¿Están recomendados los probióticos durante la lactancia materna?
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos se definen como las sustancias que aportan microorganismos beneficiosos para el organismo de manera que favorecen un equilibrio bacteriano dentro del intestino. Es el equilibrio de la microbiota intestinal lo que se necesita para un funcionamiento adecuado de las múltiples funciones del organismo y es el periodo de la lactancia en el cual algunas situaciones determinadas van a modificar la microbiota intestinal de la madre. Es por ese motivo por lo que en algunas ocasiones podría estar indicado.
¿Dónde podemos encontrar los probióticos?
Los probióticos los vamos a encontrar principalmente en los alimentos fermentados y no solamente en el yogur, como la mayoría de la gente piensa.
También los vamos a poder encontrar en las leches fermentadas; en el kéfir, que se elabora a partir de un hongo que provoca una doble fermentación en la leche; en el chucrut que se obtiene de la fermentación de la cola; del miso, que es la sopa tradicional de Japón y que se elabora al fermentar una pasta hecha con semillas de soja o cereales con koji; de la kombucha, bebida china obtenida por la fermentación de la soja; del kimchi, preparación fermentada elaborada a base de vegetales; y de los encurtidos, grupo de alimentos que se obtienen tras ser sumergidos en una solución de sal y por su propia fermentación.
¿Qué es la leche materna y qué relación tiene con los probióticos?
La leche materna es el alimento que van a producir las mujeres tras dar a luz a su bebé. Como bien sabemos, es completamente fundamental durante los primeros meses de vida del bebé que van a servir tanto para transferir los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo como para transmitir también al bebé defensas frente a los patógenos a los que pueden estar expuestos en este nuevo entorno.
Hay que saber, no obstante, que la leche materna es un fluido dinámico que va a variar en su composición y volumen durante todo el periodo de lactancia. Además, esta se encuentra muy influenciada por el estado de salud de la madre y por su dieta.
Se ha observado, por ejemplo, que las madres con malnutrición producen una leche con bajo contenido proteico y con baja proporción de elementos defensivos como son los anticuerpos.
¿Deben consumirse los probióticos durante la lactancia?
En los últimos años se ha estado estudiando la relación entre el consumo de probióticos en la madre lactante y sus efectos sobre determinadas patologías del bebé.
Se ha podido observar que la suplementación con estos podría llegar a ser muy beneficiosa en la prevención de, por ejemplo, diarreas o gastroenteritis agudas. Sin embargo, no se puede dar nada por hecho, ya que no están del todo claros los riesgos o beneficios a largo plazo que podría tener dicha suplementación. Se requieren por tanto más investigaciones y estudios al respecto.
La microbiota intestinal: ¿qué papel juega aquí?
La microbiota de la madre va a jugar sin lugar a duda un papel fundamental en la instauración de la flora intestinal del bebé, tanto durante la gestación como durante la lactancia.
De hecho, existen algunas situaciones durante la lactancia que, como ya veíamos, van a poder alterar el equilibrio del ecosistema bacteriano de la flora materna. Algunas de estas situaciones bien podrían ser las infecciones en el pezón, la obstrucción, la mastitis o los abscesos.
Todas esas infecciones en el pezón lo que van a producir es el enrojecimiento de la zona del pezón con escozor y pinchazos al dar el pecho y llegar a producir incluso una mastitis.
En todos los casos, una de las causas es el desequilibrio en el ecosistema bacteriano donde favorecen las bacterias perjudiciales frente a las beneficiosas. No obstante, es cierto que no existen estudios concluyentes en relación con este tema, pero sí algunos autores aconsejan tomar probióticos específicos para la lactancia materna que aporten gérmenes beneficiosos para desplazar así a los que son verdaderamente perjudiciales.
Durante siglos la lactancia materna se ha considerado estéril, es decir, leche libre de microrganismos, sin embargo, hoy se sabe ya que en su composición se incluyen unas bacterias maternas que acabarán llegando al intestino del lactante.
En los últimos 15 años se ha demostrado que esta contiene entre 1.000 y 10.000 bacterias por mililitro de leche y que su composición bacteriana es bastante variada. Son, no obstante, muchos los factores que van a influir en la composición de la microbiota de la leche materna, entre los que destacamos el tipo de parto, el estado de salud de la futura mamá, su genética y también su estilo de vida.
Aunque lo que sí se ha demostrado en cierto sentido es que algunas de las bacterias de la leche materna (principalmente bifidobacterias y lactobacilos) tienen actividad probiótica. Esto quiere decir, por tanto, que son especialmente saludables para el individuo y sobre todo para el lactante.
Son varios los estudios ya que han descrito la importante función antiinflamatoria e inmunorreguladora y ambas funciones, además, pretenden que en el lactante que está aprendiendo a defenderse de elementos extraños lleven a cabo una actuación defensiva adecuada y no desproporcionada.
Algunos expertos aseguran lo seguros que son los probióticos, salvo en caso de déficit inmunológico, compromiso grave intestinal, diabetes o cardiopatía maternas y prematuridad.
Fuentes:
Huggins-Cooper, Lynn (2005), Maravillosamente embarazada, Madrid, Ed, Nowtilus.
Tua Saúde, https://www.tuasaude.com/es/que-son-los-probioticos/
Allergy Therapeutics, http://www.allergytherapeutics.es/lactancia-materna-y-probioticos/
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