¿Por qué todavía vemos pocos robots aspiradores en las casas?

A pesar de que llevan en el mercado desde hace bastantes años, los robots aspiradores todavía son poco usados en nuestro país. Es raro acudir a un domicilio y encontrarte a uno de estos robots cargándose en alguna esquina, listo para su próxima limpieza.
No se valora el ahorro de tiempo que suponen
Quizá una de las ventajas más grandes que tienen este tipo de dispositivos es el ahorro en tiempo frente a las aspiradoras convencionales. Sin embargo, no es algo que se perciba así por parte del consumidor.
Se sigue pensando que barrer un poco no cuesta tiempo, de una forma similar a como se percibía el lavavajillas hace unas décadas, o la lavadora antes de eso. Algo muy complicado de rebatir para quien no ha usado nunca un lavavajillas, pero vamos a intentarlo.
El tiempo que tardaremos en aspirar la vivienda con estos robots es el mismo que tardamos en pulsar un botón y salir de casa, el que gastamos en programar un horario fijo de limpieza, o el tiempo que empleamos en abrir la aplicación y pulsar sobre el robot. Básicamente unos segundos.
Por contra, las aspiradoras tradicionales requieren de nuestra constante intervención en la limpieza del suelo. Cuanto más grande sea la vivienda, más tardaremos en limpiarla.
Se sigue pensando que barrer o pasar la aspiradora tiene un coste temporal bajo. Pero los 10 o 15 minutos diarios de pasar la escoba, más los 20-30 que supone pasar la aspiradora cada fin de semana suman más de 90 horas al año limpiando la casa. Suponen la friolera de 11 días de trabajo continuo al año.
El ahorro económico no se aprecia
Los robots aspiradores son los primeros robots que entran en nuestras viviendas. Debido a su novedad y a la compleja y avanzada tecnología que llevan dentro, suponen una inversión a tener en cuenta en nuestro presupuesto familiar.
Sin embargo, basta con echar la cuenta anterior sobre cuántas horas al año pasamos barriendo o aspirando para advertir que este tipo de máquinas no suponen un gasto, sino una inversión en nuestro tiempo. Un tiempo que podríamos emplear en otras tareas, como nuestra familia, en nosotros mismos o incluso en nuestra actividad laboral si es lo que nos llena —o no nos queda más remedio—.
Se piensa que su uso o limpieza es complicada
Los primeros modelos de robots aspiradores eran muy básicos. Tanto que arañaban el suelo, chocaban contra los muebles, se perdían o quedaban atrapados. Además, su manejo era difícil, y para limpiarlos hacía falta desmontar varias piezas, una tarea que podía llegar a resultar intimidante. Nada parecido a como es hoy día.
El robot aspirador Dyson 360 Eye tiene un único botón. Uno solo con el que decirle que empiece a limpiar, que pare o que vuelva a su estación de carga. Y la aplicación no es mucho más complicada. De hecho, nos da instrucciones sobre cómo usar el robot o cómo limpiarlo.
Esta limpieza es fácil, y basta seguir los pasos según aparecen en la guía impresa o app para tener al día siguiente un robot en perfectas condiciones.
Falta de espacio en casa para un objeto más
Otra barrera a su compra es la falta de espacio a la hora de guardar el robot. Pero esto es debido a que la gente no piensa en los robots aspiradores como sustitutivos de la aspiradora, sino como complementos a ella. Y piensan que tendrán que almacenar ambos, con el espacio que puede suponer.
Sin embargo, estos robots hacen el mismo trabajo que la aspiradora, lo hemos comprobado, por lo que esta deja de ser necesaria. E incluso aunque decidamos guardarla —para ayudarnos a limpiar, por ejemplo, la parte trasera de un mueble con su tubo alargado—, el robot aspirador no nos quitará espacio en nuestros muebles y armarios.
Gracias a su pequeño tamaño, podemos dejarlo al final de un pasillo, debajo de una mesa o pegado a una pared. Si la vivienda tiene un metro de pared libre, el robot cabe sin problema. Y así estará disponible para aspirar la vivienda en cuanto se lo ordenemos.
Es decir, no se guarda en un armario, como hacemos con la aspiradora tradicional. Y además es mucho más limpio.
Las diferencias de altura del suelo, un obstáculo importante
Aunque no son la construcción más habitual en las ciudades en nuestro país, los chalets de varias plantas son reticentes a invertir en un robot de limpieza porque este no sabe —de momento— subir o bajar escalones. Y lo mismo ocurre con los dúplex o con las viviendas que tienen un escalón que separa varias áreas.
En algunos casos se podría instalar una pequeña rampa que permitiese al robot subir varios escalones si fuera una altura reducida y salvable de esta forma. Pero en la mayoría de los casos implicaría coger al robot en brazos y bajarlo o subirlo en persona. Algo que, por otro lado, tampoco genera mucho trabajo, pero sí nos obliga a estar presentes durante la limpieza.
Una idea que apenas quita tiempo es la de programar al robot para que limpie el área más grande mientras estamos en el trabajo. Al volver a casa nos lo encontraríamos cargado y listo para limpiar la siguiente planta pulsando un solo botón.
Incluso teniendo que trasladar el robot de una planta a otra, la ventaja de no tener que ser uno el que realice la limpieza sigue estando vigente.
Por suerte para nosotros, la mayoría de los pisos constan de una única planta, por lo que podremos invertir en un robot aspirador sin miedo a que queden áreas de la vivienda sin limpiar. El ahorro de tiempo y de dinero que supone disponer de uno de estas novedades tecnológicas merece la pena.
Pero, al igual que los lavavajillas o lavadoras antes mencionada, es difícil superar el miedo a estos aparatos sin probarlos. Después de la experiencia, no querremos desprendernos de ellos.

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