Todo lo que necesitas para hacer el camino de Santiago

El Camino de Santiago es sin duda una de las rutas más emblemáticas del mundo y objetivo de muchos deportistas, andarines y senderistas. Aunque existen multitud de itinerarios para llegar hasta los pies de la Catedral de Santiago de Compostela, todas las personas que se aventuren en este bonito reto necesitan un material específico y seguir unas recomendaciones.
El calzado, la decisión más importante
La elección del calzado con el que vamos a hacer el Camino de Santiago es la decisión más importante que tomaremos antes de empezar la aventura. Lo primero que debemos decidir es si queremos un calzado tipo bota o tipo zapatilla.
El calzado tipo bota tiene la gran ventaja de proporcionarnos mucha estabilidad. Gracias a su caña alta, los tobillos viajan bien sujetos y es muy improbable que, en caso de un mal apoyo, suframos una torcedura. Las botas son muy útiles en caminos pedregosos, sobre todo cuanto más peso estemos cargando en nuestra mochila. Por el contrario, como principal inconveniente suelen ser más calurosas que las zapatillas y también algo más pesadas.
Por su parte, el calzado tipo zapatilla no nos ofrece tanta protección y estabilidad como las botas, pero estas carencias se compensan con comodidad y ligereza. Son ideales para personas que sufren de mayor sudoración en los pies o las que pretendan llevar un ritmo más ágil en su caminata.
Por último, 3 consejos muy útiles, independientemente del calzado elegido:
- Es necesario que lo estrenemos con anterioridad, nunca al comienzo de la ruta.
- Preferiblemente que tenga membrana impermeable, ya que es probable que la lluvia aparezca en cualquier momento de nuestra aventura.
- La suela debe aportarnos una tracción y agarre notables en todo tipo de terrenos.

La mochila, nuestra compañera inseparable de aventura
En segundo lugar, tras la elección del calzado, debemos considerar qué mochila nos acompañará en nuestra aventura en El Camino de Santiago. A este respecto, es importante concienciarse de que serán varios días con ella a al espalda y cargando peso. Por tanto, debe ser lo más ligera y ergonómica posible pero a la vez espaciosa. Una capacidad de entre 30 y 45 litros es suficiente para llevar todo el equipaje impresdincible.
Y a la par que elegimos la mochila, debemos tener en cuenta también otro elemento clave: el saco de dormir, necesario para pernoctar en los albergues con la mayor comodidad posible y asegurarnos un buen descanso. Cuanto más ligero y plegable sea, más cómodos vamos a sentirnos a la hora de transportarlo.

Otros accesorios para completar el equipaje
Además del calzado, la mochila y el saco de dormir, los 3 esenciales del Camino, debemos añadir a nuestro lista los siguientes accesorios:
- Ropa cómoda y técnica para caminar, preferiblemente ligera y de secado rápido.
- Recambio de ropa interior y de camisetas para poder ir lavando en los albergues.
- Una prenda impermeable que nos proteja de la lluvia y que también cubra la mochila.
- Productos de higiene personal, protección solar y un botiquín básico para curar ampollas o rozaduras.
- Unos buenos bastones que nos ayuden a marcar el paso y a transferir parte del peso de la mochila a los brazos para que la espalda no sufra tanto.
- Y por supuesto, la Credencial del Peregrino, con la que podremoss acceder a los albergues hasta llegar a la catedral de Santiago de Compostela.
Como vemos, el Camino de Santiago es una aventura que, además de apasionante, requiere de un material específico y de calidad: llevar un buen calzado, una mochila adecuada, un saco de dormir cómodo y los accesorios recomendados va a garantizar que tengamos una fantástica experiencia.

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