Granitos y piel grasa: los mejores activos para tratar el acné sin irritar la piel

El acné es un problema inflamatorio de la piel que puede aparecer más allá de la adolescencia. “Los cambios hormonales, el uso de cosméticos muy grasos o comedogénicos que obstruyen los poros, una limpieza facial insuficiente, el estrés y la alimentación son algunas de las causas que pueden provocar acné adulto”, dice Aura Serras, directora de iS Clinical en España.
Usar hidratantes libres de aceites y no comedógénicos y lavar escrupulosamente el rostro por la mañana y por la noche son dos de los cuidados esenciales para prevenir, evitar o reducir el acné adulto. “También es fundamental mantener la piel hidratada para reforzar la función barrera”, explica Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD. Una barrera debilitada es más vulnerable a la proliferación de bacterias. El ácido hialurónico es el activo ideal para cumplir este objetivo.
Además, conviene tratar la piel con ingredientes que controlen el acné activo y prevengan la aparición de nuevos brotes. La pauta ha de ser siempre consultar al dermatólogo para que pueda indicar la rutina más adecuada en cada caso. Una vez prescrito por el especialista, en parafarmacia pueden encontrarse productos para tratar el acné. Ácido sacílico, ácido glicólico, niacinamida, zinc y ácido azelaico son los activos más eficaces. Conoce todos sus beneficios.
Los mejores activos para tratar el acné
Para purificar y secar: ácido salicílico, ácido glicólico y zinc
El ácido salicílico desobstruye los poros, mejora la textura y reduce la inflamación asociada al acné. En caso de brotes consumados, también mejora la apariencia de las cicatrices y marcas de los granitos. “El ácido salicílico es queratolítico, lo que significa que mejora las lesiones de la piel que presentan un exceso de células, como el acné. Además, limpia el poro y reduce los puntos negros”, dice Fátima Rivas, colaboradora de Bioderma.
Por su parte, el ácido glicólico exfolia suavemente y favorece la renovación celular y la regeneración de la piel. En caso de brotes muy activos, granos maduros y en pieles con muchos brillos, ambos ácidos pueden combinarse con zinc, que es antimicrobiano y seborregulador y acelera el secado de los granitos.
Para calmar y reconfortar la piel: niacinamida y ácido azelaico
La niacinamida o vitamina B3 reduce el tamaño de los poros, regula la producción de sebo y refuerza la barrera cutánea, todo lo cual mejora de forma muy notable los brotes de acné. Además, es perfecta si estás aplicándote activos antiacné irritantes como ácidos salicílico o glicólico, pues la niacinamida potencia la hidratación, calma y reduce el enrojecimiento, la tirantez y el picor.
El ácido azelaico, “a diferencia de otros activos utilizados para tratar el acné, es muy suave”, dicen en Veralab. Combate las bacterias causantes de pústulas y granos y reduce las lesiones inflamatorias. Su efecto antioxidante mejora el aspecto de las manchas y cicatrices que siguen normalmente a los granitos. También favorece la producción de elastina y colágeno, manteniendo flexibles las pieles fragilzadas por los tratamientos antiacné.

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