Cómo amamantar al bebé

La importancia de la leche materna
Además de que la leche materna va a establecer vínculos más fuertes entre la madre y el bebé, también le va a resultar mucho más fácil de digerir porque ya viene preparada, esterilizada y en la temperatura adecuada.
Para este proceso es muy importante también cómo el bebé realiza las ingestas y por eso es muy útil saber cómo usar el cojín de lactancia.
Contiene proteínas, carbohidratos, grasa, sal, otros minerales y vitaminas y hierro en la proporción adecuada, y va a proteger también contra las infecciones y las alergias.
Hay que tener en cuenta que los niños alimentados con leche materna van a sufrir menos irritaciones por el pañal y sus deposiciones serán más blandas e inofensivas. También la lactancia ayuda a quemar las grasas que acumuló el cuerpo de la mujer embarazada durante los nueve meses de gestación.
Lo que hay que tener claro es que a algunas mamás no les costará ningún esfuerzo. Sin embargo, hay muchas a las que no les irá demasiado bien, sobre todo al principio, pero nada de darse por vencida por eso.
Además, hay multitud de profesionales como la matrona, el sanitario o incluso la consejera de lactancia que estarán encantados de ayudarte. Recuerda que el bebé está aprendiendo y también se va adaptando. Hay que tener en cuenta, no obstante, que aseguras al bebé un buen suministro de leche.
¿Cómo conseguirlo? Simplemente deberás seguir una dieta sana y beber mucho líquido, especialmente en las épocas en las que haga más calor porque el bebé aquí al igual que tú también tendrá sed. Y asegúrate de darle el pecho cuando te lo pida, cuando tenga hambre y no te preocupes por nada más pues tu organismo de forma automática producirá la cantidad suficiente de leche.
Amamantar bien es posible. ¿Quieres saber cómo?
Lo más importante para amamantar bien es entender en primer lugar cómo succiona tu bebé, aunque succionar no sea en este caso la palabra más apropiada.
Más que succionar, de hecho, es mejor decir chasquear porque lo que hace el bebé es chasquear el pezón entre la lengua y el velo del paladar, aunque para ello el bebé deberá engancharse bien con las encías agarrando con suficiente firmeza la areola y el pezón tan dentro de la boca que la leche se exprime directamente a su garganta para que se la trague.
No obstante, se deberá tener en cuenta también las diferentes posturas para dar el pecho de manera adecuada.
Antes de dar el pecho, la mamá deberá estar lo suficientemente cómoda porque probablemente tenga que estar en la misma postura durante un tiempo, y aunque una esté sentada o de pie lo más importante es que el cuerpo del bebé siempre esté inclinado hacia ella.
Si una está, no obstante, sentada en una silla lo más recomendable será colocar los pies bien planos sobre el suelo, sujetar la espalda y los brazos con los almohadones y colocar una almohada sobre el regazo por si hace falta apoyar al bebé en ella.
Pero si está tumbada, una muy buena posición para cuando una está algo cansada, tendrá que recostarse de lado y colocar al bebé junto a ella para que este pueda alcanzar el pecho inferior. A la hora del amamantamiento hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Se deberá sujetar al bebé correctamente la espalda, y con la mano sujetar su cuello para atraerle hacia el pecho de la madre. Habrá que colocar el pezón frente a la nariz de este que, además, en cuanto huela la leche abrirá la boca.
- El bebé deberá engancharse al pecho enseguida, aunque si no lo hace, su mamá deberá sujetar el pecho con una mano y dirigírselo al bebé para que este introduzca el pezón en su boca. Lo importante es que las encías del bebé rodeen la areola.
- Por último, liberar el pezón de su agarre introduciendo suavemente el dedo meñique por la comisura de la boca del bebé.
¿Y si son gemelos? ¿Cómo amamantar cuando son dos?
Cuando hay dos, lo cierto es que el proceso de darles el pecho se complica un poco y más aún cuando se está fuera de casa.
No obstante, hay que tener en cuenta que a pesar de ser un proceso algo más complicado, que si se tratara de un solo bebé, estos se van a seguir beneficiando de todas las ventajas que ofrece la lactancia materna, especialmente de la protección frente a infecciones, algo fundamental, además, en el caso de los gemelos quienes tienen mayor probabilidad de nacer prematuros.
Para amamantar correctamente a gemelos, lo mejor es hacerlo primero con uno y luego con el otro. Lo más importante al principio es que estos consigan engancharse por separado.
Puede que los primeros días te resulte bastante más sencillo ofrecerles el pecho por separado lo que te permitirá también conocer a cada uno de ellos por separado. Y no te preocupes por la leche, habrá suficiente.
De hecho, la lactancia siempre es controlada por la demanda, por lo que producirás tanta leche como tus bebés necesiten. Y si uno de tus pequeños come más deprisa que el otro asegúrate de poner al pecho primero al más lento puesto que el bebé más vigoroso estimulará más la producción de leche.
Y cuídate, mucho. Un cuidado general que, por supuesto incluye comer bien, beber bien y descansar tanto como una necesite. Además, cuidar de dos es trabajo doble por lo que te cansarás mucho más y con mayor facilidad que si tuvieras solamente un bebé.
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Fuentes:
Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

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