestima, lo que les ayudará a vencer sus miedos.
El ballet les ayuda a desarrollar la memoria, la imaginación, la creatividad y la expresividad, por lo que se convierte en un vehículo perfecto para expresar las emociones.
Gracias al ballet aprenden a relacionarse con sus compañeros en igualdad de condiciones, ya que todos son piezas fundamentales en la clase a la hora de ensayar las coreografías, con las que estimulan además la coordinación.
Las clases de danza les obligan a concentrarse en la música y los movimientos, por lo que son excelentes para niños con problemas de atención. La disciplina que conlleva la práctica beneficia a niños de todas las edades. Gracias al ballet se desarrolla el gusto musical y la musicalidad, desarrollando el sentido del ritmo y el oído.
¿Cuándo empezar a practicar ballet?
Los grandes bailarines y los expertos coinciden en que es mejor comenzar temprano en la práctica de la danza.
Los tres años marcan la edad a partir de la cual son capaces de seguir una clase con rutinas sencillas y repetir los movimientos propuestos por el profesor: es lo que en algunas escuelas se llama pre ballet o pre danza.
Desde los siete u ocho años encontramos clases más avanzadas en todas las escuelas, que incluso les preparan para el ingreso en el conservatorio.
¿Qué necesitan los niños para practicar ballet?
La ropa para practicar ballet es sencilla: no se necesitan grandes faldas ni tutús para empezar, aunque a ellas les encanten. Un maillot negro o rosa, leotardos y puntas flexibles serán suficientes para las primeras clases.
Además, en invierno agradecerán calentadores y una chaqueta para no quedarse fríos entre un ejercicio y otro. En el caso de las niñas, nos encantan con el pelo recogido, y será más cómodo para ellas a la hora de practicar como auténticas bailarinas.

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