Todo lo que necesitas para poner a punto y mantener tu chimenea
Tener una chimenea en casa es contar con temperatura natural agradable, ecológica y económica. Pero este elemento es mucho más: todo un centro de atención decorativo y acogedor, que invita a la reunión y al relax. Una chimenea tiene muchas ventajas, pero no se debe olvidar que si está descuidada puede suponer un riesgo.
Para disfrutar plenamente de ella hay que saber cómo mantenerla en buenas condiciones. Son tareas preventivas muy sencillas y concretas al principio de la temporada de uso, y algunas comprobaciones periódicas durante su utilización regular a lo largo del otoño y el invierno.
1. LIMPIEZA DE TUBOS, SALIDAS, TIROS Y CRISTALES
Es esencial limpiar los tiros, en el caso de las chimeneas abiertas, y los tubos de evacuación de humos en las cerradas. Mediante cepillos especiales se deben retirar los restos de hollín y de cenizas de los conductos, moviéndolos de arriba a abajo y en círculos.
Es recomendable sanear químicamente mediante los leños limpiadores o deshollinadores. Es un producto muy práctico que puede arder en el hogar durante el tiempo que recomienda el fabricante. Su combustión anula la humedad de toda la estructura de la chimenea y neutraliza los alquitranes del conducto extractor de humo, ya que son muy peligrosos si se queman.
Además de estos elementos, existen productos especiales en polvo o en líquido para liberar las chimeneas de hollín. Se pueden usar con frecuencia vertiendo una dosis sobre el fuego.
En cuanto a la ceniza, debe limpiarse con frecuencia y no dejar que se acumule, ya que es antiestético y puede generar mucha suciedad. Es conveniente retirarla con un recogedor y una escoba o cepillo. Si se opta por un aspirador, que no sea el mismo que se utiliza para el resto de casa, porque este residuo puede obstruirlo y estropearlo.
Si la chimenea es un modelo insertable, hay que limpiar muy bien la puerta y su vidrio. Se puede hacer con un desengrasante que contenga amoniaco o con un decapante específico para los cristales.
Asimismo, durante la limpieza es recomendable poner un plástico para preservar el suelo, retirar muebles y otros objetos de alrededor, y ponerse guantes y gafas protectoras.
2. VERIFICAR LA VÁLVULA CORTAFUEGOS Y LA ESTRUCTURA INTERIOR Y EXTERIOR
Es muy importante examinar el correcto funcionamiento de este mecanismo sencillo que controla el flujo de aire que pasa a través de la chimenea. Suele estar en el interior del hogar, al comienzo del conducto extractor o tiro, y hay que comprobar que se cierra y se abre con facilidad. Su función es esencial para controlar la salida del humo afuera.
Después, se debe constatar que la estructura de la chimenea no tiene fisuras. Si tiene puerta, hemos de cerciorarnos de que está bien sellada y cierra de manera estanca. Si la junta está dañada, hay que cambiarla y fijar una nueva.
Que el revestimiento interior refractario de ladrillo o de piedra esté en perfecto estado y no tenga grietas, roturas o piezas sueltas es otra revisión imprescindible. Con productos como el cemento ignífugo se puede reparar cualquier desperfecto y dejar el hogar como nuevo por dentro.
3. UTILIZAR LA MADERA ADECUADA
Se debe utilizar la madera seca, por lo que se recomienda almacenarla protegida del exterior. Si está verde o mojada desprenderá mucho humo y no caldeará correctamente el ambiente. Las más adecuadas son las llamadas maderas duras (las de encina, roble o vid), porque duran mucho y desprenden más calor.
Los leños que contienen más resinas, como los de pino, generan una sustancia llamada creosota al quemarse que hay que eliminar, igual que el alquitrán. No deben prender maderas que proceden de restos de carpinterías, porque contienen disolventes y pinturas cuya combustión es tóxica.
También se pueden utilizar pellets para encender la chimenea. Es importante que sean de calidad para que su fuego sea limpio.
4. MANTENER EL PERÍMETRO DESPEJADO
Se debe alejar de la chimenea cualquier cosa que pueda arder con facilidad, como mantas, alfombras, objetos de madera, papel o cartón. Por esa razón también hay que mantener a distancia la leña destinada a quemarse y colocar una rejilla de protección delante del fuego que cubra totalmente la embocadura, para evitar que puedan saltar chispas y provocar así un incendio.
5. ELEGIR LA CHIMENEA ADECUADA
Es preferible valorar antes de adquirir e instalar una chimenea si su mantenimiento puede resultar complicado. El mercado ofrece varios tipos de fuego real o simulado para decorar y aportar calidez a nuestro hogar, además de las chimeneas y estufas de leña, como las estufas de pellets y las chimeneas eléctricas.
Cómo renovar un baño sin obras
Cómo dar un cambio a tu hogar con papel pintado
Cómo dar un cambio a tu hogar con papel pintado
Mantén los insectos a raya con estos consejos
