El primer baño del bebé en la piscina: nueve consejos para papás y mamás primerizos

Está claro que tanto los bebés como los papás y las mamás van a disfrutar muchísimo del primer baño de sus hijos en la piscina. De hecho, a los bebés les suele encantar el medio acuático pues a la gran mayoría suele recordarles al útero materno y se sienten “como en casa” y, además, es algo bastante beneficioso ya que favorece en gran medida su estimulación. Sin embargo, antes de sumergir al pequeño en el agua de la piscina debemos tener en cuenta algunas recomendaciones.
Para su primer baño, ya sea en la piscina o en el mar, es recomendable que sea a partir de los seis meses de edad. Hay algunos expertos que incluso no lo recomiendan hasta el primer año como en algunos países como, por ejemplo, Bélgica, especialmente por el riesgo de infecciones y alergias. Sin embargo, en España donde no hay una edad mínima fijada como tal, la matronatación es una práctica recomendada siempre que la higiene de las instalaciones y del agua sea adecuada para los más pequeños.
Recomendaciones para el baño del bebé en la piscina
Cuidado con el sol
Para llevar al bebé a la piscina independientemente de que queramos meterle dentro del agua o no, es imprescindible utilizar crema para el sol, es decir, una protección solar de un factor elevado si tu bebé tiene más de seis meses y sin olvidarnos del gorro, del pañal de agua y de las gafas de sol. Antes de esta edad no se aconseja el uso de cremas solares protectoras. La mejor recomendación siempre, no obstante, es mantener al bebé a la sombra y no en el mar o en la piscina todo el rato a pleno sol.
Cuidado con el agua
Es cierto que el agua de mar es más beneficiosa para la piel que el agua con cloro, pero aunque sea una u otra se debe tener en cuenta que la piel de este es extremadamente sensible especialmente en los primeros días y semanas del bebé. Además, el agua de las piscinas tiene cloro y otros químicos que pueden afectar a la delicada piel del bebé. De hecho, son un caldo de cultivo de microorganismos que causan irritaciones en la piel. Lo mejor, por tanto, para su primer baño en la piscina es que no lo extiendas más de diez minutos para que no cojan frío ni se cansen demasiado.
Intenta que no tenga hambre ni sueño
Lo mejor para bañar al bebé en una piscina es hacerlo por la mañana y hay que intentar evitar a toda costa bañarlo cuando tenga hambre o sueño pues probablemente convertiremos este momento tan especial en algo incómodo y fastidioso.
Evita en la medida de lo posible estar con mucha gente cerca
Especialmente hay que evitar estar cerca de niños mayores ya que el bebé podría asustarse si hay niños más mayores a su alrededor gritando, salpicando y tirándose al agua demasiado cerca.
No metas nunca al bebé en el agua de golpe
Mejor ir introduciéndole en el agua poco a poco, primero mejor mójale los pies, las piernas y los brazos con tus propias manos y luego ya ve metiéndole el resto del cuerpo poco a poco.
Hay que mantener siempre al bebé sujeto por las axilas y no lo sueltes por nada del mundo, aunque tenga los manguitos o un flotador pues podría moverse, hundirse o caerse al agua así que sujétalo con firmeza, aunque suavemente y no lo desatiendas.
Juega con él
Jugar con el bebé también es importante y, por supuesto, una experiencia maravillosa. Disfrutar del agua con el bebé es algo mágico y, además, podréis juntos chapotear en el agua, jugar con algún objeto adecuado a su edad y reír a carcajadas. ¡Le encantará!
Si llora, sácalo del agua
Nadie quiere que su bebé sufra y se ponga a llorar en el momento de su baño en la piscina. Ha de ser siempre un momento agradable, una experiencia placentera y no una tortura. Además, ten en cuenta que si tu bebé lo pasa mal una vez en la piscina (y más aún si es su primera vez) no querrá repetir ya que su recuerdo será malo.
Ten siempre a mano una toalla
Es importante que tu bebé no coja frío por lo que deberás tener a mano una toalla para secar a tu bebé adecuadamente. A continuación asegúrate de cambiarle el bañador y el pañal de agua (en caso de tenerlo) y también algo de ropa seca para que no se irrite tu bebé ni coja frío. También puedes utilizar una capa o poncho de baño para tapar al bebé.
¿Y si se opta por una piscina hinchable? Este es un recurso por el que optan también muchos papás y mamás de bebés con un poquito de agua para refrescarlos y que pueda así jugar tranquilamente con sus juguetes sin salpicaduras o movimientos de olas. En este caso lo mejor es utilizar agua del grifo. Si fuera agua de mar, habrá que controlar que la piscina que hayamos adquirido tolere el salitre y enjuagar siempre eso sí después de cada baño. No obstante, es conveniente también que el bebé sea capaz de sentarse por sí mismo y que esté vigilado en todo momento pues con solo unos pocos centímetros de agua podrían ahogarse ante cualquier despiste por parte del adulto.

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