Las etapas del parto

El parto se divide en tres etapas: dilatación, expulsivo y alumbramiento. Cada una de estas etapas tiene unas características y una duración determinadas que debes conocer para estar bien preparada para cuando llegue el momento.
Dilatación
Esta etapa comienza con las primeras contracciones de parto que provocan el borrado y acortamiento del cuello uterino. Termina cuando la dilatación del cuello del útero alcanza los 10 cm, medida necesaria para que el bebé pueda atravesar del canal de parto. La etapa de dilatación se divide a su vez en otras dos:
- Fase latente. Comprende desde el inicio de la dilatación hasta que esta alcanza los 4 cm. En este periodo las contracciones comienzan siendo irregulares y poco intensas. A medida que avanza el parto se vuelven cada vez más intensas, frecuentes y dolorosas. Las contracciones de parto provocan que el cuello del útero comience a borrarse y dilatarse. A no ser que hayas roto la bolsa de líquido amniótico, se aconseja permanecer en casa, al menos hasta que tengas dos contracciones cada 10 minutos durante dos horas.
La fase latente puede durar incluso días y en el hospital no te ingresarán hasta que las contracciones no sean regulares y frecuentes. Por eso debes monitorizar tus contracciones, estar tranquila, preparar las cosas que tienes que llevar al hospital y darte una ducha.
- Fase activa. Empieza cuando el cuello uterino alcanza los 4 cm de dilatación y termina al llegar a los 10 cm. En esta fase las contracciones se hacen mucho más frecuentes, regulares y dolorosas, y suele ser la fase en la que se pone la anestesia epidural si así lo desea la madre. Si no estás monitorizada ni te has puesto la epidural, puedes aliviar los dolores y favorecer la dilatación paseando o haciendo ejercicios con una pelota de pilates.
Esta fase puede durar entre tres y 18 horas, dependiendo de si la mujer es primípara o no, el tamaño del bebé, la postura que adopte en este tiempo...
Se aconseja salir hacia el hospital cuando comience la fase activa. Una vez hecos los trámites de ingreso la embarazada permanecerá en una sala con su acompañante. Puedes estar tumbada, sentada, paseando o haciendo ejercicios. Si te has puesto la epidural ya no podrás andar (a no ser que sea walking epidural), por lo que permanecerás tumbada. En este caso se recomienda cambiar la postura de las piernas con frecuencia para favorecer la dilatación.
Cada cierto tiempo, la matrona o el médico pasarán a comprobar cómo avanza el proceso de parto y a verificar el bienestar del feto mediante los monitores fetales, que pueden estar permanentemente colocados o no. También te harán tactos vaginales para comprobar cómo avanza la dilatación, te colocarán una vía intravenosa por si hay que administrar medicación y te pondrán la epidural si la pides. Intenta permanecer tranquila para reducir el dolor y la tensión. Pon en práctica las técnicas de respiración que has aprendido en las clases de preparación al parto. También puedes poner música o apagar las luces si eso te ayuda a relajarte.
Expulsivo
El expulsivo o perido de pujar comprende desde la dilatación completa del cuello uterino hasta que el bebé nace atravesando el canal de parto. Esta etapa se lleva a cabo en el paritorio. Durante esta etapa las contracciones se vuelven cada vez más intensas, largas y frecuentes y, además, la presión del niño sobre el perineo hace que la mamá note ganas de empujar. No obstante, no todas las mujeres sienten las ganas de empujar nada más dilatar, por lo que no debes forzar los pujos, sino esperar a que el bebé haya descendido del todo y tengas ganas.
Las mujeres que tienen la epidural es posible que no perciban tan claramente las ganas de pujar. Existen diversos tipos de pujos según la mujer note más o menos ganas de empujar:
- Pujos espontáneos. Son los que la mujer realiza libremente cada vez que nota ganas de empujar. Debes empujar lo más fuerte que puedas y puedes ayudarte emitiendo algún ruido o echando el aire a la vez que empujas. Es más eficiente empujar expulsando el aire que reteniéndolo.
- Pujos dirigidos. Son indicados por la matrona o ginecólogo según las contracciones que se detectan en la pantalla de los monitores. Con cada nueva contracción te indicarán que empujes con todas tus fuerzas. En los pujos dirigidos en ocasiones se recurre a la maniobra de Valsalva (consiste en inspirar profundamente y expirar reteniendo el aire con la llegada de cada contracción). Pero esta técnica puede dañar el suelo pélvico o limitar el aporte de oxígeno a la mamá y al bebé, por lo que es mejor empujar también expulsando el aire.
Cada pujo ayuda a que el bebé descienda por cada uno de los planos que conforman la pelvis hasta que, por fin, su cabeza es visible a través de la vagina. En ese momento hay que empujar con máxima fuerza para que la cabeza salga; una vez esta está fuera el resto del cuerpo sale fácilmente. Si el bebé es capaz de salir solo se le puede ayudar mediante la episiotomía (un pequeño corte en el periné) o con instrumental, como fórceps o ventosas.
Las mejores posturas para el expulsivo son las que aprovechan la fuerza de la gravedad (en cuclillas o de pie), pero si te han puesto la epidural no podrás adoptarlas. Si no puedes estar de cuclillas, procura colocarte a cuatro patas, semisentada o en decúbito lateral. Tumbada boca arriba es la postura menos recomendada, aunque sea la que prefiere el personal médico.
La duración de la fase de expulsivo depende de cada mujer y de si es el primer parto o no, pero suele durar entre 30 minutos y 2 horas.
Alumbramiento
Aunque solemos pensar que el parto finaliza cuando nace el bebé, este incluye también la fase del alumbramiento o expulsión de la placenta. Se percibe con contracciones más suaves que las anteriores que ayudan a expulsar la placenta y todos los tejidos placentarios. Debes seguir empujando para ayudar a que la placenta se despegue y salga. Una vez fuera, el médico comprueba que ha salido por completo y no quedan restos en el interior del útero que puedan causar hemorragias o infecciones.
Si se ha realizado una episiotomía, este es el momento de suturar la incisión. Si todo ha ido bien, una vez terminado este proceso –que suele durar unos 45 minutos– la madre es llevada a su habitación con el recién nacido.
Fuente:
Federación de Asociaciones de Matronas de España (www.federacion-matronas.org).
Blott, Maggie. Tu embarazo día a día. Editorial Planeta (2015).

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