8 proyectos que te ayudarán a entender por qué la inteligencia artificial está en boca de todos
La inteligencia artificial (IA) es una disciplina sumamente amplia que tiene sus orígenes en los años 50, aunque ya en el siglo XIV Ramón Llull exponía en su libro Ars Magna que el pensamiento podía simularse de forma artificial.
El concepto moderno de IA se acuñó en el año 1956 por John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon, entre otros científicos, que veían en las ciencias de la computación un campo con un potencial de crecimiento mayor de lo que fue en realidad.
Sus previsiones fueron demasiado optimistas, vaticinando un mundo repleto de ordenadores capaces de "razonar" como humanos en el plazo de dos décadas. Obviamente no se logró ese objetivo, con lo que se dejó de lado esta rama de la computación durante casi 20 años.
El revivir y el boom de la inteligencia artificial
Los pioneros de la IA buscaban un tipo de inteligencia muy compleja de llevar a los sistemas computacionales. Perseguían reproducir habilidades como la intuición, pero ni tan siquiera la inteligencia de un niño de tres años, capaz de aprender como una esponja incluso un idioma, sin más ayuda que sus procesos mentales, es imposible de emular por los superordenadores más potentes del momento.
Pero hay otro tipo de inteligencia, la computacional, que sí es más fácil de llevar a los ordenadores actuales. Esta inteligencia es la que está detrás de los denominados sistemas expertos, en los que su “inteligencia” se deriva de su capacidad para manejar grandes cantidades de información acerca de una temática concreta. A partir de estos datos y a través de algoritmos complejos, estos sistemas expertos consiguen encontrar relaciones y responder a preguntas relativamente enrevesadas.
Este tipo de técnicas, junto con el incremento de la potencia de cálculo de los ordenadores, es lo que sustenta el fenómeno de la inteligencia artificial en la actualidad. La IA, como fenómeno mediático, empezó a ser conocida de forma generalizada a partir de las famosas partidas de ajedrez entre Gary Kasparov y el superordenador Deep Blue de IBM.
Veamos qué hitos de la inteligencia artificial son los que han contribuido a que sea una disciplina tan mediática.
1 Deeper Blue, el campeón de ajedrez de IBM
El ajedrez se suele asociar con el paradigma de la inteligencia. Un arte que es solo patrimonio de superdotados del pensamiento. Y precisamente esto fue lo que hizo que el día que un ordenador ganó al campeón del mundo de ajedrez, el mundo entero volvió la mirada hacia la IA.
Primero fueron dos partidas en 1996, en un torneo que ganaría Kasparov al ordenador Deep Blue, y luego tres en 1997, en las que el ganador fue Deeper Blue, la versión mejorada del primer ordenador. En realidad, no fue una derrota de la inteligencia, sino un triunfo de los sistemas expertos. El ajedrez tiene mucho más de probabilidades y estadística que de inteligencia en el sentido humano de la palabra.
2 Deepmind, el campeón de Go de Google
Si el ajedrez es el paradigma de los juegos de inteligencia para occidente, el Go lo es para la cultura oriental. Y en octubre de 2005, un programa denominado AlphaGo ganó 5–0 al campeón de europa, Fan Hui.
El Go es un juego mucho más complejo que el ajedrez, y no es tan sencillo reducirlo a un problema de combinatoria. De todos modos, AlphaGo, el programa creado para jugar a este juego, ha conseguido batir por un contundente 5-0 a un humano.
El secreto está en los algoritmos empleados, dentro de la categoría de aprendizaje profundo o deep learning, en el que los programas pueden "aprender" a partir del estudio de datos sobre la materia en la que tendrán que ser capaces de trabajar (o jugar).
En marzo está previsto que vuelva a jugar, pero esta vez contra otro maestro del Go, Lee Sedol.
3 Watson, el campeón de Jeopardy!
Otro gran hito de la inteligencia artificial fue un proyecto también de IBM: Watson. En 2011 IBM consiguió que su motor de computación cognitiva Watson ganara un concurso de preguntas y respuestas frente a oponentes humanos.
De nuevo, estamos ante un ejemplo de sistema experto, aunque muy evolucionado gracias a la optimización de los algoritmos empleados para establecer relaciones entre los datos almacenados en el "Corpus" sobre el que trabaja Watson.
Además de ganar en un concurso, Watson se usa en aplicaciones de más proyección, como asistente en sistemas expertos de recomendación de compra en plataformas de venta online, así como en medicina ayudando a realizar diagnósticos de enfermedades.
4 Google TensorFlow
Puede que este nombre no nos resulte conocido en absoluto, pero detrás de TensorFlow está una de las tecnologías de inteligencia artificial más potentes del momento, y además disponibles para todos. Google ha decidido llevar esta tecnología al mundo del código abierto, y pone a disposición de todo el que quiera las herramientas para programar aplicaciones que hagan uso de este motor de inteligencia artificial.
Dentro de este motor de IA se emplean técnicas como aprendizaje máquina, aprendizaje profundo y redes neuronales, que permiten que disfrutemos de funcionalidades como la traducción automática de Google, el reconocimiento de imágenes en las Fotos de Google, o que nuestro correo de Gmail responda automáticamente mensajes por nosotros gracias a Smart Reply.
Como ejemplo de la potencia de este motor de IA, en el pasado evento MWC de Barcelona, pudimos ver un robot con una cámara y un Raspberry Pi conectado a la nube de Google, que era capaz de reconocer objetos a partir de unas 500 líneas de código.
Todo un ejemplo de IA apta para todos los públicos y por una cantidad de dinero ínfima.
5 Flickr y su organizador de fotos inteligente
Otro ejemplo de IA aplicada está en el gestor de imágenes Flickr, en su menú Carrete Fotográfico. Es capaz de organizar automáticamente las fotos dentro de categorías bastante detalladas, como animales (pájaros, perros, gatos, insectos), arquitectura (puentes, edificios, ciudades, puertas, etcétera) y otras categorías varias que ayudan mucho a encontrar imágenes de un modo lógico y natural.
No es perfecto, pero es bastante bueno haciendo sus cábalas y reconociendo imágenes, todo sea dicho.
6 Los coches autónomos y semi autónomos
Detrás de un coche autónomo como el que está desarrollando Google, o semi autónomo, como el Autopilot de Tesla, se esconden tecnologías de inteligencia artificial de compañías como la israelí Mobileye, que trabaja con otros fabricantes como General Motors, BMW o Ford.
Que un coche pueda conducir solo (o casi) es mérito de la inteligencia artificial. Sus algoritmos tienen que reconocer los elementos del terreno y actuar en tiempo real para mantener el coche en su trayectoria y evitar accidentes. Nada fácil, incluso para Google, que aún tardará en hacer que su coche autónomo circule por las carreteras algún tiempo.
7 Siri, Cortana y Google Now
Detrás de estos asistentes de voz, conocidos por estar presentes en los sistemas operativos de Apple, Microsoft y Android, también se encuentran algoritmos de IA. Reconocer la voz no es una tarea sencilla, y requiere de sistemas expertos capaces de identificar sonidos y asociarlos con palabras y frases.
Poco a poco, se van mejorando los algoritmos para reconocer construcciones más complejas, pero aún es difícil hablar de forma fluida con un asistente de voz. Alguna vez se ha intentado entrevistar a estos asistentes, como a Cortana, pero en poco tiempo nos encontramos con sus limitaciones.
De todos modos, es casi un milagro que podamos hablar con un smartphone, aunque claro, la tecnología de procesamiento de esa inteligencia está en la nube.
8 La IA de película
El cine también ha contribuido a alimentar la expectación sobre la inteligencia artificial. La película pionera fue "2001, Una Odisea en el Espacio", con HAL 9000 como paradigma de la IA que propugnaban los pioneros como Marvin Minsky, que de hecho fue asesor científico en la cinta.
Después, vendrían más ordenadores inteligentes de ficción, tanto en literatura (Asimov dedicó a los robots mucho espacio en su obra) como en el cine. Mother, el nombre para los amigos del MU/TH/UR 6000, era el ordenador de la película “Alien” en la nave Nostromo. Sonny era el robot rebelde de "I, Robot", Ava era el de "ExMachina", Eva el de la película española "EVA", Samantha era el nombre del sistema inteligente en "Her", TARS era el robot en la reciente "Interstellar".
En todas esas películas, los robots y los ordenadores son entidades inteligentes, capaces de interactuar con el ser humano de un modo tecnológicamente humano. Aunque en la práctica es una característica que, de momento, está más cerca de la realidad que de la ficción.
Muchos avances, pero pocas revoluciones
La IA que predicaban sus fundadores no es la que ahora está viendo progresar sus logros. El propio Marvin Minsky, recientemente fallecido, se mostraba crítico con la dirección de las investigaciones en este campo, pero lo cierto es que es una disciplina que progresa adecuadamente.
Tal vez en una dirección menos inteligente y más experta que lo que propugnaban en los años 50, pero desde luego, parece que es más pragmática. En España, contamos con proyectos y personalidades destacadas en este campo, pero más en el ámbito académico que en el de iniciativas mediáticas.
De todos modos, en nuestro día a día, gracias a la inteligencia artificial, podemos hablar con los teléfonos, hacer traducciones automáticamente en aplicaciones como el Traductor de Google o la aplicación Skype, que también cuenta con una versión especial en la que podemos comunicarnos con personas que hablen otro idioma gracias a la traducción simultánea disponible en idiomas como el chino, el inglés o el alemán entre otros.
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