El sueño del bebé: las dudas más frecuentes

¿Cómo saber si el bebé tiene sueño?
Si estás a punto de dar a luz es normal que te vengan mil dudas a la cabeza sobre el cuidado de tu bebé, aunque algo que te preocupa especialmente es su sueño (y el tuyo, claro). ¿Serás capaz de reconocer los signos que indican que el bebé quiere ya dormir? Pues bien, lo primero que debes saber es que cuando el bebé es demasiado pequeño, lo más normal es que pase la mayor parte de su tiempo dormido.
Sin embargo, a medida que el peque vaya creciendo te irás dando cuenta poco a poco que sus horas de sueño se van a ir reduciendo, que su actividad también va a crecer y que, por supuesto, sus llantos serán con más motivos.
Pero ¿cómo identificar si tiene realmente sueño o no?
- La forma de su llanto es monótona y continua.
- El lloriqueo suele ir acompañado de otros gestos porque se frota los ojos con los puños o se toca la cara.
- Frunce el ceño y se muestra irritable.
- Cierra los puños y no relaja las manos.
- Se le cierran los ojos.
- Bosteza.
- Se pone rígido.
- El llanto es ascendente.
Por tanto, en cuanto adviertas estas primeras señales lo mejor que puedes hacer es acostar a tu bebé cuanto antes.
¿Qué hacer si se despierta por la noche?
- Instaurar rutinas que anuncien que es la hora de dormir y seguirlas diariamente.
- Colocar al bebé en la cuna antes de que se duerma del todo, es decir, que sea consciente de que se duerme en la cuna.
- No acostarle inmediatamente después de comer.
- Ir a su lado y tratar de calmarle con caricias y susurros.
- Asegurarte de que duerme lo necesario durante el día.
¿Cuál es la postura más aconsejable para que duerma el bebé?
En las primeras semanas de vida, el recién nacido tiene poca movilidad y esto es algo que los padres y madres deben saber desde el principio. Es por ese motivo por lo que resulta tan importante la postura del bebé al dormir. Se le deberá colocar adecuadamente porque esa es la postura en la que permanecerá la mayor parte del tiempo, y que será boca arriba. Lo ideal siempre será acostar al bebé en esta postura para dormir con el fin de evitar el síndrome de muerte súbita del lactante.
No obstante, hay que tener en cuenta también que en los casos en los que este esté despierto y siempre y cuando esté vigilado, el bebé va a poder ir girando para explorar todo lo que le rodea.
La prioridad existente actual y totalmente segura sobre la postura más aconsejable para que el bebé duerma no debería alterarse jamás salvo que existieran casos de fuerza mayor que lo desaconsejen, como es el caso, por ejemplo, de los problemas respiratorios crónicos, de malformaciones bucales o de reflujo gastroesofágico severo.